El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dicho este miércoles que la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) está “en una situación lamentable”, tanto de recursos humanos como tecnológicos para atender las solicitudes pendientes por los crecimientos que se están produciendo en los dos últimos años.
Lo ha dicho durante su primera comparecencia en la Comisión de Interior del Congreso, donde ha especificado que su departamento “necesita de más personal para abordar los retos del presente para el futuro, desde la cercanía, desde la humanidad, proyectando una imagen diferencial y resolutiva, especialmente en el ámbito de Protección Internacional”.
La oficina “no tiene la capacidad necesaria para gestionar las solicitudes que se reciben”, según Marlaska, que ha recordado que está diseñada para gestionar la situación de cuando se creó, en 1992, “pero no para las necesidades actuales”. En España se ha pasado de tener 2.588 solicitantes de asilo y refugio en 2012 a 31.738 en 2017, es decir, se han multiplicado por doce, ha apuntado.
El retraso en la resolución de las solicitudes de asilo registradas en España, sumado al fuerte aumento del número de peticiones registradas en los últimos años han dejado el sistema de asilo colapsado, según han denunciado organizaciones como CEAR.
Además, ha aseverado que hasta el 27 de junio se habían presentado 25.681 solicitudes, con lo que se puede prever que se alcanzarán las 50.000 solicitudes a final de año. Y ha subrayado que el programa de refuerzo temporal de funcionarios interinos, que supuso la incorporación de 94 trabajadores en diciembre de 2015, finaliza en diciembre de 2018.
Marlaska ha instado a una reorganización interna de la estructura de la OAR, a mejorar el sistema de acceso al procedimiento (por ejemplo, mejorando las entrevistas para evitar recargar la instrucción) y acelerar los procedimientos mediante la detección temprana de expedientes de “instrucción inmediata”.
También quiere implementar una aplicación informática “moderna y potente” que agilice la instrucción, facilitar el acceso y la relación con los solicitantes, y proporcionar información de manera más sencilla que a su vez permita adoptar decisiones más informadas.
Otros puntos señalados por el ministro son el establecimiento de un servicio de guardia presencial para hacer frente a peticiones en frontera y CIE durante los fines de semana. Impulsar el Reglamento de desarrollo de la Ley de Asilo y fijar un plan de formación para el personal de la OAR también son otras propuestas que ha señalado el ministro.