El sector pesquero espera recuperarse con ERTE flexibles y apertura hostelera

El sector pesquero espera recuperar sus ingresos y su actividad con la desescalada, por el incremento de las ventas gracias a la apertura de la hostelería y restauración, y la flexibilización de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

“Las expectativas del sector pesquero a corto plazo se apoyan en la inminente apertura del canal de hostelería y restauración, que potenciará la venta de mariscos y pescados premium”, y la flexibilización de los ERTE más allá del estado de alarma -que aborda la mesa de diálogo social-“.

Así lo han planteado las organizaciones que componen el comité de seguimiento de la crisis de la COVID-19 en el sector pesquero, en un comunicado este viernes.

Desde el comité -integrado por la patronal de armadores Cepesca, la federación de detallistas Fedepesca, y la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP)- han señalado que “solo garantizando la flexibilidad laboral se podrá proteger tanto el futuro de las empresas de la cadena como el de sus trabajadores”.

El inicio del plan de desescalada decretado por el Gobierno ha coincidido con un “brusco descenso del precio de la merluza, el gallo o el rape en primera venta, que en las grandes superficies no se está trasladando al precio para el público”, de acuerdo a la misma fuentes.

Ha señalado que esta caída de precios responde a la entrada en España de pescado procedente de Irlanda y Escocia, cuyo destino habitual es Francia, país que durante la pandemia está dando prioridad a su producto nacional.

Por ello, el sector ha pedido a consumidores y empresas de distribución que “apoyen a nuestras flotas” comprando pescado y marisco español.

Por otro lado, el comité de crisis ha constatado que el “problema más acuciante del sector, en los buques de altura que trabajan en aguas de terceros países y alta mar, sigue siendo el relevo de las tripulaciones”, dadas las dificultades a la hora de enviar y recoger tripulantes por avión a los aeropuertos de los terceros países que también han declarado el estado de alarma.

A estos problemas se suman las dificultades del sector para acceder a los test serológicos de detección de la COVID-19 y, en este sentido, los armadores pideron ya hace dos semanas el permiso del Gobierno para comprarlos directamente, ante los problemas del Ejecutivo para suministrárselos.

Los minoristas también han subrayado la “ausencia de ayudas oficiales a aquellas empresas –pymes y autónomos en buena parte– cuyas pérdidas no alcancen el 75% de la facturación”, ya que muchos pescaderos registran caídas de ventas de entre el 30% y ese 75% límite, con lo que pierden su “rentabilidad”.

Como aspecto positivo, el comité ha destacado el incremento del consumo de pescado en los hogares, con una mayor variedad de especies en la cesta de la compra.