'Shameless' temporada 9: ¿un futuro mejor para los Gallagher?

Un 13 de enero de 2004, la cadena británica Channel 4 llevó a cabo una pequeña revolución sin saberlo. Aquel día emitió el primer episodio de Shameless, la historia de una familia numerosa y disfuncional que, en realidad, era un retrato descarnado lleno de humor e ironía de la sociedad británica más olvidada.

Aquella historia seguía las andanzas de los Gallagher. Una familia con un padre alcohólico, Frank, a quien su mujer abandonó por otra mujer. Incapaz de hacerse cargo de nada ni nadie, su familia seguía adelante gracias a su hija mayor, Fiona, que se encargaba de sus hermanos y hermanas Lip, Ian, Carl, Debbie y Liam.

El delicado equilibrio entre crítica social, comedia, drama y sincera ternura significada en un retrato de personajes memorable, pronto se ganó una legión de fans que con el tiempo se convirtió en toda una generación que comprendía y conectaba con una familia única pero cercana.

Entonces, en Estados Unidos alguien dobló la apuesta: Showtime se propuso hacer una adaptación de la serie british encajando el tono a la realidad estadounidense con un reparto encabezado por William H. Macy, Emmy Rossum, Cameron Monaghan y Jeremy Allen White. Y lo que ya era un hito generacional se convirtió en un culto de nivel internacional. Ahora llega a Movistar Series, dial 11 en Movistar+, la La novena temporada para narrar el futuro inminente de la familia, que tiene a los fans con el corazón en un puño.

Imposible no amar a los Gallagher

Con Shameless a muchos espectadores les ha pasado como con sus familiares. Han crecido con ellos, les han visto cometer errores y les han visto hacer daño a quien aman, pero también sonreír ante las adversidades y hacer grandes cosas por los demás. Son capaces de lo mejor y de lo peor y, aunque en ocasiones les sacasen de quicio, jamás han podido dejar de amarles. Los Gallagher ya son como uno más de la familia para el fan.

En esta nueva temporada acariciamos la idea, por todos deseada, de un final feliz para el clan, pero quizás debamos asumir que lo bueno simplemente es tener capacidad para progresar.

Frank, un William H. Macy tan entregado como lo estuvo en sus papeles a manos de los hermanos Coen o Paul Thomas Anderson, vislumbra una oportunidad de negocio en la política e inicia una sincera campaña para mejorar la situación de su barrio, en la zona obrera del sur de Chicago.

Mientras, su hija Fiona –interpretada por Emmy Rossum–, la persona que de verdad se ha dejado la piel por mantener la familia a flote, intenta consolidar su empresa con una gran inversión que podría catapultarla al éxito.

Por su parte, Lip –el vástago de los Gallagher interpretado por Jeremy Allen White– encuentra una nueva forma de enfrentarse al alcoholismo heredado de su padre, al tiempo que su hermano Ian –Cameron Monaghan–, afronta las consecuencias de sus delitos. Y todo con el resto de la familia enfrentándose a la lucha por salarios igualitarios, la vida militar o la ansiedad adolescente.

Siete años después de descubrir a la familia Gallagher en su adaptación estadounidense, su vida se ha convertido en la de muchas familias de clase obrera de Norteamérica, de Gran Bretaña o de España: un caos lleno de alegrías y penas, retos y futuros compartidos. Una vida en la que no hay mejor forma de enfrentarse a las vicisitudes que sonriéndole al destino.