Todo apunta a que el verano de 2023 va a repetir los problemas y retrasos en buena parte de los aeropuertos europeos, aunque España de momento se libra. “Nos preocupa bastante”, ha reconocido Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que agrupa a las compañías del sector.
El responsable de la patronal de las aerolíneas asume que, de entrada, no sería un año “tan catastrófico” como en 2022, cuando los retrasos en aeródromos de Países Bajos o Alemania fueron constantes. “Algunos aeropuertos, como el de Schiphol están hablando de reducir la capacidad. También Reino Unido nos ocupa bastante”, ha apuntado. En ambos casos, por falta de capacidad, para atraer personal y poder operar a plena capacidad.
“Esperamos equivocarnos”, ha apuntado Gándara. “Pedimos que se pongan los medios, lo peor que puede pasar es que no haya aeropuertos preparados. Se espera mucho tráfico”, por lo que no quiere “ver las imágenes del año pasado”. Espera que hayan “aprendido la lección”, por esas imágenes de colas de pasajeros.
En España no hubo problemas por falta de personal y este año sería igual. Tampoco, de momento, en los controles de pasaportes, donde sí hubo colas en momentos puntuales que llevaron a las aerolíneas a pedir más personal de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. “Estuvimos preparados”, ha asegurado Javier Gándara. Lo que sí puede afectar a las operaciones y retrasos es lo que ocurra en otros aeropuertos europeos, por ser una red interconectada.
Programaciones disparadas
Para este verano, las aerolíneas prevén un 3% más de asientos programados respecto a 2019, el año que sirve de referencia. De momento, la ocupación está en el 83%, respecto al 85% de ese año previo al COVID, lo que indica según las aerolíneas que se puede superar.
De momento, hay destinos turísticos donde la programación de asientos está disparada. Es el caso de Andalucía (8,2%), Canarias (7,8%) e Illes Balears (7,4%).
En cambio, los aeropuertos de Madrid y Barcelona siguen por debajo en programación que antes de la pandemia. Barajas, un 3,1% y el Prat, un 7,9%, que las aerolíneas atribuyen a la falta de turistas de negocios.
En lo que no ahondan las compañías es en los precios, en cómo estos están disparados respecto a años anteriores. Justifican que estos se fijan por casación de oferta y demanda. Hace unas semanas, la compañía alemana Lufthansa reconoció que las tarifas que pagan los ciudadanos por volar están un 20% por encima de los niveles prepandemia.