Prisa toma oxígeno en Bolsa tras perder un 27,7% de su valor en una semana
El grupo Prisa logró contener este lunes parte de la sangría bursátil que sufrió su cotización la semana pasada, cuando perdió un 27,7% de su valor. Entre dudas sobre su futuro por el elevado endeudamiento que arrastra e inmersa en las críticas de varios accionistas a la gestión de su presidente ejecutivo, Juan Luis Cebrián, la cotización del grupo cerró la semana en nuevos mínimos históricos.
Este lunes, tras llegar a caer durante los primeros compases de la negociación hasta los 2,005 euros, las acciones de Prisa en la Bolsa de Madrid cerraron con una revalorización del 9,27%, hasta 2,24 euros, lo que supone su mayor subida desde noviembre de 2015.
El rebote llega después de que el jueves los títulos de Prisa cerraran con un desplome del 15,6%, el mayor desde el 28 de septiembre de 2015. Tras la quiebra del Banco Popular, Prisa fue uno de los valores más castigados de la bolsa española junto a otras compañías fuertemente endeudadas como Duro Felguera, Amper, Natra, GAM u OHL.
El viernes, la caída de sus títulos fue del 8,3%, lo que dejó la capitalización de Prisa por debajo de la de uno de sus rivales directos, Vocento. Actualmente, el valor bursátil de Prisa es de sólo 175 millones, mientras que su deuda es casi 8,5 veces mayor, de 1.481 millones de euros. Su capitalización es inferior a la de Vocento (187 millones) y está muy lejos de las de Atresmedia (2.415 millones) y Mediaset (3.802 millones).
Pese al rebote de este lunes, en lo que va de año el valor de los títulos de Prisa se ha desplomado un 57,3% y, si se compara con el precio con el que salió a Bolsa hace 17 años, el retroceso ha sido superior al 90%.
Críticas a Cebrián
En los últimos meses, un grupo de accionistas de Prisa, encabezados por el fondo buitre estadounidense Amber Capital, ha maniobrado para tratar de forzar la destitución de Cebrián como primer ejecutivo de la compañía, hasta ahora sin éxito. Cebrián renovó como consejero de la compañía por otros cuatro años en la Junta de 2016 y tiene pactada una compensación en concepto de “complemento de jubilación” de seis millones de euros. La cobrará cuando expire su actual contrato como ejecutivo, en 2018, “o en el caso de una extinción anticipada del mismo por cualquier causa, aunque el consejero cese por su propia voluntad”, según la documentación remitida por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Prisa había fiado sus esperanzas para reducir su voluminosa deuda en la venta de Santillana. La compañía comunicó oficialmente que ponía el cartel de 'se vende' a la editorial el pasado 16 de noviembre, pero el 26 de mayo informó de que su consejo de administración había decidido “rechazar las ofertas vinculantes recibidas” por la filial, de la que controla el 75%, al considerarlas insuficientes. El año pasado, Santillana aportó a Prisa más de la mitad del beneficio bruto de explotación (ebitda) del grupo: 180 millones de euros, sobre un total de 280 millones.
Ante el fracaso de esa desinversión, el plan B es la venta de la filial portuguesa, Media Capital, propietaria entre otros activos de TVI, una de las principales televisiones privadas del país vecino. Entre los que han reconocido su interés por Media Capital está el grupo francés Altice, que ya compró en 2015 Portugal Telecom (antiguo monopolio público de telecomunicaciones) y cuyo mayor accionista es Armando Pereira, dueño de un 30% del capital y de origen portugués. Según El Confidencial, Prisa pide 450 millones por esa filial.