Lord offshore: un gran donante ‘tory’ promueve cientos de viviendas en Madrid desde el paraíso fiscal de Nevis
¿Qué tienen que ver el Partido Conservador británico, un multimillonario escocés aficionado a los paraísos fiscales, el empresario sevillano Luis Portillo y un desarrollo urbanístico promovido por un empresario vinculado al 'tamayazo'?
La respuesta la tiene Irvine Laidlaw, magnate y filántropo afincado desde hace años en Mónaco y conocido por haber sido durante años el mayor donante de los ‘tories’ en Reino Unido. Este empresario de 80 años, conocido como Barón Laidlaw, se ha lanzado al negocio de promover viviendas en varios municipios de la Comunidad de Madrid en pleno boom de precios en la región. Lo ha hecho a través de una cadena de sociedades controladas desde la Isla de Nevis, uno de los territorios offshore más opacos del mundo.
Con una fundación benéfica dedicada a la educación que concentra su actividad en Reino Unido (aunque con sede en Ginebra, Suiza), este magnate fue incluido por The Guardian a principios de este año en un listado de grandes donantes de los tories británicos con propiedades en paraísos fiscales, en su caso, a través de la Isla de Man.
El escocés explica en su web personal que promueve “grandes desarrollos residenciales y comerciales en Reino Unido y España”. La documentación oficial que ha podido consultar elDiario.es refleja su predilección por la periferia de Madrid, donde ha comprado importantes bolsas de suelo.
Las propietarias de esos terrenos son una decena de empresas que pertenecen a una sociedad en Luxemburgo con un solo empleado a jornada completa, Sisberg SARL. Sus últimas cuentas, depositadas hace unos días, reflejan que en 2022 sus activos crecieron un 37%, hasta 151 millones de euros.
La empresa controla doce inmobiliarias españolas sin empleados domiciliadas en el número 112 de la calle Príncipe de Vergara, en Madrid. Todas dicen en sus cuentas anuales que pertenecen “al grupo británico The Irvine Laidlaw Foundation”.
Sisberg fue inscrita en septiembre de 2018 por Laidlaw en Luxemburgo. Tiene como único accionista a Highland Group Holdings Ltd, una sociedad radicada en Nevis, diminuta isla perteneciente al microestado de San Cristóbal y Nieves, que forma parte de la Mancomunidad de Naciones y está bajo dependencia de la Corona británica.
La sede de esa offshore está en Dixcart House, Fort Charles, Charlestown, una aldea de poco más de 2.200 habitantes en la Isla de Nieves, como la bautizó Cristóbal Colón en 1498. Ese volcán en el Caribe con poco más de 11.000 habitantes no goza precisamente de buena fama.
En 2018, The Guardian calificaba a este territorio como el territorio offshore más opaco del planeta, “implicado en algunos de los más sórdidos escándalos financieros recientes” y muestra de “las dificultades que el mundo afronta para poner fin a la evasión, el fraude y la cleptocracia”. Firmas de asesoría fiscal lo promocionan como un destino que no grava las ganancias en el exterior de las compañías que se domicilian allí.
En los últimos años, Highland Group ha realizado inversiones en fibra óptica en Holanda, en energías renovables en Alemania o en centrales eléctricas de gas en Ruanda. Desde 2018 ha puesto el ojo en el ladrillo español, con especial atención al madrileño.
De Boadilla a Torrejón
Según el Registro Mercantil, de las empresas de Sisberg en España, la que más activos tiene, 22,8 millones, es Herekino Spain SL. A diciembre de 2021, era propietaria de tres parcelas en Boadilla del Monte, la R.U.-4.3, la R.U.-4.5 y la R.U.-4.7, que adquirió en marzo de 2021 por 20,31 millones. En ellas “está llevando a cabo un proyecto de desarrollo urbanístico”, dice en sus últimas cuentas publicadas.
También en Boadilla, su sociedad Bensonwood Invest SL compró en octubre de 2022 por unos cinco millones a Arqura Homes, la promotora de la Sareb (el conocido como Banco Malo), otras dos parcelas de uso residencial unifamiliar en el desarrollo conocido como “Cortijo Sur”. Esa empresa española de Laidlaw explica en sus últimas cuentas, formuladas el 25 de agosto, que la “promotora delegada” de este desarrollo en Boadilla es una inmobiliaria con sede en Pozuelo de Alarcón, Asentis.
Asentis tiene algún vínculo con los sectores más ultras de Madrid: en ella es “abogado mercantilista”, según explica en la web del Ayuntamiento de Pozuelo, Ainhoa García, la líder de Vox en ese municipio, el más rico de España y otro feudo tradicional de la derecha madrileña.
En Colmenar Viejo, norte de Madrid, Asentis desarrolla para el barón las promociones Colmenar Class I y II, propiedad de sus sociedades Denacia Investments y Desoli Investments. Comprenden la construcción de 90 viviendas en altura de 3 y 4 dormitorios, con una o dos plazas de garaje y trasteros, y otros 62 chalés unifamiliares, sobre sendos terrenos del área “La estación” de Colmenar. Laidlaw adquirió los solares en septiembre de 2018 por unos 12,2 millones.
En Villaviciosa de Odón, Oeste de Madrid, otra empresa de Sisberg, Feldrige Invest, promueve otro desarrollo sobre un terreno que adquirió en marzo de 2021 por siete millones. Se trata de la parcela M-12, que según figura en la web de ese consistorio procede de un proyecto de reparcelación para construir chalés que presentó en 2005 el constructor Francisco Bravo Vázquez. A este empresario y militante del PP se le relacionó con la maniobra que dio la presidencia de la Comunidad de Madrid a Esperanza Aguirre en 2003 tras la deserción de dos diputados socialistas tránsfugas, Eduardo Tamayo y Teresa Sáenz.
Al Este de Madrid, en Torrejón de Ardoz, Asentis también desarrolla para otra empresa de Sisberg, Untrium, una promoción sobre tres parcelas en la Unidad de Ejecución SUP-R2 Aldovea de ese municipio. El multimillonario escocés las adquirió en julio de 2021 por 9,8 millones, más IVA, a Torrejoland Developments, una sociedad del grupo Kronos, también con múltiples vínculos con paraísos fiscales.
En Getafe, al sur de Madrid, Asentis ha promovido para otra empresa de Sisberg, Denali Investments, Getafe Class, con 51 viviendas en altura y 87 plazas de garaje en la calle Ramón Rubial n°2, muy cerca de la carretera de Toledo y de la Universidad Carlos III. El suelo fue adquirido el 23 de octubre de 2018 por unos seis millones, explica Denali Investments en sus cuentas de 2021, últimas disponibles. En su web, Asentis afirma que las viviendas se empezaron a entregar a finales de 2022.
El barón Laidlaw también tiene proyectos en Andalucía. En julio de 2022, su sociedad Kellet Invest adquirió por 17,5 millones una finca en Dos Hermanas, Sevilla. La mayor parte pertenecía, según sus cuentas, a “la sociedad Rochebar Inversiones”, de la que no hay rastro en el Registro Mercantil, pero sí de otra de nombre muy parecido, Rochebon Inversiones. Domiciliada en Dos Hermanas, pertenece al histórico del ladrillo Luis Portillo, que antes del crack de 2008 llegó a presidir Colonial y fue primer accionista individual del BBVA.
En el Parque Tecnológico de Málaga, a través de la sociedad Denoti Investments, el multimillonario escocés adquirió en febrero de 2020 un edificio de oficinas para alquilarlo, explica Denoti en sus últimas cuentas, de 2021. Laidlaw llegó a figurar como consejero delegado de la propietaria del inmueble, pero cesó en 2022.
elDiario.es contactó con el multimillonario a través de su fundación, sin obtener respuesta, para conocer sus planes de inversión en España, las razones de su apuesta por la periferia de Madrid y los motivos para hacerlo a través de esa sociedad de Nevis.
Lord vitalicio y prostitutas
A Laidlaw se le ha atribuido una fortuna de unos 800 millones de euros, que forjó con la venta, en 2005, del Institute for International Research, el mayor organizador mundial de conferencias del mundo, en una operación que se cifró entonces en unos 768 millones de libras. Sunday Times le colocó en 2012 como la 105 mayor fortuna de Reino Unido, como destaca una web dedicada a su figura.
El multimillonario tiene un pasado en política. En 2004 llegó a ser nombrado miembro vitalicio y barón de la Cámara de los Lores por el Partido Conservador, al que regó de generosas donaciones durante años: fue el mayor donante individual de David Cameron, entonces en la oposición, con un préstamo de tres millones de libras que luego convirtió en donación. Sin embargo, renunció a su puesto en la Cámara de los Lores en 2010, tras un escándalo con prostitutas y cocaína en un hotel de Montecarlo y, muy especialmente, tras su negativa a abandonar Mónaco, donde fijó su domicilio fiscal hace años.
En 2007 la BBC desveló que Laidlaw había incumplido su promesa de renunciar a su exilio fiscal monegasco, como había prometido como condición para mantener ese estatus de lord. Convertirse en residente en Reino Unido le habría supuesto abonar al Fisco británico unos 50 millones de libras. Desde algunos sectores 'tories' se instó a que el partido devolviera los millones de libras que el barón les había donado en esos años.
Laidlaw, que en 2008 realizó otra donación de 25.000 libras para la campaña de Boris Johnson a la alcaldía de Londres que se comunicó fuera del plazo legal, es un apasionado de los superyates. En 2010 adquirió al astillero danés Feadship el Lady Christine, bautizado con el nombre de su esposa, valorado en unos 70 millones. Con bandera de Islas Caimán, según la web especializada Vesselfinder, estos días ha navegado por aguas de Malasia.
Otra de sus debilidades son los coches clásicos. En 2009 adquirió un exclusivo Ferrari 275 GTS/4 NART Spider, del que solo se produjeron 10 unidades en todo el mundo, y que tiene una curiosa relación con España. Fue aquí donde acabó la única unidad destinada al mercado europeo (el resto se destinó a Estados Unidos y el actor Steve Mcqueen fue uno de los compradores), en concreto, en el concesionario madrileño Tayre, que lo entregó en febrero de 1968 a un coronel español de la Legión Extranjera. Luego lo compró un coleccionista español, José Segimon. Varios propietarios después, acabó en manos del barón escocés.
En 2016 Sotheby´s sacó a subasta en Montecarlo el vehículo por entre 19 y 23 millones con motivo del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, aunque no consta que ese Ferrari con pasado español se vendiera. Años después, los caminos de Laidlaw y España han vuelto a cruzarse. Ahora, entre operaciones inmobiliarias en Madrid con sello offshore.
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