Suavizantes para la ropa: cinco motivos por los que no son recomendables
Hay varios motivos por los que solemos utilizar suavizante al lavar la ropa. Queremos que nuestras prendas tengan un olor fresco, sean suaves y no nos cueste plancharla. Para algunas personas, el suavizante se ha convertido en algo tan importante como el mismo detergente. Pero, ¿cómo afecta este uso a la ropa? ¿Es realmente imprescindible?
Cómo funcionan los suavizantes
A medida que se lava la ropa y se introduce suavizante, este añade una fina capa de productos químicos porque están diseñados para “engrasar” la ropa, haciéndola más suave. Para ello, los suavizantes la cubren con una película delgada y lubricante. Este recubrimiento evita la electricidad estática al hacer que las prendas sean resbaladizas para reducir la fricción.
El suavizante agrega una carga positiva para neutralizar la carga estática negativa. Una vez lavada, es menos probable que la ropa se arrugue o acumule pelusa, gracias a la naturaleza antiestática del suavizante. Además, añade un plus de perfume que lo hace muy agradable. Hasta aquí todo parece correcto y positivo.
Los contras de los suavizantes
La cara buena de los suavizantes está clara. Sin embargo, deben tenerse presentes algunos aspectos sobre su uso para no dañar innecesariamente la ropa y estropearla antes de tiempo
1. Estropean la ropa deportiva
Aunque los tensioactivos catiónicos de los suavizantes sí mejoran la suavidad en tejidos naturales como el algodón, el lino o el cáñamo, no hacen lo mismo con las fibras sintéticas, como la poliamida o el poliéster. Es el caso de la ropa deportiva, la mayoría fabricada con telas que absorben la humedad.
Esto significa que mueve el sudor hacia afuera para ayudar a que se seque más rápido. Si cubrimos la tela con una capa cerosa, es como taponar una pajita y bloquear la capacidad para trasladar la humedad. Además, el recubrimiento se acumula con el tiempo, lo que dificulta que el agua y el detergente penetren en la tela, por lo que los olores y las manchas son más difíciles de eliminar.
2. Desgastan más las toallas y estas secan menos
Los suavizantes desgastan la eficacia de los materiales resistentes al agua y reducen su capacidad de absorción, especialmente las que están hechas de microfibra. Las sustancias de los suavizantes reducen la absorción de agua de los tejidos.
Si, al cabo de algunos ciclos de usar suavizante en las toallas descubrimos que estas ya no secan tan bien, es un buen momento para dejar de hacerlo. Podemos usar una taza pequeña de vinagre blanco destilado en la próxima lavadora, un excelente suavizante natural que ayudará a eliminar olores y rejuvenecer las toallas de nuevo.
3. Son productos poco ecológicos
Como reconoce la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), contienen sustancias químicas que acaban en vertidos al medio ambiente, sin tener en cuenta los envases plásticos en los que van. Los ingredientes con los que suelen fabricarse son los tensioactivos catiónicos, habitualmente del tipo amonio cuaternario, sustancias que no se biodegradan fácilmente, especialmente en el agua, y pueden ser tóxicas para los organismos acuáticos.
4. Pueden aparecer manchas en la ropa
Si no utilizamos las cantidades recomendadas y nos excedemos porque pensamos que así hará más efecto, lo que puede ocurrir es que aparezcan manchas azul grisáceas en la ropa. Debe tenerse en cuenta además que, a diferencia de los detergentes, los suavizantes pueden dejar manchas cerosas que pueden ser difíciles de eliminar si se aplica directamente. Es importante no sobrecargar la lavadora para que el agua pueda circular y distribuir bien el producto.
5. ¿Es necesario usar suavizante?
Aunque la ropa huele bien y es más suave y agradable, en términos de higiene su uso no tiene nada que ver con que la ropa esté más limpia. Aunque en sus orígenes los suavizantes se popularizaron porque los detergentes para ropa usados entonces eran duros y convertían las prendas en algo áspero, ahora los detergentes y productos de lavado han evolucionado y los efectos son totalmente distintos.
Tipos de suavizantes
Si, pese a todo, la intención es usar suavizante, pueden encontrarse tres tipos básicos. Si bien tienen la misma finalidad, no todos funcionan de la misma manera ni son iguales:
- Suavizantes líquidos: son más efectivos para eliminar los olores y dejar la ropa más suave, siempre que no sea un producto formulado con detergente. Sin embargo, suele ser más caro y está fabricado con productos químicos que pueden irritar la piel en personas sensibles.
- Toallitas para secadoras: son menos costosas, tienen un tamaño ágil y liviano y son fáciles de usar. Se añade a la secadora una hoja con la ropa mojada.
- Suavizantes en cristales o granulados: suelen ser las menos costosas y las más ecológicas. En la mayoría de los casos están fabricadas con lana o plástico sin BPA resistente al calor. Pese a las ventajas ambientales, a menudo pueden dejar la ropa rígida o áspera.
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