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'The Americans': el pasado se hace actual
Cuando se estrenó, The Americans puso en primera línea un filón narrativo que las series de televisión no habían explorado o por el que solo habían pasado de puntillas. En un contexto en el que la actualidad informativa se convierte rápidamente en carne de cañón de los guiones de ficción, The Americans trajo de vuelta la Guerra Fría. Y lo hizo en un momento en el que se estaban encendiendo los rescoldos de una hoguera que creíamos fosilizada. Los métodos de espionaje han cambiado pero el trabajo de los espías sigue siendo el mismo.
The Americans se sitúa en los años 80, pero no en el recuerdo nostálgico que se ha convertido en moda. La historia de los Jennings es la de una serie adorada por la crítica, situada siempre en las listas de lo mejor del año, con nominaciones (por fin) a los Emmy, pero que continúa en el grupo de las grandes series con audiencias pequeñas.
Algo que no ha impedido, afortunadamente, que esta semana haya inaugurado su quinta temporada (en Fox España) y que ya tenga fijado su final en la sexta, cuando sus creadores han querido y no cuando las audiencias lo han determinado.
The Americans es el relato de los años más duros de la tensión entre la Unión Soviética y Estados Unidos, la era de Reagan, el trabajo de los espías y de los agentes dobles. Pero también es un relato sobre la lealtad, la naturaleza humana y la familia: la de los lazos de sangre y la que está fundada en las convicciones políticas y morales.
Los Jenning se presentaban ante nosotros, y ante el barrio acomodado en el que viven en Washington, como un modelo de familia media estadounidense: un matrimonio joven y atractivo dueños de una agencia de viajes y dos hijos adolescentes. Bajo esa fachada, Elisabeth y Philip ocultaban que eran dos agentes del KGB, casados por conveniencia y obligados a adaptar un estilo de vida que repudiaban para desarrollar su trabajo de espionaje, asesinatos, extorsiones y traiciones incluidas, en el corazón de Estados Unidos.
The Americans no se permite ningún guiño nostálgico. Su ambientación ochentera es sobria, siempre al servicio de la historia, y bajo su look austero se esconde una historia volcánica que arrancó con los debates morales y familiares que arrastran los protagonistas: él se cuestiona seguir leal a la Madre Rusia o entregarse al capitalismo estadounidense para proteger a sus hijos y ella ejerce de faro ideológico, pero tiene crisis periódicas también al cuestionarse a qué familia protegería primero.
En la temporada que ha arrancado ya en EEUU y España, la tensión política es cada vez más evidente y la situación de los Jennings ha llegado al punto de ebullición con Paige, la hija adolescente que hace unas temporadas se inclinó por el activismo religioso en su búsqueda de una causa que defender y que ahora tras descubrir el secreto de sus padres se prepara para continuar la mentira que ha mantenido unida a su familia.
The Americans entra en su recta final más actual de los nos esperábamos, con unos espías que utilizaban tecnología de otra época pero que, como los de hoy en día, desarrollaban su trabajo en la escala moral más gris de una sociedad que estaba siendo vigilada más allá de lo que se podría imaginar.
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Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.