La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) calcula que el 1% de los más ricos en España, con rentas superiores a los 94.000 euros, pagará un 9,8% menos de media con la entrada en vigor plena de la reforma, una cifra superior a los contribuyentes con una renta alta, pero ligeramente inferior a ese nivel. Además, se generará una nueva composición de la renta, de forma que se mermará la capacidad redistributiva del impuesto.
El profesor de la Universidad de Zaragoza y miembro de Fedea Julio López Laborda asegura que con el cambio fiscal de 2015 se neutraliza totalmente el efecto de la subida de 2011 y se va un poco más allá y con la segunda fase de 2016 se devuelven 1.400 millones adicionales a los contribuyentes. A su parecer, la reforma tiene un impacto agregado “muy significativo” porque todos los contribuyentes pagarán menos de media, aunque el cambio fiscal también genera un menor efecto redistributivo del impuesto.
Esto ocurre porque la ganancia de renta que produce la reforma es mayor en los tramos de renta más bajos y se va reduciendo a medida que aumenta la renta, aunque en el último tramo de contribuyentes que plantea Fedea -el 1% más rico- la ganancia de renta vuelve a aumentar y es superior al de escalones anteriores.
Así se deduce de la estimación del impacto de la reforma del IRPF que ha presentado Fedea este miércoles en una rueda de prensa, en la que ha explicado que todos los tramos de renta ganan con la aplicación de la reforma, aunque también hay pequeños colectivos dentro de esos tramos que salen perdiendo con el cambio.
En este sentido, un 5,2% de los contribuyentes perderá con la reforma fiscal que entró en vigor el pasado 1 de enero y que se completará en 2016, frente a un 62% que se beneficiará del cambio normativo y casi un 30% para el que resultará indiferente.
En total, Fedea calcula una rebaja media del impuesto del 10,57% para los contribuyentes gracias al cambio fiscal, frente a la rebaja media del 12,5% que calculó el Gobierno. En dinero, la rebaja supondrá una devolución a los contribuyentes de 7.100 millones teniendo también en cuenta el efecto sobre los no declarantes.
Según los cálculos de la fundación, si a esta cantidad se le resta el efecto de la subida fiscal que hizo el Gobierno en 2011 con la aplicación de la tarifa complementaria al IRPF (4.700 millones), se observa que la devolución fiscal final a los contribuyentes será de 2.400 millones.
Las rentas del ahorro muy beneficiadas
De hecho, uno de los colectivos más beneficiados, según Fedea, serán los contribuyentes cuya renta está integrada mayoritariamente por rentas del ahorro -dividendos, intereses y ganancias de capital-, un grupo integrado por pocos contribuyentes que se sitúan en la parte más alta de los tramos de renta. “Son pocos y muy ricos”, ha señalado Laborda, tras explicar que su beneficio es mayor por la reducción de la tarifa del ahorro que incluye la reforma. Este colectivo se conoce popularmente como “rentistas”.
Aún así, los que salen más beneficiados con la reforma son los contribuyentes de rentas más bajas procedentes del trabajo y de actividades económicas, el principal objetivo del Gobierno, y también hay un fuerte descenso de la tributación para las familias con hijos, familias numerosas o con discapacitados a su cargo. Para los pensionistas, en cambio, la rebaja media será del 9,5%, por debajo de la media.
En cualquier caso, aunque el nuevo impuesto rebaja la tributación para todos los tramos y es más progresivo, Fedea cree que contribuye menos a reducir la desigualdad, como ha ocurrido con otras reformas del IRPF. De hecho, el impuesto tal y como estaba configurado en 2014 reducía la desigualdad de la renta en un 12,75% y en 2016 lo hará en un 11,89%.
Por comunidades autónomas, la reforma reducirá el impuesto sobre todo en Castilla-La Mancha y Canarias por sus niveles de renta, con un descenso del 5% en cada región, frente a La Rioja y Cataluña, donde el IRPF se incrementará por encima del 1%. Sin embargo, en términos agregados en todas las comunidades un 42,9% de los contribuyentes pagará un IRPF menor entre 2014 y 2015 y un 23,6% un impuesto mayor.
Preguntado por si la reforma era adecuada teniendo en cuenta el nivel de déficit de España, el director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente, se ha mostrado convencido de que ha sido una buena idea deshacer la subida de 2011 y ha considerado que para bajar el déficit habrá que subir otros impuestos o reducir algunas partidas de gasto.
Sobre si la reforma era la que mejor que se podía plantear, De la Fuente se ha limitado a decir que la reforma ha sido “bastante complicada” y que ha tendido a dificultar un poco más un impuesto que ya de por sí era complicado. “Habría sido mejor hacerlo más sencillo y transparente”, ha concluido.