Jornadas laborales que se extienden entre 12 y 14 horas. Condiciones laborales “extremas” que vulneran las normas seguridad y salud de los empleados en las aperturas de nuevos establecimientos, obras “sin licencia de apertura” y un aluvión de despidos “por causas organizativas”. Estos son algunos de los motivos que han llevado a un grupo de trabajadores de TEDi –compañía alemana de “productos de uso diario”– a denunciar ante la justicia y la Inspección de Trabajo a la compañía que se encuentra en un proceso de expansión “acelerado”.
La empresa alemana está en plena fase de crecimiento en España. En 2017 contaba con una treintena de establecimientos en nuestro país. “Este año se abrirán 32 tiendas”, constatan fuentes de TEDi. Y, para ello, “el ritmo de apertura está creciendo de manera exponencial”, afirma Carla (nombre ficticio), ex-jefa de zona de la compañía recién despedida.
Un ex alto cargo directivo también subraya que se han llevado a cabo obras obras sin licencia de apertura. El motivo es sencillo: “había que abrir”. Y esta aceleración de la expansión ha tenido consecuencias directas sobre el equipo de vendedores y responsables, encargados de los montajes de las tiendas y principales afectados en materia de seguridad y salud.
Carla indica que los plazos de apertura de los nuevos establecimientos “había que cumplirlos de manera estricta”. Por tanto, era habitual que el montaje se realizara con las obras por finalizar. “Hemos abierto tiendas sin agua y sin aire acondicionado en verano”, constata una ex directora de tienda, que además explica y condena las “condiciones precarias” con las que se abrió la tienda de Granada. “No había conexión de electricidad, ni nadie que garantizara la seguridad. Una compañera sufrió un accidente mientras realizábamos el montaje de la tienda y tuvo que darse de baja”.
Jaime y Adriana (nombres ficticios), vendedores afectados por el incumplimiento de las normas de seguridad y salud en el trabajo, han denunciado estas prácticas ante la Inspección de Trabajo. “Comemos en una sala a 40 grados”, señala. Ambos han contado a eldiario.es que tienen un contrato temporal de 20 horas semanales, que pueden convertirse en 70 si tienen que acudir al montaje de una nueva tienda. Además, hasta el momento se han pagado sus propias dietas e incluso sus propios Equipos de Protección Individual. “La empresa no cumple el Convenio”, destacan.
Continúan los despidos
Un ex miembro de la dirección de TEDi afectado por un despido “organizativo” ha denunciado a la compañía: “no lo considero un despido por causas organizativas”. Laura, vendedora con contrato indefinido, padece una discapacidad del 35%. También fue despedida de manera “objetiva”. Cuenta a este medio que no podía realizar montajes en las tiendas porque padece una distrofia muscular que se lo impedía. “No me esperaba el despido”, reconoce.
La mayoría de las extinciones de contrato, las comunicaron altos cargos de la compañía que también fueron cesados: “estaba traicionando todos mis principios, pero las decisiones venían de arriba”, sostiene Carla refiriéndose a los despidos que afectaron a parte de su equipo “por falta de presupuesto y contención de gasto”. “Los jefes de zona teníamos órdenes estrictas de dirección de despedir a trabajadores con representación sindical o con intención de crear un comité”, subraya.
Meses después llegó su carta de cese “por motivos económicos, técnicos y organizativos”, según informa. La ex-jefa de zona ha demandado a la empresa porque considera improcedente su despido.
Una de las consecuencias de la falta de personal provocada por los despidos es el incremento de los robos. Raquel (nombre ficticio), jefa de equipo en una tienda TEDi, explica que sufrió dos agresiones que le han provocado una lesión en el brazo al intentar impedir dos robos. Está de baja, a la espera de ser intervenida quirúrgicamente y preocupada por el posible despido ante el precedente de sus compañeros.
Fuentes de la compañía alemana indican a este medio que “debido a algunos factores externos ajenos a nuestra voluntad, han tenido lugar algunas reestructuraciones en nuestra empresa”. Los altos cargos despedidos, sin embargo, apuntan a un “ERE encubierto”.