Harto de los socavones que se encontraba en el barrio, un vecino de Ramsbottom, Greater Manchester, se ha tomado la justicia por su mano. Una mano que, por cierto, iba armada con una lata de pintura y una idea muy clara de lo que molesta realmente a los responsables del municipio. Wanksy -que es como se llama el misterioso vengador callejero- se dio cuenta de que la brigada que se encarga de limpiar los graffitis de las paredes era más efectiva que la que se ocupa de tapar agujeros. Y su idea genial ha sido pintar penes alrededor de los socavones para que las autoridades los tapen.
La primera vez fue de broma. Como explica en su página de Facebook, llevaba ocho meses llamando al ayuntamiento para que taparan un socavón especialmente grave en las inmediaciones de su casa. Cansado de golpear las puertas oficiales, decidió pintar un pene alrededor del boquete y firmarlo como Wanksy, el hijo de un matrimonio imaginario entre el famoso artista graffitero Banksy y la palabra wanker (pajero). Para su gran sorpresa, el pene fue eliminado en 48 horas y el agujero, también.
El artista callejero está muerto; ¡viva el artista carretero!
Armado con un spray de pintura no permanente y una nueva estrategia ganadora, el artista puso manos a la obra y empezó todos los agujeros con sus penes correspondientes. Los agujeros largos se convirtieron en penes largos, los anchos en penes gorditos y así, hasta que llegaban las autoridades y tapaban agujeros y penes con una censora cucharada de alquitrán.
“No todos se llenan -decía en una entrevista. - Es más, creo que el ayuntamiento los está ignorando a propósito, ahora que sabe de qué van”. Los responsables de mantenimiento le han confirmado al Manchester Evening que Wansky no les parece gracioso. “No sólo es obsceno y vandálico, también es contraproducente -han dicho en un comunicado.- Cada penique que nos tenemos que gastar limpiando estos graffiti es un penique que no tenemos para tapar los agujeros”. Cierto o no, la BBC dice que ahora los tapan ahora mucho más rápido que antes.
Wanksy se autodenomina “artista carretero” (road artist), una alternativa que le parece más apropiada al “artista callejero” (street artist) y su popularidad en los últimos días ha crecido tanto que podemos empezar a hablar de viralidad. No es descabellado imaginar que otros seguirán su ejemplo, nuevos artistas catereros que convertirán las calles en un festival de órganos reproductivos cuya única función es la de ser eliminados por las autoridades locales.