La crisis de Volkswagen toca el corazón del motor español. Seat, la filial española del grupo, ha reconocido a El País haber montado los motores trucados -el modelo EA 189- en su planta de Martorell. La compañía rehúsa dar cifras del número de vehículos vendidos con este motor que incorporaba un software trucado capaz de detectar cuando se le estaba haciendo pruebas al coche para emitir menos CO2. Sin embargo, fuentes internas a las que ha tenido acceso el rotativo asegura que podrían ser medio millón, la mitad vendidos en España.
En la planta de Seat se habría montado estos motores investigados hasta este mismo año, aunque como la compañía anunció en su primer comunicado tras destaparse el escándalo, los motores de los nuevos modelos ya no lo llevan. Sin embargo, los modelos que están bajo sospecha en Estados Unidos, epicentro del escándalo, se llevan fabricando desde 2008. Hasta ahora los modelos afectados no incluían ninguno de Seat (que no tiene exportación en EEUU), y se desconoce cuáles pueden serlos modelos que afecten a la marca española. Cabe recordar que el trucaje solo era para diesel. En cuanto a la marca alemana, los vehículos que incorporan el motor son Golf, Beetle, Jetta, Audi3 y Passat.
Que el escándalo salpicara a Europa, y sobre todo a España, era cuestión de tiempo. Volkswagen reconoció que a nivel mundial había once millones de vehículos afectados por el fraude, y solo medio millón se había vendido en Estados Unidos. Si a esto se le suma que en Europa se consumen muchos más motores diésel y que Volkswagen y Seat son los coches más vendidos en territorio español, era casi imposible pensar que el fraude no afectara a España.
Sin embargo, el Gobierno español ha estado mucho más tímido que sus homólogos europeos a la hora de iniciar investigaciones. Hasta el momento, Industria, responsable del sector, solo ha creado un grupo de trabajo y de seguimiento con el fin de “recabar información”. El peso de Volkswagen en la economía española es clave a la hora de explicar esta cautela.
Las dos plantas del gigante alemán en España (la de Barcelona y la de Navarra) dan empleo a 16.000 personas. Volkswagen acababa de anunciar en julio unas inversiones en Cataluña por valor de 3.300 millones de euros y nuevos modelos, como el Q3 que se venderá en el mercado estadounidense.
Siguen muchas incógnitas en el aire que se deberán despejar en las próximas horas y días. España sí es la encargada de homologar los motores de Seat (no los de Volkswagen que se finalizan en Alemania) y deberá dar explicaciones de cómo se manipularon las pruebas. También falta conocer las marcas afectadas en el mercado español y en el resto de Europa y las medidas que va a tomar la compañía, que tiene un consejero delegado en funciones, para subsanar el fraude.
La OCU emitió ayer unas recomendaciones para los usuarios españoles potencialmente afectados en las que se recuerda que si la marca llama a los coches a revisión no se debe abonar ninguna cuantía por adelantado. Cabe recordar que el fraude es para rebajar las emisiones de CO2, un fraude tanto al consumidor como al Estado, pero que en principio no entraña riesgo en la conducción. Si es un riesgo global para la contaminación y se han podido dar ayudas públicas, como el Plan PIVE, para vehículos menos contaminantes que no se deberían haber otorgado.