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Eva Mir inicia una fulgurante carrera como dramaturga que le provoca vértigo

Madrid —

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Madrid, 21 feb(EFE).- Cuando mujeres y hombres de su generación luchan por hacerse un hueco en aquello para lo que se han formado, la dramaturga y directora teatral Eva Mir, a sus 24 años, ha estrenado dos obras en el Centro Dramático Nacional, una fulgurante trayectoria que confía en que no sea un espejismo.

“Da vértigo estar a la altura” de los reconocimientos, explica la joven dramaturga, consciente de la responsabilidad, en una entrevista con Efe, en la que asegura que si no hubiera conseguido el premio Calderón de la Barca estaría “en fase de abandono”, porque estaba a punto de “trabajar en cualquier otra cosa. El premio lo ha cambiado todo”.

Eva Mir (Valencia, 1996), titulada en Dramaturgia y Dirección Escénica por la RESAD de Madrid, ganó el Premio de Teatro para Autores Noveles Calderón de la Barca 2019 que otorga el Ministerio de Cultura por su obra “Héroes en diciembre”

El jurado valoró “su temática controvertida, la compleja construcción de los personajes y la calidad de su escritura dramática”, un reconocimiento que no se acaba de creer.

Una obra que acaba de subir al escenario del Teatro Valle-Inclán, también como directora, su segundo texto en el Centro Dramático Nacional donde debutó escribiendo, junto a Alfredo Sanzol y Victoria Szpunberg, “La conmoción”.

“Verme con una oportunidad así al inicio de mi trayectoria genera una distorsión, es como si le pasara a otro, me siento como una impostora”, comenta con una sonrisa.

De niña escribía relatos cortos, pero el teatro le quedaba lejos. Debe a su abuela su afición por la lectura, a su madre su vinculación a la pintura, su afición a la danza y a la música -toca el saxofón- que le ha permitido estar conectada con el mundo del arte.

Lamenta que su generación tenga una imagen fallida del teatro, que lo perciba como una materia escolar “obligatoria y aburrida”, que se queda en los clásicos, una circunstancia que cree que cambiará según vaya bajando la edad de los creadores y los jóvenes se den cuenta de que “los textos hablan de lo que nos está pasando ahora”.

Asegura que nunca culpará al público de no asistir al teatro, “somos los creadores los que tenemos que acercarles con historias que les interesen”, y pide a las instituciones que genere estrategias que les estimulen a sentarse en una butaca.

Después de un texto como “Héroes en diciembre”, le motiva escribir una historia que nada tenga que ver con ella, un completo cambio de género -en el que está ahora- que para su sorpresa le ha llevado a mezclar comedia con ciencia ficción.

Eva Mir define sus referencias como un híbrido que va desde los grandes clásicos, como William Shakespeare o Federico García Lorca, autores que apelan a las pasiones, al amor, la muerte, el placer, pero también las encuentra entre autores contemporáneos a los que admira. “Poder ver lo que hay en cartelera me permite descubrir nuevas formas escénicas y dramatúrgicas”.

Gran defensora de la ficción, considera el teatro como un lugar de reflexión y reivindicación sin que eso signifique abandonar el aspecto artístico en pos de un discurso, dice la autora de “Antípodas”.

Reconoce que el premio Calderón ha validado su trabajo, le ha permitido saltarse fases, pero una vez que su obra deje los escenarios sabe que “hay que volver a empezar” en un mundo en el que ya ha vivido la parte precaria, donde ha tenido que autoproducir sus obras y lanzarse a la búsqueda de recursos, consciente de que ha llegado pronto donde esperaba.

“Ha sido el año del desastre, pero lo estoy viviendo como el mejor año de mi vida en lo profesional”, concluye esperanzada.