Huawei pone a prueba su 5G en la Vila-real en plena guerra tecnológica

Los mercados mundiales contienen estas semanas la respiración a la espera de ver cómo concluyen las negociaciones que vienen manteniendo desde principios de mes China y Estados Unidos, y que, según los más optimistas, podrían culminar con un alto el fuego en la guerra comercial que vienen manteniendo ambas superpotencias desde 2018. Las consecuencias de los acuerdos que se tomen –o que no se tomen- preocupan mucho en una Unión Europea que ve con nerviosismo la imparable penetración de la nueva Ruta de la Seda china, que se sumaba recientemente un tanto en Italia. En España, si bien el Gobierno mantiene el paso que marcan desde Bruselas, el gigante asiático ya controla el puerto de Barcelona y el de Valencia.

Y es que la competición que mantienen China y Estados Unidos no persigue únicamente el dominio comercial mundial, sino que implica también la lucha por la hegemonía tecnológica y, más concretamente, por el control del 5G. Este enfrentamiento, que supone de facto una pugna por el control mundial de la tecnología digital y el dominio de la información –esa que se obtiene fácilmente a través de nuestros Smartphones-, saltó a la palestra mediática el pasado diciembre a raíz de la detención en Canadá de Meng Wanzhou, directora financiera de la tecnológica china Huawei. La empresa asiática, punta de lanza del avance tecnológico chino, elegía el mes pasado Vila-real como ciudad laboratorio en la que probar el desarrollo de su 5G en entornos urbanos.

Huawei está testando su tecnología en nuestro país en ciudades como Talavera de la Reina o Santiago de Compostela –todos núcleos de tamaño modesto-, pero Vila-real será la primera de la Comunitat. A cambio de la instalación las infraestructuras de comunicaciones, de big data y la instalación del 5G, el gigante asiático dispondrá todo el espacio urbano de la ciudad para poner en práctica sus avances.

“Imagínate que salta la trampilla del alcantarillado. Gracias al sensor instalado lo detectamos y podemos hacer que las farolas de alrededor parpadeen para indicar el peligro, así como ordenar a las cámaras a que se orienten en esa dirección”, declaraba en una entrevista el edil de Vía Pública de Vila-real, Francisco Valverde, desvelando –consciente o inconscientemente- las claves de todo el asunto.

Perlas made in china en el Mediterráneo

Se dice que, en la cena de gala durante su visita a España el pasado noviembre, el presidente chino, Xi Jinping, mostró interés por una única infraestructura española: el corredor mediterráneo. Para la nueva ruta de la seda china, que depende de las alianzas comerciales y logísticas, resulta complicado es disimular su interés por este corredor –uno de los nueve que vertebrarán Europa para 2030- . China controla en la actualidad el puerto de Valencia –comprado por la china Cosco Shipping Ports- y, a través de la compañía Hutchison, el de Barcelona.

Del corredor, que conectaría los principales países del Mediterráneo, únicamente los gobiernos de Francia y España parecen reticentes a firmar ningún tipo de acuerdo de entrada en la nueva ruta de la seda. Los acuerdos comerciales alcanzados recientemente entre China e Italia, por valor de 20.000 millones de euros, han abierto una brecha en la Unión Europea. El concierto entre el gobierno de Salvini y el gigante asiático supone, de facto, la entrada de los chinos a los vitales puertos de Trieste y Génova, garantizando el acceso al corazón de Europa.