Una segunda vida de la basura
Los residuos crecen. Se han convertido en una bola sin freno en el estilo de producción y vida. Según Ecoembes, la creación de estrategias para promover el reciclado en las empresas es un punto clave para tratar de reorientar este flujo de basura. Según sus cuentas, sólo con el sector empresarial “desde 1998 se ha evitado que 12 millones de toneladas de envases ligeros, papel y cartón hayan acabado en los vertederos" en España. Esta sociedad “constituida por una serie de empresas en pro del reciclado” hace mucho hincapié en el envasado. Son un elemento de “protección del producto e información al consumidor” pero si se le aplica un diseño adecuado, puede ser elemento “de I+D medioambiental” a la hora de reciclarlo o reutilizarlo.
En este panorama, lo que queda claro es que el sector de la generación, gestión y reutilización de residuos está en desarrollo si no queremos acabar todos subidos encima de una gran montaña de basura. Isis Osorio está al frente de un proyecto encaminado a que las empresas manejen de forma sostenible sus residuos sólidos. Ecole es un emprendimiento social que funciona en México. En su actividad, destacan que lo primero es concienciar y “capacitar a las empresas para separen los residuos”. Esa labor sería perfectamente exportable a la situación española. Es cierto que Ecole recibe los materiales que las empresas van segregando. Osorio cuenta que en su ámbito, luego pueden separar los materiales que “se pueden reciclar y que son canalizados en nuestras bodegas a otros procesos ya sea para limpiarlos, triturarlos, etcétera. De forma paralela identificamos qué residuos sí tienen que ir al vertedero.” Asegura que cada mes consiguen que “180 toneladas no vayan a los vertederos”, esos campos de acumulación estéril.
La parte más novedosa de este proyecto es que Ecole “si bien cobra a las grandes empresas por la destrucción de de sus desechos, paga por los materiales que nos llegan diferenciados”. Es decir, los negocios que planifican su producción y gestión, que desarrollan un programa de reutilización, añaden una fuente de ingresos por esta vía. Luego Ecole los utliza como una suerte de materia prima. “Nosotros nos encargamos de molerlos o prensarlos y luego los canalizamos a otro consumidor que los emplea como materia prima para elaborar productos como plástico, escobas, bolsas, etc”. Una segunda vida de la basura pero con valor añadido. Con esta dinámica, este circuito alternativo de tratamiento de basuras intenta sacar provecho (y provecho económico) a la ingente cantidad de materia que se despacha en primera instancia. Se nutre de lo que otros consideran inservible.
La idea echó a andar en 2004 “con los residuos de una red de restaurantes de pollo”. Para 2008, dicen, “habíamos conseguido que el 50% de los restos de sus 50 restaurantes tuvieran otro uso”. Ahora, ya dentro del programa Momentum Project de BBVA y Esade, están trabajando en “exportar algunos de los materiales que obtenemos porque son muy buenos”. También en desarrollar nuevas fórmulas para que el rango de desechos que reconvierten en materia prima se amplíe.