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“Me llevo mejor conmigo desde que cuento lo que siento”

Soleá Morente presenta su primer disco en Joy Eslava. / Celine Beslu

Patricia Godes

Enrique Morente y su hija estudiante entran juntos y se sientan en un aula de la facultad de Filología. Morente es con diferencia el mayor de los alumnos pero posiblemente sea el que siente más entusiasmo por las letras, la poesía y el ansia de saber. También es el único que no se va a examinar, el único que nunca obtendría un título y seguramente el único que no lo necesita.

Soleá Morente recuerda con cariño la anécdota de su padre asistiendo como oyente a sus clases universitarias empujado por las mismas inquietudes que motivaron toda su carrera, su música y sus experimentos. Inevitable no hablar de su padre con la más joven de las Morente que está presentando en medios y en escenarios su primer álbum, Tendrá que haber un camino, editado en noviembre por El Volcán y Sony.

“En casa, con mi padre, después de comer nos poníamos a cantar, a hacer palmas, a tocar la guitarra, a escuchar discos… Es nuestra forma de relacionarnos, estamos acostumbrados a cantar juntos. Estrella vive en Málaga, nosotros en Granada: cuando nos encontramos, ella me enseña una letra, yo le pongo algo que he grabado, bajamos al estudio donde está grabando Kiki -José Enrique, mi hermano pequeño- Cuando mi hermana está grabando, me llama y me dice: ”Soleá, ven y me haces unos coros“. Nos buscamos unos a los otros. Lo necesito”.

Tus hermanos y tu madre han colaborado en tu primer álbum. ¿Es difícil trabajar con la familia?

No es trabajo, es lo que hacemos. Soy muy feliz de tener la familia que tengo… Pero con mis hermanos también nos peleábamos de pequeños. Por un lápiz, por un bollicao o porque te habías chivado a papá.

Escuchando el disco, la sensación es de que lo habéis pasado muy bien haciéndolo.

Sí, sí. He disfrutado, ha sido mágico. No me creía que lo había terminado, me parecía un sueño hecho realidad porque había sido todo muy disperso y no creía que lo fuera a conseguir nunca. Estoy disfrutando mucho canalizando la experiencia y asimilándola dentro de mí.

Rock, post rock, flamenco, pop, música ligera, electrónica… El álbum es un puzzle con muchas piezas, ¿cuál de todas ellas es la que te gustaría seguir?

El disco me ha brindado muchas cosas que no buscaba premeditadamente, pero me he encontrado con ellas, como la música electrónica, que tiene muchas posibilidades. ¿Con cuál me quedo? ¡Con todas! Es como cuando tienes varios hijos y no te puedes quedar con ninguno, Me siento a gusto con todas las canciones, sino, no las hubiese hecho. No hubiera podido grabarlas ni defenderlas. Me he dado cuenta de lo difícil que es y al mismo tiempo lo mágico que es hacer lo que quieres realmente y confiar en ello. En cada una he puesto los cinco sentidos. Me las tomo todas muy en serio: en todas soy yo en ese momento.

¿No ha sido un proceso caótico barajando tantos elementos y con tantos colaboradores?

Me costaba muchísimo trabajar desde un concepto concreto, con una etiqueta y un solo productor. Me parece que soy más inquieta. Me interesa más la libertad. Así es como soy yo y cómo me encuentro en este momento de mi vida: no sé adónde voy a ir a parar. Y no solo es que no lo sepa, sino que me gusta conocer cosas nuevas y conocer gente. Estoy en un momento de aprendizaje, de formación. Pero me llevo mejor conmigo misma desde que cuento lo que me pasa y lo que siento.

¿Aunque sean canciones de otros autores?

Sí, porque me siento identificada con las canciones que me llegan. Pido lo que necesito y he tenido la suerte de estar rodeada por músicos de mucho talento que parecía que tocaban la tecla de lo que yo necesitaba. Me interesa mucho la composición, me hace sentir bien poder expresar lo que siento, lo que pienso, cómo me encuentro. Me interesa el conocimiento del instrumento y pienso seguir formándome porque me doy cuenta de lo mucho que me falta por aprender.

Muy niña aún, Soleá ya cantó en la Misa flamenca de su padre y, con solo 15 años, en la grabación y presentaciones del mítico Omega. Junto a él, había comenzado a preparar un álbum que el prematuro fallecimiento del maestro dejó inconcluso.

Su carrera propiamente dicha comienza en 2012 con su colaboración con 'Los Evangelistas', grupo formado por conocidos miembros de la aristocracia pop granadina, con quienes comenzó haciendo coros en el Homenaje a Enrique Morente, también editado por El Volcán. Con ellos, ha llevado a cabo una breve gira de presentación de 'Tendrá que haber un camino' en cinco ciudades españolas que termina en Madrid el próximo día 25. Soleá también es actriz, ha interpretado a Lorca y está preparando algo con el actor y director Secun de la Rosa. Su primer álbum ha logrado gran eco mediático.

¿Cómo te gustaría que te escuchemos, sentados en el sofá, con el mp3 en la calle y en el metro o en casa cuando estamos quitando el polvo y pelando patatas?

Me gustaría que me escuchase cada persona como le apetezca y en el momento que le apetezca. Si le puedo aportar algo a la persona que está limpiando su casa, o a la persona que se acaba de enamorar o ha sufrido una decepción amorosa, o simplemente a quien quiere oír música en ese momento, pues le digo: gracias por escucharme y bienvenido a mi universo. Estaré encantada de formar parte de ese momento.

Si te digo que el disco suena fresco y dulce, ¿te identificas?

Sí, me gusta mucho la combinación.

¿No te parece que la dulzura está mal vista? ¿No tenemos la impresión de que, en estos tiempos que atravesamos, tenemos que ser duros, amenazadores e insolentes?

A mí me gusta la dulzura, creo que me hace falta lo dulce igual que hace falta lo duro. Dulzura en el sentido de amabilidad y de ser agradable con los demás. Sin caer en lo empalagoso.

¿Y por qué no empalagoso? A todo el mundo le gusta el chocolate y las golosinas, pero parece que en la música la dulzura asusta.

Es que te cansa, ¿pero, por qué no? En los tiempos que vivimos, creo que es necesario empalagarse en algún momento con algo que te gusta mucho: tener amabilidad y tratarse con cariño a uno mismo.

Hablando de estos tiempos convulsos que atravesamos, ¿por qué un disco lírico e intimista hablando de tus cosas, cuando mucha gente está llorando, protestando y sufriendo?

Hay canciones de amor, metáforas: el amor es muy importante. En estos tiempos tan duros que estamos viviendo creo que hay que apoyarse en él. Si no hay amor, no hay poesía y es todavía más duro. Yo no podría vivir sin ellos. A través de mis canciones y del concepto del disco, desde el mismo título, hay un mensaje de esperanza, de buscar una salida a los problemas.

Un disco bonito, variado y fácil de escuchar como Tendrá que haber un camino puede resultar demasiado ligero. Ligero en contraposición a jondo. ¿Te molesta si te lo digo?Tendrá que haber un camino

¿Para qué quieres que sea pesado o intenso? Quizás es que me siento así en este momento de mi vida y me he permitido expresarme con toda sinceridad. Ni siquiera pensaba sacar un disco, iba simplemente recogiendo canciones: lo que me apetecía, lo que sentía en cada momento. Quería sentirme bien sin pretender nada más que compartirlo con el público. Tiene su parte ligera y tiene su parte intensa, como la Ciudad de los gitanos que tiene su intensidad con mucho ruido fuerte. O Arrímate. O Dama errante.

¿Nos ayudas a comentar algunas canciones del álbum? Oración, ¿de qué trata?Oración

Es un himno a la libertad de expresión y una defensa de los derechos humanos: todo el mundo tiene derecho a equivocarse a escribir su destino. Soy muy consciente del momento que estamos viviendo, el artista tiene la obligación de aportar su granito de arena. Hay que imponerse a este sistema que quiere controlarlo todo.

¿Están bailando?Están bailando

Habla de amor imposible. Una canción que cantaba mi padre: “Están bailando un clave y una rosa, la rosa es encarnada y el clavel blanco”. La oía cuando yo era pequeña. Me fijaba mucho en las letras y me imaginaba que pasaba de verdad, me imaginaba la rosa y el clavel abrazados bailando. Luego está esa guitarra heavy que contrarresta.

¿Vampiro? Un título nada flamenco. Vampiro

No, por eso me gustó. Me pareció diferente. Esta canción es de La Bienquerida, me la cantó y me hizo gracia la palabra. Habla de una chica que quiere saber si está hablando con un vampiro o no. Es una metáfora al vampirismo psicológico que a veces sufrimos. Puede referirse al día a día, a la persona que tienes al lado, a un compañero de trabajo o a tu pareja.

¿Quién ha vampirizado más, tú a tus compositores y colaboradores o ellos a ti?

Espero que esté equilibrado. Estoy muy contenta, he aprendido muchas cosas de mis compañeros, aprendo día a día, pero espero haber aportado algo también.

¿Tonto? Un título raro para una canción. Tonto

Es una composición de David Rodríguez, un músico que he descubierto y que me gusta mucho lo que hace. Una canción que aporta la nota de humor. La electrónica le da algo diferente. Cuando se la oí a David, le dije: “¡Vamos a probarlo, a ver qué sale!”.

¿Todavía?Todavía

Es de La Bienquerida a quien admiro y me gusta mucho lo que hace. Le llamé para decirle que me gustaba cuando yo no pensaba ni siquiera en grabar un disco y solo estaba haciendo canciones sueltas. Un día, me llamo y me mando Todavía. Era justo lo que yo necesitaba: ese optimismo y esa positividad. Era un 4x4 que luego yo me llevé a la bulería flamenca.

Te han puesto muy bien en las revistas de música y los diarios, pero ¿qué te han dicho los flamencos?

Les ha gustado. Les ha sorprendido, pero les ha gustado.

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