Women's Link denuncia que el Gobierno de Melilla separa a una mujer y a su hijo que llegaron en patera
Oumo llegó en patera a las costas andaluzas cuando su hijo de cuatro años, relata, había alcanzado Melilla junto a su tía un mes antes. Desde el centro de acogida donde vive ahora en Jerez, la mujer costamarfileña intenta hablar con su hijo por teléfono pero los responsables del centro de menores melillense se lo impiden una y otra vez. Casi seis meses después, continúan separados y aún no han podido intercambiar ni una llamada, denuncia con impotencia.
Con el objetivo de lograr su reunificación y después de enviar varios escritos al Servicio de Protección del Menores de Melilla sin recibir respuesta, las ONG Women's Link y Merced Migracienes han registrado una demanda en el juzgado de primera instancia de turno de la ciudad autónoma solicitando la “reunificación del menor bajo la guarda de su madre en el centro de Jerez” y el “cese de la medida de protección” que mantiene a ambos separados, reza el documento, al que ha tenido acceso eldiario.es.
“Cuando llegué a España, hice todo lo que pude para hablar con mi hijo pero la gente de Melilla se negó a que hablase con él. Me he hecho las pruebas de ADN, he hecho todo lo posible, pero no entiendo nada”, explica Oumo en un testimonio recogido por Women's Link. “No es fácil que a una madre le quiten a su hijo. Llevo seis meses sin poder hablar con mi hijo. Esto me tiene muy mal”, continúa la mujer.
Según el contenido de la demanda, la organización ha aportado a la Dirección General de Protección del Menor de Melilla (dependiente de la Consejería de Bienestar Social de la Ciudad) varios documentos que “acreditan la relación materno filial” de Oumo y el menor, como su pasaporte, el libro de familia o la partida de nacimiento del niño. Sin embargo, apunta, “no se ha resuelto su solicitud, ni se ha procedido a solicitar a la madre ninguna de las resoluciones dictadas”.
Oumo también se ha sometido, por iniciativa propia y con la mediación de Women's Link, a una prueba de identificación de ADN para cotejarlo con el del menor, que ha resultado positiva. Sin embargo, denuncian las organizaciones implicadas, “el Servicio de Protección de Menores de Melilla no la ha aceptado” y solicitó el envío de una muestra de saliva para realizarlo a través de su “laboratorio de confianza”, situado en Granada. Oumo ya la ha mandado pero por el momento espera la respuesta de las autoridades melillenses. Mientras, han pasado cinco meses y su hijo sigue sin su madre en un centro de acogida de la ciudad autónoma.
El menor partió de las costas marroquíes acompañado de su tía, pero Oumo no pudo viajar junto a ellos por no haber reunido entonces los recursos económicos necesarios para viajar, explica. “Tuvieron que acelerar la entrada del menor junto a su hermana porque el niño enfermó de un sarpullido y, al no tener dinero para los tres se optó que lo hiciesen ellos primero”, relata el documento.
Debido al naufragio de la precaria embarcación en la que viajaban, el menor y su tía fueron rescatados por Salvamento Marítimo y trasladados a Melilla, describe la demanda. “Ambos fueron separados debido a que ella no era la madre del menor”, continúa el escrito. Aunque las pruebas de ADN probaron el vínculo familiar entre ambos, no se le permitió visitar a su sobrino, denuncia la ONG.
Imposible hablar con él “ni el día de su cumpleaños”
Un mes después, Oumo cumplió su promesa y alcanzó suelo español, en este caso, Andalucía. Después de ser encerrada en el Centro de Internamiento para Extranjeros de Algeciras, fue derivada a un centro de acogida de Jerez. Es allí donde la mujer costamarfileña contó su situación y pudo comenzar su lucha para reencontrarse con el menor.
Todos sus intentos para hablar con él, “incluso en el día de su cumpleaños”, lamenta, “han resultado infructuosos”. Desde el centro de acogida donde se encuentra se ha emitido un informe del equipo técnico que concluye la valoración positiva de la reagrumación familiar.
Mientras Oumou espera una respuesta por parte de la Dirección General de Protección del Menor de Melilla, la mujer padece insomnio, fuertes dolores de cabeza, inapetencia, rápida pérdida de peso y llanto continúo“, expone el documento del centro de acogida. ”Se encuentra en un estado psicológico delicado, debido a la presión derivada de su situación“, añade. El equipo técnico del centro acredita que la mujer costamarfileña tiene las ”habilidades maternales suficientes para cuidar del menor“.
La ONG recuerda que la mujer que ansía encontrarse con el menor en Jerez “ha cuidado casi de modo exclusivo a su hijo desde que nació, con la ayuda de su hermana”. Oumo dejó su país de origen, Costa de Marfil, para trabajar en el servicio doméstico en Marruecos, donde vivía con su hijo en un apartento. “Posteriormenre, decidió, junto a su hermana, migrar a Europa en la confianza de que sus hijos tendrían mejores oportunidades de formación y mayor estabilidad económica y personal”, continúa el documento.
“El Estado español no puede quedarse con los hijos e hijas de las mujeres migrantes por el simple hecho de que se encuentren en situación administrativa irregular. Eso es discriminación y racismo”, ha explicado Teresa Fernández, abogada de Women’s Link. “Oumo está sufriendo y está muy preocupada por no saber cómo está su hijo y porque las autoridades puedan comenzar un proceso de adopción sin su consentimiento, como ya ha ocurrido en otras ocasiones”, añade.
Según las organizaciones, la reunificación familiar inmediata es la “única medida que aliviaría el sufrimiento de Oumo y su hijo” y garantizaría la protección de sus derechos.
“Yo lo que le pido al Gobierno de España que me ayude a que yo pueda recuperar a mi hijo, porque van a hacer seis meses que no lo veo y le echo mucho de menos”, ruega Oumo desde Jerez. “No duermo, no como... Yo sufro. Yo no he venido a Europa para sufrir así”, concluye la mujer.