Garantías para los depósitos bancarios, presupuesto del euro y reforzar la moneda única: tareas económicas pendientes de la UE
España acaba de salir de la unidad de vigilancia intensiva económica, donde entró hace una década por la crisis económica. En aquellos años, hubo dinero para rescatar entidades bancarias de toda Europa. Eso sí, en 2019 aún no hay un acuerdo para poner en marcha el llamado EDIS, es decir, un mecanismo para garantizar los depósitos bancarios, el dinero de los cuentacorrentistas.
Ese pilar de la Unión Bancaria sigue pendiente, y no parece que vaya a resolverse de aquí a final de año, aunque este jueves, en el Eurogrupo, debería avanzarse en un boceto de proyecto. Y el Ejecutivo comunitario este jueves, dentro de su Comunicación al Consejo Europeo y el Parlamento Europeo sobre el estado de la Unión Económica y Monetaria, es uno de los asuntos pendientes que señala a los Estados miembros.
“Todavía deben adoptarse medidas importantes”, afirma el Ejecutivo comunitario, en relación con la moneda única y la coordinación de la elaboración de políticas económicas con los objetivos de “más empleo, crecimiento, inversión, justicia social y estabilidad macroeconómica para los miembros de la zona del euro, así como para la UE en su conjunto”.
Con vistas al Eurogrupo y Ecofin de este jueves y viernes y, sobre todo, la cumbre de líderes de la UE del 20-21 de junio, la Comisión Europea urge a los países “a llegar a un acuerdo” sobre la puesta en marcha de un presupuesto para el euro, lo que en Bruselas llaman Instrumento Presupuestario de Convergencia y Competitividad –BIC, en sus siglas en inglés– , y “acordar su tamaño en el contexto del Marco Financiero Plurianual”. El Marco Financiero Plurianual son los parámetros económicos en los que se moverá la UE los próximos cinco años.
Desde la cumbre del euro de diciembre de 2018, Bruselas reconoce que se han celebrado debates acerca del futuro Instrumento Presupuestario de Convergencia y Competitividad para la zona del euro, y espera que pueda “alcanzarse un compromiso que deberá cumplirse con determinación”.
La Comisión también pide “ultimar las modificaciones del Mecanismo Europeo de Estabilidad, incluido el backstop bancario, una salvaguarda con provisión de liquidez como instrumento preventivo, con la posibilidad de adaptar el código normativo único de la UE para los bancos, con arreglo al método comunitario, e integrar progresivamente el Mecanismo Europeo de Estabilidad en el Derecho de la Unión”, en tanto que es un organismo creado ad hoc por los países, paralelo a los reglamentos de la UE.
Se espera que el mecanismo de protección sirva como último recurso para apoyar “la gestión eficaz y creíble de las crisis bancarias dentro del Mecanismo Único de Resolución. Se reembolsará a través de las contribuciones del sector bancario europeo”, explica Bruselas.
Además, Bruselas pide a los países “acelerar los avances en la Unión de los Mercados de Capitales e intensificar el trabajo para reforzar el papel internacional del euro”. La Comisión ha entablado consultas activas con actores del mercado y lobbys de diferentes sectores (divisas, energía, materias primas, productos básicos agrícolas y transporte) para ver cómo reforzar la moneda única.
Según explica Bruselas, las consultas pusieron de manifiesto lo siguiente: existe un amplio apoyo a la reducción de la dependencia de una única moneda mundial dominante; el euro es la única moneda que posee todos las características que buscan los participantes en el mercado para utilizarla como alternativa al dólar estadounidense; el sector de la energía seguirá siendo uno de los principales impulsores del uso del euro, con margen para aumentar aún más su uso, por ejemplo, en el sector del gas; se reconoce que la UE, a través del euro, puede reforzar su soberanía económica y desempeñar un papel más importante a escala mundial en beneficio de las empresas y los consumidores de la Unión.
Créditos impagados
La Comisión Europea también constata que “se han realizado progresos significativos en la reducción de riesgos en la Unión Bancaria”. Según el último informe de situación de la Comisión, la tasa de préstamos dudosos para todos los bancos de la UE continúa disminuyendo y se redujo hasta el 3,3% en el tercer trimestre de 2018, continuando así su trayectoria descendente hacia niveles anteriores a la crisis. “De cara al futuro, es imperativo progresar con un sistema común de garantía de depósitos para la zona del euro”, insiste Bruselas.
En el caso de España, la proporción de préstamos dudosos se redujo siete décimas en el tercer trimestre de 2018 con respecto al tercer trimestre de 2017: del 4,7% al 4%, según el informe de la Comisión Europea.
La ratio de préstamos dudosos (NPL, por sus siglas en inglés) en España es superior a la de Alemania (1,6%) y Francia (2,8%), pero es menor a la de Italia (9,5%), el país con mayor nivel de NPL de las principales economías de la zona del euro. En el extremo opuesto, están Grecia (43,5%), Chipre (21,8%) y Portugal (11,3%).
En relación con los créditos morosos de instituciones financieras, la ratio en España es del 5,1%. El nivel de provisiones, por su parte, se sitúa por encima de la media europea y alcanza el 63%, frente al 59,4%.
Hace casi exactamente cuatro años, el presidente Jean-Claude Juncker, junto con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el entonces presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y el entonces presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, publicaron un plan sobre cómo profundizar la Unión Económica y Monetaria (UEM) europea a más tardar en 2025.
Basándose en ese informe, la Comisión presentó el Libro Blanco sobre el Futuro de Europa de marzo de 2017, y documentos sobre la profundización de la Unión Económica y Monetaria y el futuro de las finanzas de la UE en mayo de 2017. En diciembre de 2017, la Comisión Juncker estableció unas líneas maestras sobre la Unión Económica y Monetaria europea para 2025.
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