Un espacio de arte 'secreto' se estrena con éxito en el Empordà con el gaditano Sierra

Girona, 16 sep (EFE).- El Empordà, un rincón de la Costa Brava donde el arte rezuma en lugares como los museos de la Fundación Dalí, los de escultura y fotografía de la Vila Casas o el futuro Thyssen de Sant Feliu de Guíxols, ha estrenado un nuevo espacio, secreto, de la mano del pintor gaditano Manolo Sierra.

Sierra, con la exposición “Sueño de una noche de Manolo”, se ha encargado de abrir el fuego en una sala de la que no hay dirección, de la que sólo se puede visitar la web 'ssh.cat' y que responde al nombre de Secret Mill -Molino secreto en inglés-.

La clave para conocer este lugar es contactar a través de la web con los responsables del proyecto y, una vez se es aceptado, recibes un mapa de cómo llegar en la hora y día concertados.

“Ni siquiera estamos en google maps”, puntualiza Manolo Sierra, conocedor del lugar después de tener instalado allí su estudio durante dieciocho años.

Él nació en Chiclana (Cádiz), recibió una formación “muy académica” en Sevilla y acabó instalado en el Empordà, aunque su obra ha llegado también a otros puntos de España como la Sala Parés de Barcelona, la Fundación Vila Casas, el gaditano Baluarte de la Candelaria o diferentes galerías de Madrid.

Ha expuesto igualmente en países como Alemania, Bélgica, Colombia o Emiratos Árabes y el éxito en “Secret Mill” ha hecho que “Sueño de una noche de Manolo”, que se inauguró a finales de agosto, se haya prorrogado todo octubre.

Todo ello con la “dificultad comercial” según reconoce que supone la gestión comercial de esta singular propuesta, de la que él ejercerá como asesor artístico sin entrar en la gestión.

El propietario de este antiguo molino es un productor y creativo británico, “muy celoso del lugar” en palabras de Manolo Sierra, que vio como el temporal Gloria de 2020 debilitó las estructuras de la construcción hasta que el tejado se hundió.

La necesaria rehabilitación, con Sierra en medio del “drama” de quedarse sin estudio, ha llevado como solución a mantener aquel espacio a cielo abierto.

El gaditano conserva ahora su taller en una planta superior, pero Secret Mill acogerá en ese espacio sin techo diferentes proyectos artísticos que sucedan al inaugural y en los que se consolide un proyecto concebido para favorecer la relación entre público y creadores gracias al espíritu intimista con el que ha nacido.

De “Sueño de una noche de Manolo”, su autor revela que es una selección de sus últimos veinte años en este lugar y en el que su estudio allí es protagonista.

Sin embargo, su obra la define como “bicéfala”, ya que la reforma le llevó a revisar cuadros antiguos en los que sacaba a la luz una parte “más onírica” que nunca había mostrado y que al propietario de Secret Mill le parecieron interesantes.

“Una parte son mis espacios realistas y lo onírico son mis vomitonas con pintura sobre papel, dos caminos que se cruzan a veces, pero que suelen ir en paralelo, aunque diría que el concepto es el de una trenza que a veces se entrelaza”, añade.

Miquel Sierra, que estuvo siete años en el Palau de Casavells, también en el Empordà, de la mano del galerista Miquel Azueta, vendía allí casi todas sus creaciones apenas acabadas y, ahora, se congratula de haber acumulado suficiente obra como para darle un “hilo conductor” a sus exposiciones.

La de Secret Mill supone una oportunidad para conocer su creación y también descubrir este lugar, del que se pide que se conserve el secreto para mantener ese espíritu íntimo tan particular.