La troika busca cómo adelantar la financiación más urgente a Grecia en una carrera de obstáculos técnicos
El agónico acuerdo pactado la mañana del lunes entre Grecia y las instituciones no es un salvoconducto para el tercer rescate. Ha sido más fácil allanar la voluntad política de Alexis Tsipras que las dificultades técnicas para desembolsar de forma efectiva la liquidez prometida a Grecia. Así, salvada momentáneamente la opción de Grexit, el compromiso de este 13 de julio parece más bien el comienzo de un nuevo rompecabezas. El mismo día del acuerdo, ya avanzada la tarde, el recién elegido presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, compareció sonriente por su victoria frente a Luis de Guindos para retener la presidencia de esta reunión informal. Pero avisó de que los ministros de Finanzas de la zona euro no habían encontrado una solución para las urgentísimas necesidades de financiación que acucian a Atenas.
Se trata de la bridge-financing, la financiación-puente que tiene que permitir a Grecia asumir los vencimientos de pagos a corto plazo y aquellos que ya hayan vencido. Desde las instituciones confirman que técnicos comunitarios, en concreto un grupo específico ad hoc constituido por miembros del Consejo Europeo, la Comisión y el BCE, está trabajando a contrarreloj para lograr una solución que no ha quedado clara tras el apretón de manos con Alexis Tsipras. Se espera que las discusiones que están teniendo lugar para aliviar a Grecia confluyan con las reuniones preparatorias del Eurogrupo, conocidas como EuroWorkingGroup. Los ministros del euro podrían acordar una teleconferencia el miércoles por la tarde o el jueves por la mañana para ello.
Reuters ha confirmado tras el acuerdo que Grecia, que ejerce un efectivo control de capitales todavía, no podía afrontar una devolución de 450 millones de euros que vencía este mismo lunes con el FMI. El Gobierno de Tsipras adeuda ahora al Fondo más de 2.000 millones de euros tras el impago del pasado 30 de junio. Grecia se convierte así en la primera economía del mundo con atrasos al FMI, pero la situación podría agravarse mucho más si el próximo 20 de julio no asume sus compromisos con el BCE y abona los más de 3.500 millones de euros que adeuda al supervisor europeo. (Ve aquí la cronología de pagos pendientes)
7.000 millones, la cifra clave
Los vencimientos se disparan a más de 7.000 millones si se cuentan los del mes de agosto. Y esa es la cantidad que intenta conseguir la Troika. “La situación es muy urgente”, alertan fuentes cercanas al comisario de Economía, Pierre Moscovici.
Un directivo de la aseguradora Allianz declaró a la cadena CNBC tras el acuerdo con Grecia que a corto plazo la negociación va a ser “confusa e incierta” a nivel financiero. Una versión que confirman en la Comisión Europea, donde avanzan hasta seis posibles medidas sobre la mesa sin detallar por encima más que algunas de ellas, lo que prueba que la financiación-puente es una prioridad absoluta.
Algunas de estas posibilidades sí se conocen, y podrían darse de manera “combinada”, ya que algunas carecen del capital suficiente. Por ejemplo, utilizando los beneficios cosechados por los Securities Market Programme (SMP, un programa de compra masiva de bonos y títulos de deuda de países con problemas financieros por parte del BCE para garantizar la liquidez en la Eurozona) en los dos últimos años. Los SMP arrojan unos beneficios de algo más de 3.000 millones de euros, cantidad insuficiente. Otra opción: contabilizar los beneficios a futuro hasta 2017 o 2018 en una suerte de apaño financiero.
Hay más ideas sobre la mesa: recurrir al ramal heleno del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, que aún tiene disponibles en torno a 12.000 millones de euros del anterior programa de rescate (más de 10.000 millones reservados para un rescate a la banca que en su momento no se usó). Una solución que puede acarrear nuevos quebraderos de cabeza, porque para tirar del Fondo hay que contar con la aceptación de los 28 estados miembros. Reino Unido o Polonia, por citar dos casos, podrían poner demasiadas trabas si debe pasar por sus parlamentos o Gobiernos. El Mecanismo de Estabilidad (Mede) también descarta esto último, según ha confirmado este medio.
Las restantes posibilidades pasan por préstamos directos bilaterales, con el riesgo de depender de la supuesta generosidad de los socios de Grecia, o porque el BCE acepte un retraso en los pagos, lo que constituiría una reestructuración de la deuda encubierta. Además, esta última vía podría generar malestar entre los países de la zona euro por un trato a Grecia mucho más favorable. El país a priori más favorable, Francia, ha desmentido que se vayan a comprometer con esa financiación.
En cualquier caso, parece que la solución pasa por algún tipo de ingeniería financiera, ya que no se puede dar un anticipo de lo que vendrá una vez que se acuerde el tercer programa ya que este aún tiene que pasar por los diferentes Parlamentos (para el 16 de julio) y no será hasta entonces cuando esté realmente constituido.
Ahora el Eurogrupo espera una señal, que será aprobar por la vía legislativa las durísimas reformas pactadas en el Parlamento griego. Después habrá que hacer lo propio en hasta seis parlamentos de países cuya divisa común es el euro. El lunes que viene vence el plazo del BCE, y mientras tanto los bancos helenos siguen con el corralito al menos hasta este jueves y dando dinero a cuentagotas.