Qué es mTOR y por qué te importa
Las proteínas son moléculas fascinantes. No solo son materiales de construcción para fabricar músculos, huesos, sangre y órganos completos, sino que además actúan como mensajeros, catalizadores o inhibidores de las reacciones químicas de tu cuerpo, además de anticuerpos para defenderte de los ataques. Si te quitan todo el agua del cuerpo, el 40% de lo que queda son proteínas. Somos proteínas.
Tu ADN es en realidad un conjunto de “moldes” químicos para fabricar los miles de proteínas diferentes que necesitas para funcionar. Todas ellas se fabrican con solo 20 aminoácidos, moléculas que son como piezas de LEGO, y que obtenemos sobre todo de la digestión de la comida.
Este proceso de combinación de esos amonoácidos en proteínas útiles se denomina síntesis de proteínas, y es la base de la vida. Tus células no son inmortales, están en un continuo proceso de regeneración. Cambias tu piel entera cada dos semanas, el hígado completo cada cinco meses y los huesos cada diez años. Todo este proceso de renovación está basado en fabricar proteínas.
Hasta hace poco se pensaba que la síntesis de proteínas, y por tanto la creación de células nuevas, ocurría espontáneamente cuando había con qué, es decir cuando había energía suficiente y aminoácidos disponibles de la comida. Sin embargo hace apenas 20 años se comprobó que era un proceso regulado estrictamente por una proteína llamada mTOR . Cuando mTOR no está bin regulada, hay envejecimiento prematuro, diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Si funcionan correctamente, puede darte una salud de hierro y muchos más años de vida. Por eso te importa.
¿Rapamicina?
En 1970 una expedición científica a la isla de Pascua se trajo el descubrimiento de una molécula muy especial con propiedades antifúngicas, es decir, que impedía que crecieran los hongos. Como se había descubierto en la isla llamada Rapa Nui por sus habitantes, bautizaron la molécula como rapamicina. Lo más interesante es que esta molécula tenía un equivalente en otros seres vivos. En los mamíferos, la rapamicina es un inhibidor del sistema inmunitario y se usa en humanos para evitar el rechazo en los transplantes.
Lo que no se sabía es cómo funcionaba, hasta que en los años noventa se descubrió que afectaba a una molécula a la que llamaron TOR (Target Of Rapamycin, o diana de la rapamicina). En los mamíferos, esta molécula se llama mTOR, y con otras moléculas forma una vía de señalización, es decir, una serie de compuestos que trabajan coordinados para producir un resultado.
Entonces ¿para qué sirve mTOR? La vía de señalización se activa cuando las células detectan una de las cosas siguientes:
- Aminoácidos en la sangre (cuando comes proteínas)
- Factores de crecimiento, como la Insulina, que se dispara cuando comes carbohidratos
- Energía (sea glucosa o grasa)
- Daños en el ADN
Cuando se activa mTOR, junto con las otras moléculas desencadena estos procesos:
- Inhibe la autofagia, o reciclaje de las partes dañadas de la célula
- Arranca la síntesis de proteínas
- Síntesis de ADN y ARN
- Inhibe la apoptosis, o muerte programada de las células dañadas
- Metabolismo de la glucosa
Así en que mTOR es la llave para los procesos más importantes de tu organismo. ¿Te conviene que esté activa o inactiva? ¡Las dos cosas! De hecho, tener demasiado mTOR es tan malo como tener demasiado poco.
En experimentos con ratones, al desactivar los genes que regulan mTOR y sus proteínas acompañantes, o bien dándoles rapamicina, ocurrieron todo tipo de desgracias: desde fallos en el crecimiento hasta diabetes, porque su páncreas no se llegaba a formar.
Curiosamente, como mTOR regula la apoptosis o muerte celular programada, al eliminarlo en los ratones se consiguió alargar su vida de 30 a 35 o 40 meses. Es decir, inhibiendo mTOR aumenta la autofagia, que es el mecanismo de limpieza natural del organismo, hay menos células envejecidas y aumenta la longevidad .
Resulta que mTOR también es la clave en la construcción de masa muscular, lo cual está asociado a grandes beneficios para la salud . El consumo de proteínas y el ejercicio físico intenso producen una combinación de daños en las células, y aminoácidos en la sangre, que arrancan el proceso de construcción de músculos.
El problema es pues cuando el sistema de mTOR está demasiado activado. Si no hay autofagia ni muerte celular programada, se dan todas las condiciones para que haya un crecimiento sin freno de las células, ¿a qué se parece eso? En efecto, a un tumor. La activación excesiva de mTOR está asociada a la aparición de cáncer de mama, de próstata, de pulmón, melanoma, vejiga, tumores cerebrales y carcinomas de riñón. Por el mismo proceso, también se evitan las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
¿Cómo se regula mTOR para evitar que se vuelva loco y causar daños? La forma que la naturaleza ha usado durante milenios es el estrés. No el estrés crónico que sufres cuando tienes un trabajo horrible, sino el estrés agudo, físico, que se pasa y te deja mejor que antes. Estos son algunos mecanismos de regulación:
- La restricción calórica, como por ejemplo en el ayuno intermitente , modula los niveles de mTOR y aumenta la autofagia.
- Reducir el azúcar en la dieta, ya que se ha comprobado que los azúcares simples producen depósitos de grasa en el hígado y eso lleva a la diabetes tipo 2 y la obesidad.
- Cuando sí necesitamos mTOR es a la hora de ganar músculo, y en este caso los estudios han corroborado que la combinación más eficaz es el ejercicio de fuerza combinado con tomar proteínas y carbohidratos antes, durante y después del esfuerzo .
- Además se ha comprobado que con la práctica regular de ejercicio se activa mTOR en el cerebro , mejorando el aprendizaje y la memoria, y al mismo tiempo se inhibe en el hígado y las células de grasa, evitando así los problemas asociados a los excesos en la dieta.
La ventaja es que sabiendo cómo funciona este sistema, hay ya medicamentos que inducen al cuerpo a pensar que hay una restricción de calorías, como la metformina y en menor medida el resveratrol, regulan mTOR y pueden prolongar la vida . No serán los últimos.