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THE GUARDIAN

La falta de agua potable para el 95% de la población de Gaza amenaza con provocar una crisis sanitaria

Kaamil Ahmed

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Los palestinos que huyeron al sur de Gaza, tras las advertencias de Israel de que abandonaran sus hogares hacen cola durante horas para conseguir agua contaminada que creen que les está enfermando. Las largas colas de personas que esperan para llenar bidones son ahora omnipresentes en el territorio a medida que el agua escasea cada vez más, como consecuencia de las restricciones de agua y electricidad impuestas por Israel.

Ninguna de las tuberías de agua de Israel a Gaza funciona, y una tubería que conecta las ciudades meridionales de Rafah y Khan Younis tiene fugas, según la ONU.

Eman Basher, profesora, escribió en X (antes Twitter) que sus hijos no se encontraban bien desde que salieron de su casa en la ciudad de Gaza.

“Mis hijos han estado sufriendo una gripe estomacal con síntomas como calambres abdominales, vómitos y diarrea, que siempre supuse que era el resultado normal de dormir en el suelo o del cambio de tiempo, hasta que me di cuenta de que está causada por el agua contaminada que bebemos a diario y por la que hacemos cola durante horas”, dijo Basher. “Llevamos 15 días bebiendo esta agua y luchando para conseguirla”, añadió.

Según la ONU, actualmente sólo se cubre el 5% de las necesidades de agua de Gaza. Los camiones con ayuda que entraron en el territorio desde Egipto el miércoles transportaban agua suficiente para 15.000 personas durante un día. Más de 1,4 millones de personas están desplazadas en el territorio.

Algunas personas del sur del territorio han estado recibiendo agua de las plantas desalinizadoras, pero sólo funcionan al 40% de su capacidad. Las plantas del norte de Gaza no funcionan.

Se está accediendo al agua de pozos para intentar aliviar parte de la carga, pero tiene un contenido relativamente alto de sal.

Maysoun Owda, que se ha refugiado en la escuela de la ONU en Khan Younis, explica: “La mayor parte del agua de la Franja está contaminada. La gente de los refugios bebe agua contaminada, no hay agua potable y no la suministra la UNRWA [la agencia de la ONU para los refugiados palestinos]”.

Izzeddin Jarbou, palestino que vive en el sur de Gaza, añade: “La gente va a cualquier lugar que cree que puede tener agua y espera durante horas en largas colas hasta que consigue encontrar agua potable para beber y lavarse”.

“Pagamos dinero por el agua, pagamos por llevarla a nuestras casas, pero mucha gente no puede hacerlo”, afirma.

Gaza ha tenido problemas de acceso al agua desde que Israel impuso el bloqueo en 2007, y las fuentes de aguas subterráneas se han contaminado por el uso excesivo. Pero las condiciones han empeorado desde que Israel redobló el asedio a Gaza tras los ataques de Hamás del mes pasado.

La falta de combustible ha impedido que las plantas desalinizadoras funcionen a pleno rendimiento y limita la capacidad de bombear agua a los hogares y transportarla en camiones. La escasez de combustible también ha impedido el funcionamiento de las depuradoras, lo que ha provocado que las aguas residuales se viertan en el mar y contaminen aún más el acuífero costero.

James Elder, en nombre de la agencia de la ONU para la infancia, Unicef, declaró a los medios de comunicación esta semana que muchas personas no podían obtener más que agua salada. “La capacidad de producción de agua de Gaza es de apenas el 5% de su producción diaria habitual. La muerte de niños, especialmente lactantes, por deshidratación es una amenaza creciente”, afirmó.

“Si no hay alto el fuego, ni agua, ni medicinas, ni liberación de los niños secuestrados...”, dijo Elder. “Entonces nos precipitamos hacia horrores aún mayores que afligen a niños inocentes”.