Evitar el sarampión tras sobrevivir a un terremoto
La tierra tembló en Nepal hace algo más de dos semanas y acabó con la vida de cerca de 8.019 personas y dejó a 17.866 heridas. Los que sobrevivieron al terremoto de 7,8 grados de intensidad se enfrentan ahora a la intemperie, la falta de refugio y de saneamiento, una combinación muy peligrosa para la propagación de enfermedades como el sarampión. Neisha, de cuatro años, es una de las menores a las que Unicef ha vacunado de este virus en una campaña que pretende inmunizar a medio millón de niños en el país asiático.
Estas catástrofes no acaban cuando la naturaleza se calma. ONG y organizaciones como las Naciones Unidas advierten a la comunidad internacional de que las consecuencias del seísmo son muchas y los recursos para enfrentarlas, escasos. El principal responsable de la ONU y de la operación humanitaria en Nepal, Jamie McGoldrick, declaró el pasado viernes que su organización solo ha recibido 22 de los 415 millones de dólares que pidió para financiar en los próximos tres meses la ayuda más urgente para los afectados.
La familia de Neisha Shakya estaba en casa cuando se produjeron los temblores. Su hogar se redujo a una gran pila de escombros, como ha ocurrido con 290.800 construcciones privadas en todo el país, según los últimos datos del gobierno nepalí. Los cimientos de otros 251.800 edificios han logrado aguantar, aunque presentan daños parciales.
Neisha, de cuatro años, vive ahora junto a otras seis familias —30 personas en total— en unos asentamientos provisionales en una granja de Bungamati, en Katmandú. Su madre Indu Maharjan, 28 años, ha acudido a uno de los puestos de vacunación en los que opera Unicef para que su hija reciba la medicación contra el sarampión y la rubeola. La mujer teme que la niña enferme debido a la situación en la que viven. “Cuando llueve, entra el agua. No sabemos cuánto tiempo estaremos aquí. Cuatro familias han perdido sus casas por completo. Los niños están demasiados asustados para volver a casa”, cuenta a la organización.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los desastres naturales son un factor que multiplica el riesgo de contraer este virus, muy contagioso y que encuentra en la población infantil sin vacunar uno de los sectores de población más vulnerables. “El sarampión es muy contagioso y potencialmente mortal, y tememos que se extienda rápidamente en los campamentos improvisados, a menudo masificados, donde están viviendo muchos niños”, apuntó el representante de Unicef en Nepal, Tomoo Hozumi.
La campaña fue lanzada por el Ministerio de Salud y Población de Nepal, con el apoyo de UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según las cifras de Unicef antes del terremoto, cerca de uno de cada diez niños de Nepal no está vacunado contra el sarampión.
1,5 millones de niños mueren por enfermedades prevenibles
El terremoto de Nepal se produjo en plena Semana de la Vacunación, del 24 al 30 de abril, en la que Unicef recordaba que 1,5 millones de niños mueren anualmente a causa de enfermedades como la difteria, el sarampión, el tétanos, la tos ferina, la diarrea o la neumonía, que se pueden prevenir con una vacuna. Ahora, en medio del desastre, siguen trabajando para que las emergencias que sufre el país asiático no eclipsen problemas aparentemente menos inmediatos como éste, pero que pueden acarrear graves consecuencias.
“Hemos estado trabajando durante décadas para eliminar el sarampión en Nepal. Si no actuamos ya, hay un riesgo real de que resurja como una grave amenaza para los niños, lo cual supondría un revés para nuestros esfuerzos”, afirmó Tomoo Hozumi.
Jorge Caravotta, portavoz de Unicef en India, estaba a 600 kilómetros de la frontera con Nepal cuando tuvo lugar el terremoto, que paralizó temporalmente algunas campañas de vacunación en el país vecino, donde también se sintieron los temblores. Caravotta habla con eldiario.es desde Uttar Pradesh, el estado más poblado de India —con 200.000 millones de habitantes—, donde hasta el 14 de mayo se desarrolla la segunda campaña de la Misión Arcoiris, con cuatro ruedas de vacunación para alcanzar a niños que nunca se han vacunado, “para inmunizarles con siete vacunas que afectan a las enfermedades más comunes en la infancia”.
El portavoz de Unicef indica que en India la tasa de vacunación media es del 62%, aunque “algunos distritos presentan índices muy bajos, en torno al 20%”. Por ello, la organización desarrolla esta misión con el Ministerio de Salud del país, en la que involucran a la población a través de campañas de información. Las campañas en Uttar Pradesh alcanzan a unos “33 millones de niños”, indica Caravotta.
Unicef indica que desde la década de los 90 se ha logrado pasar de un 20% a un 84% de niños vacunados en el mundo, pero “este avance se ha estancado en los últimos cinco años”. Los que se quedan fuera: los más vulnerables. Según las cifras de la organización, en 2013, 21,8 millones de niños menores de un año no recibieron las vacunas que pueden salvar sus vidas y protegerles de enfermedades y de la discapacidad.
David ha recibido en Kabul su primera vacuna, contra la polio, y cuenta su experiencia en un vídeo. Afganistán, Nigeria y Pakistán son los tres países en los que nunca se ha conseguido detener la transmisión de la enfermedad, según la OMS.
Caravotta indica que cuando se llega a una tasa de vacunación más o menos “aceptable”, los esfuerzos para llegar a la cobertura de toda la población infantil “son más difíciles”. Las zonas de conflicto, las emergencias naturales y epidemias como la de ébola en el África subsahariana, también dificultan que la vacunación se sitúe como una prioridad.
El precio de las vacunas y la falta de tranparencia de las empresas que las comercializan son otro problema que desde Médicos Sin Fronteras (MSF) se han propuesto combatir con la campaña 'La vacuna más justa'. La ONG insta a las compañías farmacéuticas GlaxoSmithKline (GSK) y Pfizer a que reduzcan el precio de la vacuna neumocócica en países en desarrollo a 5 dólares (4,65 euros) por niño y que revelen lo que cobran a cada país por la vacuna.
Un informe de enero de la organización ('La mejor vacuna: por un acceso sin barreras a vacunas asequibles y adaptadas'), denuncia que en los países más pobres proporcionar el paquete completo de vacunas a un niño es 68 veces más caro en la actualidad que en el año 2001.