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De cómo Rafa Doctor pasó de ser el niño mimado del mundo del arte a convertirse en activista animal

Rafael Doctor lanza el proyecto artístico 'Monsters for Animals' con el que racauda dinero para las protectoras de animales

Ángeles Oliva

30 de octubre de 2022 22:32 h

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En 2009 Rafael Doctor era el 'niño bonito' del mundo del arte. Dirigía el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, el MUSAC, que brillaba como exponente de la actualidad artística más prometedora, y a su lado se acercaban creadores internacionales de prestigio, artistas españoles y famosos del mundo de la música y el cine. Un día de ese año decidió dejarlo y presentó su dimisión.

“Salí de ahí replanteandome lo que era el sistema. Me di cuenta de que había acabado formando parte de lo que más detestaba. Yo estoy en el arte porque considero que puede cambiar el mundo. Sin embargo, dirigiendo una institución de un peso como el MUSAC, que tuvo un éxito bestial, me convertí en todo aquello que no quería ser. Estaba siendo parte muy activa del baluarte de un sistema mercantilista y elitista. Tenía mucho peso, me sentía como el niño de moda del arte, durante un tiempo. Todo el mundo quería estar conmigo. Aquello me desbordó, me desengañé completamente de la función que tenían los museos”, explica Doctor.

Antes del MUSAC, Rafa Doctor fue director de Espacio Uno del Museo Reina Sofía, programador en la sala de exposiciones Canal de Isabel II y en Casa de América, y comisario de decenas de exposiciones en museos de España y Latinoamérica. Su gestión en el MUSAC, que se inauguró en 2002 con él al frente, le catapultó a la escena más glamurosa y opulenta del mundo del arte contemporáneo español.

En 2017, obtuvo por concurso público la dirección del Centro Andaluz de Fotografía (CAF), dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Dos años después, fue destituido sin ver concluido su mandato, en una decisión que el gestor atribuyó como consecuencia de la victoria electoral de la derecha en las elecciones autonómicas. Ese cambio político, dijo en comunicado, había provocado “parálisis” y “ataques” contra su programación, que fue acusada de “ideológica”.

Elitista, impostado y hipócrita

“En el mundo del arte hay una impostura y una hipocresía generalizada. Se acepta socialmente el sistema del arte como algo positivo y, sin embargo, es uno de los pilares que sostiene la injusticia y la desigualdad del mundo. El arte que hacemos en la mayoría de las instituciones fomenta un elitismo no solo económico, sino también uno que a veces es peor, un elitismo intelectual”, reflexiona Rafa Doctor.

“Claro que es mucho mejor eso que construir tanques, pero yo me sentí decepcionado. Mucha gente no lo entendió, no se entendía que el niño de éxito que era yo lo dejara, cuando cobraba más que el propio presidente de la Junta de Castilla y León”, añade.

Sumergido en una crisis vital, el animalismo, que siempre le había interesado, apareció entonces como eje fundamental al que entregar su trabajo y su energía. Quiso aprovechar su potencial como aglutinador de artistas y colocó en el centro de su vida su activismo, que es una crítica al sistema perverso que rige el mercado artístico.

Conectar con el dolor animal

“Fue algo paulatino, decidí conectar con el dolor inmenso en el que se sostiene el mundo en relación con los animales, y, por otra parte, empecé a trabajar en diversas fórmulas para replantear lo que yo había vivido, que es que las obras se valoren según el precio que tienen, que el reconocimiento del arte esté en función de la economía”, cuenta.

Aprovechando su círculo de amistades, decidió buscar maneras para apoyar a unos amigos que habían creado la protectora de animales Animal Rescue, y lo hizo desde la creación artística. Primero fueron unos dibujos sobre fotografías, que hacía él, y que se vendían a 20 o 25 euros. “Fue un juego, y vi que funcionaba, atrajo a mucha gente, cada vez que lo hacía sacaba mucho dinero para la protectora, era cien por cien para ellos, en lugar de ir a una manifestación a gritar, esta es otra forma de activismo. Desde entonces he colaborado con decenas de protectoras, y la cosa ha funcionado”, cuenta Doctor.

Un día creó un nombre, una especie de alter ego con el que firma el proyecto. Mientras charlaba sobre sus dibujos con la fotógrafa y activista Estela de Castro, le dijo que eran “tan feos como monstruos”, y de ahí salió Monsters for Animals. De Castro, retratista de la familia real en sus fotos oficiales del año 2020, donó obra propia para el proyecto. Pierre Gonnord, Cristina de Middel, María Cañas, Jorge López, Ángel Marcos o Paco Peregrin también se subieron al barco. Cristina de Middel, actual presidenta de la Agencia Magnum, le cedió las fotos originales de una serie completa de astronautas, y se vendió todo. Para entonces, el precio ya no eran los 25 euros del inicio, alguna imagen llegó a venderse a 1.000 euros, un precio muy inferior a los ocho o diez mil euros por los que se vendería en una galería. Desde que creó y lanzó la marca, Doctor ha conseguido que las protectoras reciban donaciones por la venta de más de 5.000 dibujos.

El último ha sido Alberto García-Alix, Premio Nacional de Fotografía, que ha sido el primero en firmar las obras que ha donado. Junto a Doctor han elegido 212 (250 euros por obra) que se han catalogado en un libro editado por Cabeza de Chorlito. “Este es un no mercado del arte porque aunque estén firmadas por un autor como Alberto García-Alix o cualquier artista, se trata de llegar ser accesible. Aquí no hay porcentajes para galerías ni para artistas. El artista lo da todo y yo también”.

Además, Doctor ha creado el club Los Doscientos, un proyecto editorial con el que busca una forma de coleccionismo con precios muy por debajo del mercado. Publica cuatro libros al año con una tirada única de 200 ejemplares para los 200 socios suscritos. Cada ejemplar lleva dentro una obra original de un artista que el comprador recibe sin intermediarios. “Intento acercar el coleccionismo de calidad a personas con una economía real, haciendo que el artista se implique de forma personal rompiendo los precios de una galería comercial. En lugar de 2.000 euros como costarían en una galería, las obras cuestan 100”, explica Doctor.

Los Doscientos lleva publicados más de treinta libros. El próximo tendrá a Cristina Lucas como protagonista. Doctor se ocupa personalmente del proyecto, junto a su sobrina, y cuenta cómo los miembros del Club son tan diversos como sus amistades: “Hay enfermeros, camareros, médicos, albañiles, también gente que está empezando a estudiar arte, hay algunos famosos, estaba Pepe Guirao, que fue Ministro de Cultura, en general hay gente muy normal, y hay incluso alguna galería. Es arte asequible de una manera muy humana, intentamos fomentar el encuentro. No son inauguraciones típicas, sino encuentros en los que se mezcla gente de todo tipo durante toda una tarde, fomentamos el arte como punto de encuentro”.

Los otros son también los animales

En 2016, Doctor participó de la creación de Capital Animal, una plataforma para visibilizar las problemáticas de los animales desde la creación artística, que tuvo actividades en museos y centros de arte Madrid, Valencia y México. Esta iniciativa aspira a volver en 2023. “Es lo mejor que he hecho en mi vida, mucho mejor que mi trabajo en el Reina Sofía o el MUSAC. Ahí tuve, por primera vez, una respuesta muy sólida, conseguimos que mucha gente despertase ante la causa animal”, dice.

Recuerda Doctor que los otros son también los animales: “Soy animalista desde que nací, pero me he quitado la venda que esta sociedad impone sobre los animales, que dice que es normal abusar de ellos y que es normal comérselos. Yo vengo del feminismo, de la idea de la igualdad como la base de cualquier diálogo. Los animalistas con la igualdad damos un paso más y entendemos que dentro de los derechos y del diálogo de igualdad tienen que estar las especies animales. La especie humana ha construido un relato a través del cual domina el mundo, y ese relato nos está llevando a la autodestrucción, aparte de soportar un dolor sin precedentes”, reflexiona.

Al lado de las consecuencias devastadoras del cambio climático para los seres humanos, Doctor recuerda los efectos en los animales. “Asistimos a una debacle medioambiental con consecuencias cada vez peores. Hay muchas víctimas, no solo nosotros. Los animales están sufriendo en unos casos directamente la extinción y, en otros, la esclavitud, que forma parte de un sistema atroz y amoral, que se basa en un relato que se cae por su peso”. Desde su posición dentro del sector cultural y la visibilidad que eso le da a sus proyectos, Doctor recuerda que, dentro del animalismo, los que más luchan son otros: “Para mí la vanguardia, los verdaderos héroes, son las personas que salvan vidas. Son gente que ha renunciado muchas veces a una vida convencional, a lo que llamamos normal. Porque el animalismo no se trata solo de ayudar unas horas, sino que hay personas que se dedican 24 horas al día los 12 meses del año, a salvar las vidas de los animales. Me arrodillo ante ellos”, concluye.

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