James Rhodes pide que no prescriban los abusos infantiles en España

El pianista James Rhodes se ha sumado a la petición para que los delitos de abusos sexuales a menores no prescriban en España. La legislación indica que la víctima solo puede denunciar hasta 15 años después de cumplir la mayoría de edad. “He escuchado a personas que han necesitado de 30 a 40 años para poder expresarlo”, ha dicho hoy Rhodes en una entrevista en Catalunya Radio. 

“Si hay algo que me gustaría que cambiara en España, porque todo lo demás es bastante increíble, es que los políticos hagan un esfuerzo para cambiar esta ley. Que, incluso si el crimen fue cometido hace 25 años, no prescriba. Que [la víctima] todavía tenga una opción legal para que se haga justicia”, ha señalado.

El músico y escritor recibió anoche en Barcelona el premio Fada a la Cultura de la Fundación Vicki Bernadet por hacer visible los abusos sexuales infantiles. En Instrumental, la feroz biografía que publicó hace un año, Rhodes contaba que se enfrentó siendo un niño al “Everest de los traumas”. Un profesor le violó desde los seis años hasta los diez y le provocó graves secuelas psicológicas y anímicas.

Ahora tiene trece personalidades distintas, un espíritu suicida que calma fumando pitillos y los dos brazos llenos de cicatrices. Pero sigue viviendo gracias, según él, a la música. “Bach, Beethoven o estos increíbles compositores, porque ellos son la prueba definitiva de que, incluso en un mundo que parece tan hostil y tan peligroso, hay algo que todavía es bueno. Hay algo que vale la pena”, ha añadido el pianista.

Una lucha de las víctimas sin justicia

En España, una persona que haya sufrido abusos infantiles tiene hasta los 33 años para denunciar. Si los abusos han sido “más leves”, como tocamientos, el plazo de prescripción es de cinco años a partir de que el agredido alcanza la mayoría de edad.

En mayo del año pasado, Miguel Ángel Hurtado lanzó una petición en change.org para reformar “un Código Penal injusto”. El joven fue víctima de abusos en su adolescencia por parte de un sacerdote y, cuando se atrevió a denunciar, ya era tarde para la justicia española.

Su campaña consiguió más de 300.000 firmas que se presentaron en el Congreso con el fin de solicitar un cambio de la normativa. El tiempo en el que prescribe este tipo de delitos está relacionado con la pena máxima contemplada en el Código Penal. En el caso de los abusos sexuales, cada agresión plantea un máximo de 15 años de cárcel. Hurtado invita a que no se pase por alto el hecho de que gran parte de los agresores no pasan ni un solo día en prisión. “Solo así [cambiando la legislación] podremos conseguir que en España no haya paz para los malvados”.