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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La detención de su líder no calla al movimiento de protesta del Rif marroquí

“Nasser nos ha dejado un legado que ahora depende de nosotros”, ha advertido Nabil Ahamjik, número dos del Movimiento Popular del Rif, después de la detención del líder de las protestas en el norte de Marruecos que comenzaron hace siete meses. Tras la captura y posterior traslado a Casablanca de Nasser Zafzafi, Ahamjik anima a la población a salir a la calle para exigir la liberación de los activistas rifeños y mantener sus reivindicaciones sociales. “Seguiremos la lucha pacífica hasta conseguirlo”.

A pesar del fuerte despliegue policial y el duro golpe recibido con la detención de su líder, el Movimiento Popular del Rif ha pedido mantener la resistencia mediante protestas pacíficas “contra el bloqueo y represión del Majzén [el poder del Palacio Real]”. Según considera Ahamjik, “las autoridades han evidenciado, mediante acusaciones infundadas y prefabricadas, la falta de independencia del Poder Judicial”.

Y lo hicieron. La represión no los ha callado. Miles de rifeños celebraron este martes una nueva protesta nocturna en la ciudad de Alhucemas para recalcar sus reivindicaciones económicas y sociales y exigir la liberación de la cúpula del movimiento. “El pueblo quiere la liberación del detenido”; “No a la militarización”; “En una palabra: este Estado es corrupto” y “Majzen, cuidado, todos somos Zafzafi”, fueron las consignas más repetidas en esa protesta que se desarrollo en un ambiente pacífico en el barrio de Sidi Abid, según informa Efe.

La población rifeña en el extranjero también se moviliza para dar respuesta a las detenciones. “Nos esperábamos este golpe, pero no con esta violencia”, explica Abdessamia M., activista del Movimiento del Rif en Madrid (Hirak Madrid), en alusión a la detención en los últimos días de 25 activistas. “Sabíamos que cuando al Majzén se le acabaran las herramientas iban a empezar con la política del miedo y la represión”, añade.

El líder de las protestas en el norte de Marruecos fue detenido después de que el pasado viernes se enfrentarse a un imam que había acusado en su sermón en la mezquita a los activistas de querer provocar un “cisma” en la sociedad.

El procurador del rey (fiscal) informó de que activistas del movimiento (25 en detención preventiva y siete en libertad) serán juzgados por “ultraje a las fuerzas públicas”, “violencia con consecuencia de heridas premeditadas”, “desobediencia armada” o “destrucción de vehículos públicos”, entre otros delitos.

Tras una audiencia de varias horas, el juez rechazó una solicitud para juzgar en libertad provisional a todos los detenidos y decidió aplazar la sesión, a la que acudieron una veintena de abogados para defender de forma altruista a los procesados.

Zafzafi, el símbolo de las protestas del Rif

Las manifestaciones en el norte de Marruecos comenzaron hace siete meses, tras la muerte de Mohssine Fikri, un vendedor de pescado que fue aplastado por la trituradora del camión de la basura cuando intentaba salvar el pescado requisado por las autoridades.

Desde entonces, Zafzafi se posicionó como líder de unas manifestaciones que no han cesado y que demandan derechos, mejoras sociales y económicas para una región “abandonada por el Estado”, según sus propias palabras. Este rifeño desempleado de 37 años regentaba un comercio, cerrado por falta de ingresos. Cuando llegó al lugar donde quedó destrozado triturado el cuerpo del vendedor de pescado, Zafzafi no dudó en gritar: “Otra víctima del régimen”.

Su discurso crítico con el Gobierno atrajo a una población asfixiada como él por la crisis económica. Desde entonces, se convirtió en el líder al que algunos han comparado con Abdelkrim El Khattabi, presidente de la efímera República del Rif (1921-1927).

Hace un mes, el Ejecutivo marroquí, presidido por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), acusó a los manifestantes de “separatismo” y de querer “instrumentalizar las reivindicaciones de la población” para perjudicar la integridad territorial. Poco después, el Gobierno envió cerca de 25.000 policías y militares a la ciudad de Alhucemas.

Esta actuación supuso un punto de inflexión en el tira y afloja del Movimiento y el Gobierno marroquí. “Nos esperábamos lo que vino después, porque las acusaciones venían a justificar las acciones posteriores y que han derivado en violencia”.

Cuáles son las peticiones sociales del movimiento

En las protestas y manifestaciones ondean desde el inicio las banderas de la república y retratos de Abdelkrim, elementos asociados al independentismo. Sin embargo, el propio Zafzafi defendía que se trataba de símbolos que representan “a grandes luchadores de nuestra historia, recordados por la gente”, y que eso les “fortalecía”. En repetidas ocasiones, negó reivindicar la independencia para el Rif. Sí insistía en la necesidad de una mayor autonomía para la región, porque “se toman decisiones políticas desde Rabat con las que no nos identificamos”.

La “hogra” (humillación, opresión y desprecio de las autoridades) es la palabra empleada por los manifestantes desde el inicio de las protestas para referirse a estas políticas. Desde entonces, la población de Alhucemas grita contra la corrupción, la militarización de la región, la falta de universidades, la carencia de salidas profesionales y la ausencia de hospitales de calidad. Hoy suma a su causa la liberación de los presos.

Abdessamia critica la tendencia del Estado alauí a emplear la violencia contra la población del Rif a lo largo de toda su historia. “A diferencia del pasado, hoy se retransmiten en directo detenciones ilegales y represión”, por lo que desde el movimiento se esperaba que este hecho “contribuyese a vigilar las acciones del gobierno, pero vemos que las prácticas son las mismas”.

Expulsión de un periodista argelino

Este martes el periodista argelino, Yamel Alilat, del diario El Watan, fue expulsado del territorio marroquí. La ONG Reporteros Sin Fronteras en el Norte de África ha alertado de la suspensión de la web Rif24.com, que ha cubierto los acontecimientos desde el inicio. Su director, Mohamed El Asrihi, se encuentra desaparecido, según la organización.

La población rifeña en el extranjero creó hace un mes en Bruselas un grupo de coordinación europeo, integrado por comités de diferentes lugares de Europa, entre los que se encuentran el País Vasco, Barcelona, Canarias y Madrid. Por su parte, el Hirak Madrid, un comité creado hace unos meses con el fin de “dar a conocer y apoyar el Movimiento Popular” ha organizado manifestaciones en diferentes puntos de Europa para exigir la liberación de los detenidos.

Este miércoles, saldrán a la calle en la Puerta del Sol y, para el próximo 2 de junio, han convocado una acción conjunta frente a las embajadas y consulados marroquíes en Europa.

“Es ahora o nunca”

Desde Alhucemas y los diferentes comités repartidos en Europa insisten en que este “golpe” no ha supuesto el fin de las movilizaciones. La detención del núcleo directivo del movimiento y otros activistas no es el final, aseguran. “La gente ya está harta y no pueden detenernos a todos”, explica Abdessamia. “Es ahora o nunca”.

Una persona próxima al movimiento en Alhucemas, que prefiere mantener el anonimato por miedo, apuesta también por la continuidad. “Nos recuperaremos de este golpe, ahora parece imposible debido a la dimensión que han alcanzado los hechos, pero acaban de empezar cosas importantes”.