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David Foenkinos resucita a Charlotte Salomon en una “biografía emocional”

EFE

Madrid —

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David Foenkinos y Charlotte Salomon es la historia de la “fascinación” de un escritor francés hacia una “excepcional” pintora alemana asesinada a los 26 años en Auschwitz y de la que nació “Charlotte”, “una biografía emocional” premiada con los prestigiosos Renaudot y Goncourt de los estudiantes en 2014.

“No es una biografía clásica, es emocional. Quería contar también la historia de mi fascinación hacía una artista que descubrí en una exposición en París” siete décadas después de muerta, explica en una entrevista con Efe en Madrid el también autor de “La delicadeza”.

La admiración de Foenkinos hacia la obra de Salomón es “total”, y lo es, explica, “por su emotividad, su fuerza y su modernidad”.

Y también, añade, porque “se lee como una novela, en la que cuenta su propia historia, la de una joven muchacha en la Alemania de los años 30”, que vive el ascenso y plenitud del nazismo, así como un terrible legado familiar: las mujeres de su familia se terminan suicidando.

Un secreto que ella descubriría apenas tres años antes de morir en la cámara de gas de Auschwitz, donde llegó en octubre de 1943 embarazada de cinco meses.

Una “maldición” de herencia de enfermedad mental de la que ella se salvaría asida a la tabla de la creación artística, según Foenkinos, que la pone como “un ejemplo de superviviente”.

En menos de dos años, de 1940 a 1942, Salomon compuso una obra compleja en la que mezclaba pintura, teatro y música. La tituló “Leben? oder Theater?” (“¿Vida? o ¿Teatro?”).

En esa obra, Salomón repasa su vida en más de mil gouaches, desde la primera imagen, la del suicidio de su tía en 1913, a quién no conoció y de la que llevaba el nombre, hasta la última, donde se pinta a sí misma cuando en 1940 elige vivir y convertirse en pintora: se representa pintando frente al mar y escribe sobre su espalda el nombre de la obra “Leben? oder Theater?”.

También representa el suicidio de su madre, que se arrojó por la ventana cuando ella tenía 10 años, y el de su abuela.

Un trabajo que le permitió lograr el equilibrio mental y salvar su vida, aunque por poco tiempo en un mundo contaminado por los fascismos y la locura de la guerra.

En “Charlotte”, publicada en español por Alfaguara, Foenkinos comparte con el lector sus andanzas y emociones al visitar todos los lugares que su heroína había habitado a lo largo de su corta vida.

Reflexiona, además, sobre la compleja y misteriosa mecánica de la atracción humana, que en su caso reconoce como “extraordinaria” hacia esa joven de innegable “belleza e inteligencia”.

Ese carácter tan personal le hizo suponer que este libro sería el más “confidencial” que había escrito hasta el momento, por eso el hecho de que en Francia fuese un “fenómeno” le pilló por sorpresa.

Ese “enorme” éxito ha contribuido al redescubrimiento de una artista que Francia va a homenajear con la colocación de placas en los lugares en los que vivió, incluido desde donde fue deportada tras ser denunciada a los nazis por un colaborador francés, que fue fusilado tras la Liberación.

Con la nieta de ese “bastardo” llegó a tomar café Foenkinos en su largo peregrinar tras las “huellas” de Salomon. Un encuentro que no refleja en su novela porque no quería “contaminarla”, pero que le lleva a reflexionar sobre las “heridas” que portan los descendientes de los colaboradores y nazis, y de las que nunca se habla.

Y no quiso darle ni una línea a ese delator porque “Charlotte”, subraya, es una novela “sobre la vida, la esperanza y la creación”.

Y al igual que Salomon, hija única de un reputado médico alemán, inventó en cierto modo una nueva forma de hacer arte, Foenkinos (París, 1974) innovó en su estilo al escribir esta novela con frases muy cortas, con apariencia de poema de versos libres que dan un aire como de largo salmo que se extiende en 200 páginas plenas de delicadeza y admiración por una mujer “inteligente” y “excepcional”.

“Es tan increíble todo lo que cuento de ella que, a veces, pienso que me he inventado cosas. Pero no, todo es real”, afirma Foenkinos, emocionalmente agotado tras un problema familiar por el que acorta su estancia en Madrid, donde estaba previsto que hoy mantuviese un encuentro con sus lectores en el Instituto Francés para presentar su novela, una obra que le ha dejado “vacío”, sin fuerzas para crear.

Por Catalina Guerrero