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Análisis
Teatro

'Shock 2. La tormenta y la guerra': así se consagró el neoliberalismo según Andrés Lima

Representación de 'Shock 2 (La Tormenta y la Guerra)'. Foto: Centro Dramático Nacional.

Rocío Niebla

11 de mayo de 2021 22:31 h

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El filósofo nazi Carl Schmitt nos mira desafiante desde el Teatro Valle-Inclán de Madrid: “Si en el dominio de lo ético la distinción primera es entre el bien y el mal, si en el de lo estético lo es entre lo bello y lo feo, si en el de lo económico lo es entre lo rentable y lo no rentable, ¿cuál es la distinción primera en el dominio de lo político?”. Así arranca Shock II La tormenta y la guerra dirigido por Andrés Lima, con dramaturgia del director y de Albert Boronat.

Este brillante primer monólogo interpretado por Antonio Durán “Morris” está escrito por Juan Mayorga y la respuesta que se da el filósofo nazi tiene mucho eco en nuestros días: en política, o eres amigo o eres enemigo. Prosigue Carl Schmitt-Morris desde un escenario que gira sobre sí: “La esencia de la acción política es que siempre tiene a la vista un enemigo. Esto vale también para esas acciones que son los conceptos políticos, los cuales se convierten en abstracciones fantasmales cuando decae el antagonismo en que nacieron. Me refiero, por ejemplo, a conceptos como igualdad, soberanía o libertad. Son palabras incomprensibles cuando se olvida qué se intentaba combatir con ellas”.

En la escena siguiente vemos a Willy Toledo interpretando a Ronald Reagan (maestría en la caracterización) y proclamando: “Hemos ganado” (risas sarcásticas en sala). Y sí, el liberalismo campa a sus anchas y las urnas le acaban de dar la razón. Pero la escena nos traslada a noviembre de 1980 cuando, con la elección de Reagan, la Revolución Conservadora se expande.

Margaret Thatcher, la dama antiestado del bienestar interpretada por María Morales, sentada a su lado, afirma: “Nosotros los conservadores creemos en el capitalismo popular. Creemos en una democracia de posesión de propiedad. La gran reforma política del último siglo fue dar el voto a más gente. Ahora la gran reforma conservadora de este siglo es permitirle a más gente ser dueños de propiedad. El capitalismo popular no es nada menos que una cruzada para empoderar a la mayoría en la vida económica de la nación”. Luego contará Deng Xiaoping cómo, durante la masacre en 1989 de Tiananmen, China abría campo al liberalismo económico, para darle paso a la escena de Boris Yeltsin, interpretado también por Antonio Durán “Morris”, en la que narra cómo maniobró para que el capitalismo salvaje salude hasta en Rusia. 

Los dos obras de 'Shock' son un colosal retrato de la historia del liberalismo económico, así de cómo los intereses materiales han machacado pueblos e ideas

Shock II La tormenta y la guerra es la continuación de Shock I El Cóndor y la pluma que estos días también se puede ver en Madrid. Los Shocks hacen honor y se guían por el best seller de la periodista canadiense Naomi Klein La doctrina del Shock. Los dos obras (dos horas y media cada una) son un colosal retrato de la historia del liberalismo económico, así de cómo los intereses materiales han machacado pueblos, ideas y a sus portavoces, además de condenar al hambre y a la violencia a millones de personas.

Son dos piezas teatrales de lo que se considera como nuevo teatro-documento ya que los textos están creados a partir de discursos políticos, de fuentes documentales/documentadas y, en caso de las escenas de lo que ocurrió en el Hotel Palestina y en la Guerra de Irak, de textos del libro El hombre mojado no teme a la lluvia de la periodista Olga Rodríguez. Juan Cavestany ha participado también escribiendo una sublime escena entre Aznar y Bush en el rancho de Crawford cuando ya tenían decidido masacrar Irak. 

El dramaturgo Albert Boronat nos cuenta sobre Shock que “en los años 50 se realizan unos experimentos psiquiátricos financiados por la CIA basados en la privación sensorial y el electroshock. La idea fuerza era que ante cualquier patología lo necesario es vaciar la mente para poder construir algo nuevo y sano de cero”. La obra y el libro narra que a la vez que se hacían estos experimentos, en la Facultad de Economía de Chicago, Milton Friedman abandera una serie de teorías ultraliberales. La Escuela de Chicago consideraba que para que un país sea libre debe tener un mercado libre, y para ello, se debe eliminar cualquier intervención estatal. Para hacer realidad las teorías de Friedman se necesita desmontar el estado del bienestar.

En las obras 'Shock' contamos cómo mediante el miedo y la violencia, algunos dirigentes aprobaron paquetes de leyes que destruyeron el estado del bienestar y privatizaron los servicios públicos básicos

“En las obras Shock contamos cómo poniendo un país en shock mediante dictaduras, violencias, miedo o aprovechando la devastación de catástrofes medioambientales, algunos dirigentes aprobaron paquetes de leyes que destruyeron el estado del bienestar y privatizaron los servicios públicos básicos”, señala Albert Boronat. El dramaturgo reflexiona cómo frente a la confusión, al temor o al dolor (asesinatos, desapariciones, torturas), lo que sería el momento de conmoción para muchos es para algunos el tiempo de la destrucción de derechos, dado que los ciudadanos no tienen margen de maniobra. 

Paco Ochoa, actor de Shock I y Shock II que interpreta a casi diez personajes, cuenta que “en Shock I El Cóndor y la pluma llevamos a escena las tácticas que utiliza el capital para introducir en las sociedades las medidas neoliberales. El primer campo de experimentación fue Chile. Frente a un Salvador Allende que plantó cara a las grandes empresas que usurpaban y explotaban los recursos de todos, la CIA y las multinacionales perpetraron el golpe de Estado de Pinochet”. Shock I es un viaje histórico por la Operación Cóndor que recorría toda Latinoamérica para acabar con el socialismo y las políticas sociales. Paco Ochoa cree que el neoliberalismo ha ganado y que la Doctrina del shock sigue hoy en día en auge: “¿Qué ocurrió cuando la crisis del 2008? Se vino todo abajo, se perdieron trabajos, la estabilidad, los buenos sueldos. Y hubo un shock, que aprovecharon para plantarnos la Ley Mordaza y las reformas laborales. Y cuando salimos de la conmoción de la pérdida del poder adquisitivo teníamos menos derechos y nuevas leyes a favor del mercado”. 

En Shock II hablamos de cómo empresas cobran por reconstruir países que esas mismas empresas acaban de destruir

Shock II empieza con las Revoluciones Conservadoras de los 80 y narra lo sucedido hasta la guerra de Irak. “Esa lógica ultraliberal en Irak se desborda”, explica Ochoa. En aquel momento “la propia guerra se convierte en un negocio. Los instrumentos de la guerra y el personal pasan a ser privados y parte de un negocio. Así que lo menos beneficioso económicamente es que termine”. Para el intérprete, todo eso “es de lo que hablamos en Shock II: cómo empresas cobran por reconstruir países que esas mismas empresas acaban de destruir y cómo siguen cayendo bombas después de volverlo a construir, para seguir construyendo y haciendo negocio”, cuenta Paco Ochoa.

Mientras que para unos la guerra es un infierno, para otros es la gallina de los huevos de oro. Y mientras el dinero y el libre mercado estén por medio, no hay medio humano que lo pare. Shock I se representará en el Teatro Valle-Inclán de Madrid en mayo y junio. Shock I I también podrá verse en el mismo teatro madrileño, del 6 de mayo al 13 de junio. Y partir del 1 de octubre de 2021 a febrero 2022 Shock I y Shock II harán gira por España. Más información aquí.

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