No es oro todo lo que reluce. Tampoco los datos de paro: detrás de una cifras más que aceptables se enconden detalles que las ensombrecen. La más evidente es la estacionalidad: el dato ordinario de desempleo señala que este ha descendido en 98.265 personas en mayo, pero sin tener en cuenta la estacionalidad el paro solo habría bajado en 265 personas, según los datos del propio Ministerio de Empleo. Lo mismo sucede con las afiliaciones a la Seguridad Social: de un aumento de 134.660 afiliados pasamos a solo 6.000 en términos desestacionalizados. Es el mejor mayo desestacionalizado desde 2006, cuando el paro cayó en 2.900 personas.
“Esto quiere decir que prácticamente todo el descenso del paro es estacional, es decir, que está condicionado por el comienzo de la contratación, sobre todo en el turismo, que trae el verano”, dice José Ignacio Pérez Infante, miembro de Economistas Frente a la Crisis. Este economista explica que hay tres factores que influyen sobre las estadísticas: la tendencia, que habla sobre la evolución de los datos; el ciclo económico, y la estacionalidad. Para obtener unos datos más homogéneos, que hablen más allá de las temporadas, eliminan el último factor, la estacionalidad.
Pérez Infante subraya que la economía española es extremadamente cíclica y que los datos -también desestacionalizados- tienden a ser buenos de marzo a septiembre y malos de octubre a febrero.
“Estos cambios están ligados a la estructura económica española, con mucha importancia del turismo y las actividades relacionadas, aunque la agricultura también tiene impacto estructural. Eso también está ligado a la temporalidad: cuando acaba la temporada de actividad esa gente se va al paro. Salvo que haya varias actividades estacionales complementarias, siempre habrá picos y bajadas”, afirma Albert Recio, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona. En la hostelería, por ejemplo, muchas personas trabajan con contratos fijos discontinuos, lo que implica que una parte del año la pasarán necesariamente en el desempleo.
Recio señala que los datos desestacionalizados permiten observar cuál es la tendencia: “Y la tendencia sigue siendo la destrucción de empleo, la estacionalidad solo compensa un poco”.