Tócala otra vez, Van
Van Morrison compuso Gloria mientras tocaba con The Monarchs en Alemania en el verano de 1963, pero no debutó hasta una jam session del Maritime Hotel, el club R&B que el irlandés abrió en Belfast en abril del 1964 con tres socios: Jimmy Conlon, Jerry McKernan and Gerry McKervey. Allí tocó por primera vez con Them, su primera banda. Baby Please Don't Go, su segundo single y el primer gran éxito de la banda, llevaba Gloria de cara B.
Antes de separarse, el grupo de Morrison sacó dos discos: The Angry Young Them y Them Again. Con el segundo, que pegó fuerte en Estados Unidos gracias a Mystic Eyes, llegó la gira americana. Y con un contrato de tres semanas en el Whisky a Go Go de Los Ángeles, llegaron los Doors.
De Van Morrison a Jim Morrison
El Whisky a Go Go era entonces el centro neurálgico de la nueva escena californiana. Allí tocaban habitualmente The Byrds, Buffalo Springfield y Love, y dicen que fue allí donde Frank Zappa consiguió su primer contrato discográfico. Them llegaban como parte de una “Invasión británica” que incluía a los Beatles, los Rolling Stones, los Kinks y los Who. The Doors fueron contratados como sus teloneros en la última semana de contrato y la cosa funcionó muy bien. Tanto es así que, la última noche, las dos bandas se unieron en una versión interminable de Gloria.
Lamentablemente, un poco más tarde en la misma gira los de Belfast se pelearon por dinero de los conciertos. Van Morrison y Alan Henderson volvieron a Belfast, Ray Elliot y David Harvey se quedaron en América. Las dos secciones sustituyeron a sus ex-compañeros por músicos nuevos y se llamaron Them, un gambito que acabó tristemente en los tribunales. Unos años más tarde, reflexionando sobre el triste final de su primer grupo, Morrison dijo: “No puedes coger una cosa así, meterla en una caja con una linda etiqueta encima y tratar de venderla. Y eso fue lo que hicieron ellos, Eso fue lo que mató a Them”.
Bye bye Them, aloha Van Morrison, que reventó todas las listas de éxitos con Brown Eyed Girl en 1967. Ese mismo año empezaron las versiones de Gloria. Los primeros fueron The Gants, con una versión literal que su disco Roadrunner. Un mes más tarde, Shadows of Knight grabaron otra versión en la que la problemática línea She comes to my room (ella viene a mi habitación) fue sustituida por la más modesta She calls out my name (ella dice mi nombre). Durante los años siguientes, fue parte habitual en el repertorio de los combos de entretenimiento que tocaban en los clubs. Y los Doors la siguieron tocando desde su noche con Them, en una versión que, en lugar de suavizar la letra, transformaba a la “nena” del primer Morrison (Van) en una groupie un poco fresca, la especialidad de Morrison (Jim). Esta versión no se fue de madre hasta que un concierto del 69 en Aquarius de Sunset Blvd se convirtió en el disco Alive she cried en 1983, doce años después de la muerte de Jim Morrison.
Donde una poeta de New Jersey le cambia toda la letra
Entre el 65 y la otra noche en el Liceo, Van Morrison ha tocado Gloria muchas veces (mi favorita es con John Lee Hooke, en el Beacon Theater) pero la canción ya no era suya. Status Quo la tocaban, AC/DC la tocaban, Jimi Hendrix la incluye en su recopilatorio de 1979, Joe Strummer la tocaba con su primera banda, The 101ers. U2 la tocaba en las giras y la incluyó en su Rattle and Hum, David Bowie la tocaba en su Sound and Vision Tour. Rick Springfield, Tom Petty y Bruce Springsteen (diciendo: ¡Volvamos al lugar donde empezó todo!); Meat Loaf, Bon Jovi y Simple Minds. Pero quizá la versión más irresistible, la que propulsa esos tres acordes a la modernidad, es la que incluye Patti Smith en Horses (1975), uno de los más bellos discos de todos los tiempos.
Fiel a su persona y a su momento, la poeta conserva el estribillo y cambia la letra machista y fanfarrona por otra más apropiada, aunque muy lejos de ser políticamente correcta. Empieza diciendo Jesús murió por los pecados de alguien, pero no los míos, y justifica la intervención invocando el puro espíritu del punk: The words are just / Rules and regulations to me, me (Las palabras no son más que / reglas y leyes para mí, mí).