La Comisión Europea prevé que España incumplirá sus objetivos de déficit de los dos próximos años y lo hace con cálculos que empeoran las cifras ofrecidas a primeros de mes, cuando evaluó los Presupuestos Generales del Estado de 2016. Bruselas estima que el déficit de 2015 alcanzará el 4,7% del PIB, cinco décimas más que lo comprometido con la Unión Europea y dos décimas por encima de la previsión de hace un mes. El desfase alcanzará el 3,6% un año después, cuando debería limitarse al 2,8%.
El Ejecutivo comunitario explica este cambio en sus previsiones económicas de otoño publicadas este jueves por la revisión a la baja del PIB nominal de 2014, que se ha traducido en una décima más para el déficit, y en la “reclasificación de inversión pública a nivel regional”. Estas previsiones agravan la brecha en la percepción de la economía y las cuentas públicas que Bruselas ya había señalado con la trifulca sobre la valoración de los Presupuestos Generales de 2016. La Comisión Europea ya recriminó a España que no iba a cumplir el objetivo de déficit este año, pero se ha resignado a que sea el próximo Gobierno que salga de las elecciones del 20-D el que enmiende las cuentas públicas.
El Ministerio de Hacienda ya había anunciado que tendría que registrar como gasto un total de 1.500 millones extra al déficit de 2015 por contratos de Cataluña y el Ayuntamiento de Zaragoza del año 2013 que han aflorado ahora.
La Comisión apunta una “desaceleración” en el ritmo del crecimiento económico durante el tercer trimestre del año, pero considera que seguirá siendo “robusto”, gracias a una creación de empleo “sostenida”, una mejora de las condiciones de financiación, un aumento de la confianza y a un nivel bajo de los precios del petróleo.
Menos crecimiento que el que vaticina el Ejecutivo español
En este contexto, Bruselas cree que la economía española se expandirá un 3,1% en 2015 y no el 3,3% que apunta el Gobierno de Mariano Rajoy. En los años siguientes, las previsiones comunitarias prevén un crecimiento del 2,7% en 2016 y de un 2,4% en 2017, en gran medida por el empuje de la demanda interna.
Estos datos sitúan a España como la séptima economía de la Unión Europea que más crece, empatada con Luxemburgo, y detrás de Irlanda (con un crecimiento del 6%), República Checa y Malta (ambos con un crecimiento del 4,3%), Polonia y Rumanía (3,5%) y Eslovaquia (3,2%).
Por otro lado, el informe señala que una mayor moderación salarial y un crecimiento lento de los costes laborales “deberían continuar apoyando una robusta creación de empleo” en España y reducciones en la tasa de paro, aunque con una leve desaceleración.
Aún así, apunta que un consumo privado también más débil seguirá siendo el elemento principal del crecimiento, apoyado por la baja inflación, la “reciente” reducción de la renta personal y las reformas del mercado laboral.
Los indicadores prevén un crecimiento del empleo del 2,8% en España en 2015, el mejor registro de la UE este año, y también espera mejoras del 2,5% y del 2% para 2016 y 2017, respectivamente.
El déficit estructural permanecerá estable en torno al 2,5% del PIB, mientras que la deuda pública alcanzará el 101,3% en 2016, antes de bajar al 100,4% en 2017, según el documento de Bruselas.