Fallece una porteadora mientras esperaba su turno para entrar en Ceuta
Una porteadora ha muerto mientras esperaba su turno en la cola para poder cruzar la frontera por el paso 'Tarajal II' durante la madrugada de este miércoles, según ha adelantado El Faro de Ceuta. Las primeras informaciones que publican los medios locales de la ciudad autónoma apuntan a que el fallecimiento se pudo producir cuando la mujer acudió a hacer sus necesidades por una zona rocosa y se precipit, golpeándose en la cabeza.
Fuentes policiales marroquíes han explicado a Efe que la mujer cayó desde una roca situada cerca del Hotel Senator, extremo norte de la ciudad de Castillejos (Fnideq en árabe), donde comienza la zona fronteriza con Ceuta. Las mismas fuentes han indicado que ha sido trasladada al hospital tras la caída, pero no se pudo hacer nada por salvar su vida.
Su nombre era Fátima y tenía 48 años. “Se dio la vuelta y ha caído. Estaba en la fila con nosotras, cayó encima de una piedra. Han venido muchas autoridades y la taparon con una manta”, ha explicado una de sus compañeras a El Faro de Ceuta. “No tenía para comer”, ha apuntalado. Según informa el medio de la ciudad autónoma, la fallecida vivía en Castillejos y tenía cinco hijos.
Las porteadoras llevan tiempo denunciando las largas colas que deben esperar durante horas a la intemperie para tratar de ser de las primeras en acceder a los polígonos de El Tarajal y poder adquirir la mercancía con la que se ganan su sustento del día.
Este sábado, cientos de mujeres comenzaron a guardar fila con sus carritos, algunas de ellas incluso 48 horas antes y bajo la lluvia, para poder coger un ticket, sistema que limita el número de porteadoras que acceden al polígono, según documentó en un vídeo el medio local. El pasado diciembre, cientos de ellas protestaron contra las limitaciones que restringían los cruces de las mujeres a los lunes y los miércoles.
Las condiciones en las que realizan las labores de porteo han sido duramente criticadas desde años por las ONG. Desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) han denunciado cómo “las continuas aperturas y cierres de la frontera, el reparto de tickets y la falta de entendimiento con los comerciantes del polígono de El Tarajal a la hora de realizar un plan de seguridad, no han servido para garantizar que las mujeres que se dedican al porteo de mercancías puedan realizar su trabajo en condiciones dignas”.
La organización también ha señalado reiteradamente las situaciones de insalubridad y de falta de aseos y agua potable con las que se topan estas mujeres mientras realizan las labores de porteo. Un informe del parlamento marroquí señaló hace unos meses que se llegaban a poner pañales para no abandonar su puesto en la fila por la noche. En el documento, denunciaban asimismo “la humillación” y “los malos tratos, y violencia verbal” por parte de los agentes marroquíes.
“Desde el 2012 no solo venimos reclamando algunas medidas que son básicas y totalmente asumibles, como la de zonas de baños, agua potable y descanso -entre otras- que dignificarían las condiciones en las que ejercen su trabajo. También hemos denunciado la violencia estructural a las que son sometidas las porteadoras y que es la verdadera causante de estas muertes”, sostiene Ana Rosado, área de Solidaridad internacional de la APDHA a este medio.
En los últimos años, se han producido varias muertes de mujeres que portan mercancías en la frontera de Marruecos con Ceuta, muchas de ellas víctimas de las avalanchas que siembran el caos y el pánico en la zona. El nuevo paso fronterizo del Tarajal II, inaugurado el 27 de febrero de 2017 y dedicado exclusivamente al porteo, iba a acabar con estas situaciones, pero no fue así. Varias porteadoras murieron en su intento de cruzar el paso.
“Fátima ha perdido la vida, como tantas otras porteadoras. Principalmente, porque no existe una voluntariedad del Estado español en reconocer la actividad laboral que desempeñan las porteadoras, y por ende, la inexistencia de esta alegalidad no provocaría que estas mujeres tengan que esperar desde la madrugada bajo todo tipo de adversidades, en el otro lado de la frontera, para garantizar su supervivencia y la de sus familiares”, recalca Rosado.
Estas mujeres, que cargan durante horas pesados bultos, son el eslabón más débil del “comercio atípico”, sobre el que se sustenta la actividad económica de las fronteras de Ceuta y Melilla, según la APDHA. Especialmente en Ceuta, donde no existe una aduana comercial con Marruecos, debido a que Marruecos no reconoce esta ciudad autónoma como territorio español. Este comercio alegal genera cerca de 1.000 millones de euros anuales en Ceuta y Melilla, según los datos del Consejo español de Economía en 2005.