Un informe del Ministerio de Economía constata el “endurecimiento” de las políticas proteccionistas de Estados Unidos desde la llegada de Donald Trump y advierte del “serio problema” que puede originarse si las trabas de este país a la aceituna española se extienden al aceite de oliva, del que España es primer productor mundial.
El informe de la Secretaría de Estado de Comercio, actualizado a mayo de 2018, está firmado por la Oficina Económica y Comercial de España en Washington y se ha publicado año y medio después de la victoria electoral de Trump. Destaca que, si bien las relaciones bilaterales de España y EEUU “son excelentes, tanto en el plano político como en el económico”, existen varios “obstáculos y contenciosos” comerciales entre ambas partes.
El primero, las inspecciones que desde 2017 realizan técnicos del Departamento de Agricultura de EEUU al 100% de las aceitunas negras españolas que entran en el país, medida que va, según Comercio, “en contra de lo recomendado en la normativa internacional” y supone “un sobrecoste estimado del 5%” para los exportadores españoles. El informe señala que se ha “intentado, sin éxito, reducir el número de inspecciones”, y que la apertura, tras una denuncia de dos empresas californianas, de una investigación del Departamento de Comercio de EEUU a la aceituna española por posible competencia desleal “no presagia una solución a este conflicto”.
Esa investigación, que se espera esté resuelta en junio, ha propiciado la imposición de dos aranceles provisionales (uno en noviembre y otro desde enero) a la aceituna que España exporta a Estados Unidos. Las exportaciones de este producto se han desplomado un 42,4% en el primer trimestre, según datos del Departamento de Aduanas de EEUU recopilados hace unos días por la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (Asemesa). Y la principal exportadora mundial, AgroSevilla, acaba de anunciar los primeros despidos por el impacto de esta medida.
El documento de Economía se refiere a la posibilidad de que estas trabas se extiendan al aceite de oliva. “En caso de aprobarse una Marketing Order (similar al caso de las aceitunas) bajo una norma NO compatible [las mayúsculas son literales] con las directrices del COI [Consejo Oleícola Internacional, por sus siglas en inglés], se produciría un serio problema en este mercado”, destaca el informe. El aceite es el principal producto alimentario que España exporta a EEUU: 445 millones de euros en 2017, por delante de vinos (294 millones) y aceitunas (228 millones).
Trump, recuerda el informe, fue “elegido presidente con la promesa de dar un giro radical” a la política económica con respecto a la administración Obama y también en relación “con algunos de los principios básicos de la filosofía de política económica estadounidense desde la posguerra”. Un giro basado en “una disruptiva visión neoproteccionista” y “en un diagnóstico de la situación económica que atribuye los problemas de empleo y de desigualdad” a “la permisividad frente a la competencia desleal y la inmigración” y “a la excesiva injerencia de la administración en la actividad privada”.
El documento recuerda que, desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha formalizado la salida del acuerdo transpacífico de libre comercio (TPP), ha iniciado la renegociación del Acuerdo de América del Norte (NAFTA) y “ha dejado congelado el tratado con la UE” (TTIP) “sin que, por ahora, haya prevista una fecha para reanudar las conversaciones”.
Además, ha lanzado “varios estudios para investigar las causas del déficit comercial y se han multiplicado los procedimientos de defensa comercial utilizando la amplia discrecionalidad legal existente (incluso se han abierto expedientes basándose en criterios de seguridad nacional)”. Así, “se está valiendo de múltiples mecanismos como las investigaciones por motivos de seguridad nacional, por casos de antidumping y countervailing (que se han multiplicado exponencialmente), así como medidas de salvaguardia”.
Economía repasa asimismo las “nuevas medidas proteccionistas” impuestas por Trump a las importaciones de acero, aluminio y células y paneles fotovoltaicos y se refiere a las normativas Buy American y Buy America, que desde hace años dan prioridad al producto americano frente al extranjero en las compras públicas. Subraya que “con la nueva administración, todas las señales indican que se va a un endurecimiento de esta política” y menciona la Orden Ejecutiva “Buy American and Hire American” promulgada por Trump en abril de 2017 y que, recuerda, “dificulta la adquisición, por parte de las administraciones públicas, de productos extranjeros con el fin de fomentar el empleo y la industria estadounidense”.
“Situación inédita”
Al analizar la presencia estadounidense en instituciones financieras internacionales (IFIs), Economía destaca que “la política proteccionista y de repliegue nacional defendida por la nueva administración Trump coloca a la relación EEUU-IFIs en una situación inédita”. “Aunque la reticencia ante las instituciones multilaterales en el Congreso no es nada nuevo, en los próximos años es posible que la disposición de EEUU a aportar recursos y a liderar la acción de las IFIs para abordar desafíos globales se vea debilitada”.
En el caso del Banco Mundial, EEUU es su principal financiador con una contribución anual de más de mil millones de dólares. Pero “la relación podría volverse conflictiva debido a los planteamientos de la nueva administración en algunas cuestiones clave para la agenda del Banco”, como su posición en la lucha contra el cambio climático: Mientras que para el Banco Mundial “es una prioridad, EEUU ha decidido retirarse del Acuerdo de París”, recuerda.
El informe recuerda que Trump “se comprometió en su campaña electoral a realizar un ambicioso Plan de Infraestructuras de 1 billón de dólares durante 10 años, que pretende poner en marcha con la ayuda del sector privado”, aunque de momento “no se ha concretado”, y subraya que “los sectores más atractivos para la empresa española incluyen la inversión en la construcción, gestión y mantenimiento de infraestructuras”, en especial autopistas y ferrocarriles, la banca minorista y las energías renovables y convencionales.
Estados Unidos es el principal socio comercial de España fuera de la UE. Este mercado representó en 2017 el sexto destino de las exportaciones españolas de bienes, suponiendo un 4,5% del total, y es el quinto proveedor de España: un 4,6% de las importaciones españolas procedieron de EEUU en 2017.
De acuerdo con los datos de Aduanas de España, las exportaciones españolas ascendieron a 12.461 millones de euros en 2017, un 9,6% más, mientras que las importaciones españolas se situaron en 13.823 millones, un 6,8% más. EEUU representó el sexto destino de la exportación española en 2017, con un 4,5% del total, por detrás de Francia (15%), Alemania (11,2%), Italia (8%), Portugal (7,2%) y Reino Unido (6,8%).
Según las cifras de la Secretaría de Estado de Comercio, los flujos de la inversión bruta de EEUU, como país último, en España en 2017 (sin contar los vehículos ETVE) ascendieron a 2.549,8 millones de euros, la mitad que un año antes.