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Sobre este blog

Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.

Los cadáveres exquisitos de ‘Hannibal’

Mads Mikkelsen en 'Hannibal'

Miriam Lagoa Vidal

Lo más inquietante de Hannibal es que, después de ver un capítulo, el espectador sienta unas ganas casi irrefrenables de asaltar la nevera. Así de absorbente, fascinante y retorcida es la serie que emite la cadena AXN en España los jueves a las 23.10 en el dial 11 de Movistar TV. En manos de Bryan Fuller, el personaje creado por el escritor Thomas Harris y convertido en icono por Anthony Hopkins en El silencio de los corderos, ha saltado a la pantallas de televisión convertida en una de las mejores series del momento. También representa un buen ejemplo de cómo adaptar una historia de sobra conocida por la audiencia, sin que esto en ningún momento juegue en su contra.

La capacidad que tiene Hannibal para despertar tantas emociones contradictorias no se entiende sin la presencia de su creador, Bryan Fuller. Omnipresente delante y detrás de las cámaras, Fuller ya había dejado muestras de su particular estilo en series como Héroes, en la que fue guionista de varios capítulos de la primera temporada; las incomprendidas Tan muertos como yo y Criando Malvas. También participó en la fallida resurrección de la familia Monster en Mockingbird Lane, inspiradora directa del preciosismo formal y la atmósfera enfermiza en la que se desenvuelve el doctor Lecter.

El equipo que lo acompaña no se queda atrás. Al cargo de la dirección de varios capítulos hay especialistas en el género como David Slade (Hard Candy, 30 días de noche) o Vincenzo Natali (Cube) y en el reparto destacan la presencia de Hugh Dancy, Laurence Fishburne y sobre todo el impresionante trabajo de Mads Mikkelsen. El actor danés, conocido por los cinéfilos por Casino royale, El rey Arturo o La caza, ha conseguido superar uno de los grandes retos que tenía la serie: hacer que la audiencia se olvide de Anthony Hopkins y crear un nuevo Hannibal, un psicópata de los pies a la cabeza, un villano elegante y seductor que no necesita ganarse la empatía de la audiencia haciendo que comprenda sus motivos, como pasaba con Dexter.

A pesar de su colección de crímenes macabros y sus escenas llenas de sangre, ningún momento resulta tan perturbador como ver a Hannibal Lecter sentado a la mesa o preparando fastuosos banquetes para sus invitados. Los títulos de los capítulos de la primera temporada hacían referencia a platos o términos de la cocina francesa (Amuse-Bouche, Coquilles, Rôti...) y los de la segunda son platos japoneses (Kaiseki, Takiawase, Futamono). Las elecciones culinarias del doctor Lecter están asesoradas por el chef español José Andrés y la encargada de planificar la escenografía de sus fastuosos banquetes es la artista canadiense Janice Poon, que en su blog explica como emplata los equívocos manjares que se sirven en cada capítulo.

A pesar de su ambición por crear algo nuevo, Hannibal no olvida su herencia literaria y cinematográfica. Los capítulos están salpicados de guiños, referencias y líneas de díalogo sacadas directamente de El silencio de los corderos, El dragón rojo y otras novelas de Thomas Harris. Adivinar su procedencia ha convertido a Hannibal en una serie muy viva en las redes sociales. Los espectadores que quieran saber un poco más pueden seguir a Bryan Fuller, con la advertencia de que tuitea en directo los capítulos que se emiten en EE UU, o visitar webs como la del canal AXN, donde hay entrevistas con los protagonistas y vídeos detrás de las cámaras en el especial #DescuartizandoHannibal.

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