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España, lejos de los países europeos en la meta de la ONU sobre trabajo decente

Imagen de archivo de dos trabajadores de la construcción.

Laura Olías

Si busca un empleo “decente”, le será más difícil encontrarlo en España que en otros países europeos. Es una de las conclusiones que se desprenden de una reciente comparativa de Eurostat respecto a la situación de los países miembros de la Unión Europea ante la meta de Naciones Unidas sobre “trabajo decente y crecimiento económico”. Este objetivo es uno de los 17 suscritos a nivel mundial en la ONU como hoja de ruta hasta 2030 para acabar con la pobreza y reducir la desigualdad. En siete de las ocho variables que analiza la agencia estadística, España sale peor parada que la media europea y, en muchos casos, a gran distancia.

El objetivo número 8 de los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) apuesta por “promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”. Una de las principales novedades de los ODS, plasmados en la Agenda 2030, es que por primera vez afecta también a los países ricos. La pobreza y la desigualdad no son solo cosa de los países empobrecidos: los estados llamados “desarrollados” tienen población excluida y en riesgo o bajo la pobreza a la que deben proteger. 

Dentro del objetivo 8, la ONU desglosa una serie de metas específicas para alcanzar ese “empleo decente” y “crecimiento sostenible”. Eurostat selecciona ocho de estas variables, las que considera que se adaptan más al entorno comunitario. “El seguimiento del ODS 8 en el contexto de la UE se centra en los progresos realizados en el fomento del crecimiento económico sostenible, en el aumento del empleo y en la provisión de oportunidades de trabajo decente”, defiende el organismo.

Líderes en empleo temporal involuntario

Eurostat enfrenta los resultados de los 28 países de la UE y de Suiza, Noruega e Islandia para estos ocho indicadores: el PIB per cápita, la productividad de los recursos naturales, el porcentaje de la población inactiva debido a responsabilidades de cuidado, la tasa de empleo, la de desempleo de larga duración, el porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan, los empleados con empleos temporales involuntarios y las muertes relacionadas con el trabajo. Solo en la productividad de los recursos naturales –que mide cómo se emplean los recursos por parte de la economía– España consigue mejores datos que la media europea: 2,7 euros por kilogramo respecto a los 2,04 euros del conjunto de la UE.

Respecto al empleo temporal involuntario, somos el país peor parado: el porcentaje de trabajadores con un contrato temporal no deseado respecto al total de empleados es la mayor de todos los estados analizados, un 22,4%. Son aquellos que tienen este tipo de empleo eventual porque no pueden encontrar uno fijo. Aunque en el último año analizado (2017) este dato mejora, España encadenaba tres años de importantes subidas, que dispararon este indicador a unos niveles que todavía superan a los registrados durante la última década. El país se encuentra a 14 puntos por encima de la media europea, en el 7,7%.

Las muertes en el trabajo suponen un reto para cumplir con los ODS: en lugar de caer, la siniestralidad laboral aumenta en los últimos años en España. Con datos de 2015, Eurostat recoge que 2,3 trabajadores mueren por cada 100.000 empleados. La media europea es de 1,83 fallecimientos. Hay que decir que los datos de España no han mejorado: en 2017 han vuelto a subir las muertes laborales, hasta llegar a los 618 fallecimientos (con cifras provisionales).

En otros indicadores –como la tasa de empleo, el paro de larga duración y el número de 'ni-nis'–, España presenta mejorías pero aún está muy lejos de alcanzar los resultados de la media europea. La tasa de empleo (porcentaje de trabajadores respecto a la población activa) en España es del 65,5% frente al 72,2% de la UE. Las personas desempleadas durante más de un año en España respecto al conjunto de la población activa han descendido desde el 13% de hace cuatro años al 7,7% en 2017. Pese a ello, el dato se sitúa cinco puntos por encima de la media europea (3,4%).

Lo mismo ocurre con los jóvenes que ni estudian ni trabajan: aunque su porcentaje respecto al conjunto de población joven se ha rebajado mucho desde 2013, la tasa es del 16,4% frente al 13,4% europeo. En la progresión que dibuja Eurostat, se aprecia que la tasa española adelantó a la europea a partir de la crisis y desde 2007 no se ha revertido esta situación.

Otro indicador que aborda Eurostat es la población inactiva debido a las responsabilidades de cuidado en el ámbito familiar. En España, un 29,7% de las personas inactivas entre los 20 y 64 años está en esta situación, frente al 21,4% del conjunto de la UE. Este indicador es especialmente importante para la igualdad de oportunidad de las mujeres en el mundo laboral, ya que el cuidado está muy feminizado. Un ejemplo: hasta marzo de este año se han registrado 11.757 excedencias por cuidado familiar, de las que el 90% fueron solicitadas por mujeres.

Sin indicadores para cumplir con la ONU

La plataforma Futuro en Común reúne a numerosas organizaciones sociales, como ONG y sindicatos, con el objetivo de unir esfuerzos en la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Uno de sus tareas es el seguimiento de los avances de España en la Agenda 2030 de la ONU. María González, miembro del colectivo, explica que por el momento el Gobierno no ha concretado los indicadores de los 17 ODS, adecuados al contexto español, por lo que no tenemos una meta definida respecto a la que evaluarnos. No hay un objetivo concreto de población parada de larga duración ni de jóvenes sin empleo ni estudios, por ejemplo, para decir si estamos muy lejos de cumplir con la ONU en 2030.

Santiago González, de la Secretaria Internacional del sindicato USO, también forma parte de Futuro en Común. Señala una de las demandas de la plataforma: que España adapte realmente la idea de desarrollo sostenible que promueve ahora Naciones Unidas e involucre a todos sus ministerios para modificar sus políticas a nivel interno. González recuerda que el grupo de alto nivel creado por el Gobierno está dirigido por el Ministerio de Exteriores, de Agricultura y Pesca y de Fomento y el resto participa de manera secundaria. “Crean una comisión interministerial y salen del paso, pero no vemos ese cambio de inercia que promueve la Agenda 2030”.

España se va a presentar a un examen voluntario este julio en las Naciones Unidas sobre el avance en los ODS, pero Félix A. Ovejeros, responsable de Cooperación Internacional para el Desarrollo de CCOO, teme que “no hay una verdadera apuesta de España por cumplir la Agenda 2030” ante la falta del diseño de los indicadores y el retraso en elaborar un Plan de Acción (aún en fase de borrador). El sindicalista señala a las carteras de Hacienda y Economía como “frenos muy importantes para otros ministerios que se quieren aplicarla a nivel nacional”.

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