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Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

“Rumbos” es “tragicómica, como yo, como la vida”, afirma Manuela Burló Moreno

EFE

Madrid —

La directora de “Rumbos”, Manuela Burló Moreno, estrena mañana, 10 de junio, el primer largometraje que escribió después de su éxito con el corto “Pipas” (2013), una tragicomedia que se llama “Rumbos” y que es como ella, “muy yo -dice a EFE-, tragicómica. Como la vida”.

La directora, que habla con Efe en Madrid donde presentó hoy la cinta acompañada de la mayoría de sus actores, explica con gracia que sus amigos suelen partirse de risa cuando les cuenta sus cosas, por tristes que estas sean, incluso cuando a ella se le caen las lágrimas.

“He metido esa energía mía, entre vulnerable y reflexiva, en el personaje de Pilar López de Ayala”, a la que ha cambiado de registro para llevarla a “una comicidad entrañable” que la aleja de la imagen de “intensa” de la actriz, ganadora del Goya por “Juana la loca” (2001).

Y ella, “superagradecida” porque este es su regreso al cine español tras diez años, y no por gusto, explica a Efe la madrileña, sino porque no ha tenido ofertas; sí ha rodado coproducciones, como las últimas “Intruders”, “Lope” o “El extraño caso de Angélica”.

Miki Esparbé, en seis películas en el último año y aún por estrenar “Cuerpo de élite”, es su novio, el “deleznable” Iván.

“Es que hay mucha gente muy patosa en el amor”, que carece de valentía para “no cargar en los hombros de otros sus fantasmas y sus movidas”, asegura Esparbé a Efe, quien confía en que “no haya muchos novios como este”, pero está convencido de que a “muchos” no les resultarán ajenas “alguna de las frases que aparecen en la primera secuencia de la peli”.

Porque si “Rumbos” tiene una virtud es que refleja la vida; por eso, explica la directora, su interés de que la cinta transcurra en tiempo real: dura exactamente lo que el programa de radio que todos están oyendo.

Con ese hilván, y la música de Cristina Rosenvinge, se cruzan seis historias de amor mientras sus protagonistas se trasladan en otros tantos vehículos; ellos, y su equipaje vital.

Dos adolescentes en un Ferrari rojo -Cristopher López y Emilio Palacios-, un taxista herido por una traición -Karra Elejalde-, una mujer cansada de esperar -Nora Navas-, y un camionero enamorado de una prostituta madura, un hombre “incapaz de decir te quiero, pero que saca el valor para decirlo de ese amor”, explica a Efe Fernando Urbizu.

Para Carmen Machi, esa prostituta, Lupe, “es una mujer muy normal, con una edad muy concreta, que no tiene ninguna intención de empezar una nueva vida. Tiene sus decisiones tomadas, es prostituta y, aparentemente, una mujer alegre que desprende vitalidad y luz aún con un pasado muy triste, pero que se ha calzado el tacón y ha tirado para adelante”.

“Está sola, pero no por ser prostituta, la vida le quitó algo muy valioso pero también le dio un regalo...”, que ya no cuenta Machi, “por no desvelar”, pero sí apunta (por tres veces) que “le gusta” esta mujer, “como espectadora, quiero que le vaya bien. No pide nada y la gente que no pide nada merece el cielo”, considera.

También es Lupe el personaje favorito de Ernesto Alterio, el conductor de ambulancia Alberto, “un hombre al que conocemos en su mejor momento, a punto de emprender una nueva vida junto a la mujer que ama y cumplir muchos de sus deseos; un hombre cariñoso, que ha sufrido, muy currante...pero la vida le guarda sorpresas”, señala el actor a Efe.

Su pareja es Manu, su compañero enfermero, que interpreta Rafael Ordorika (habitual de los cortos de Burló Moreno), a pesar de que su historia es con una mujer con la que nunca coincide en escena.

La interpretación cuando se hace en un sitio tan pequeño ha de basarse en el diálogo, y ahí -y en eso coinciden todos los actores- el mérito ha sido de la directora, que logró unificar el tono de todos ellos, aún cuando sólo trabajan juntos por parejas, sin conexión con los otros, gracias a unos potentes diálogos y a que Burló Moreno lo tenía todo “muy claro”.

“Mantener tanta verdad me preocupaba, pero los actores están tan bien y te metes tanto con ellos, que se te pasa volando”, afirma Burló Moreno.