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Nueve preguntas que debes hacerte antes de elegir el seguro ideal para tu moto
Llega la temporada perfecta para aprovechar la moto; primavera, verano y buena parte del otoño son las estaciones que nos van a permitir salir a dar vueltas con nuestra amiga de dos ruedas por las carreteras de España. No es de extrañar, por lo tanto, que sea en estas fechas cuando más usuarios buscan en las páginas de motor una buena oferta para comprarse su primera motocicleta, o bien cambiarse la antigua por una más nueva.
Y, claro está, con la moto nueva viene el dilema de qué seguro escoger; entre tanta oferta y con tantas variables, es difícil saber si se acierta o no al contratar uno. No cabe duda que el ahorro de dinero cuenta, pero no es lo único: un seguro muy barato al precio de sacrificar determinadas coberturas puede acabar siendo caro. Para no llevarte un buen disgusto cuando sea demasiado tarde, atiende a estas nueve preguntas antes de darle al botón de contratar.
1. ¿Qué moto voy a tener?
Una moto nueva y buena condiciona de entrada el seguro, porque el básico, a terceros sin ninguna cobertura, no nos vale. Para una moto nueva de fábrica, a no ser que la vayamos a llevar muy poco y duerma siempre en garaje individual, lo lógico es contratar, al menos durante el primer año, un seguro a todo riesgo con franquicia, o bien un seguro a terceros ampliado, que contemple coberturas contra robos e incendios.
Si además se trata de una marca cara y de un modelo de gran potencia, podemos añadir asistencia en carretera ya que, de lo contario, tendremos que retirar nosotros la moto de la carretera y llevarla a un taller en caso de accidente.
2. ¿Cuántos años tiene?
Si la moto que compramos es de segunda mano, quizás es mejor pensar en un seguro a terceros con cobertura de asistencia en carretera en caso de que sea un modelo bastante actual o de valor. Si ya tiene unos cuantos kilómetros recorridos y no es un modelo particularmente especial, puede que incluso nos baste con el seguro a terceros sin más coberturas, aunque muchos seguros incluyen en la base la asistencia. Además, siempre es mejor tener esta cobertura.
3. ¿Qué uso le daré?
Con independencia de que sea de mejor o peor marca, no es lo mismo comprarnos una motocicleta para sacarla los fines de semana, o para ir de casa a la oficina dentro de la ciudad, que para usarla profesionalmente en tareas de logística o desplazamientos. En el primer caso, podemos plantearnos prescindir de ciertas coberturas, como robos o incluso asistencia en carretera, pues siempre puede haber un taller cerca.
En caso de uso profesional, dado el valor que la moto tendrá para nosotros, puede ser interesante considerar un seguro a todo riesgo con una determinada franquicia, o bien un terceros pero con coberturas contra robos, asistencia en carretera, reclamación de daños o asistencia al conductor. Hay que tener en cuenta que muy pocas compañías ofertan un seguro a riesgo puro para motos.
4. ¿Con qué frecuencia llevaré un acompañante?
Esta pregunta es pertinente porque el acompañante, a pesar de que es considerado un tercero, y por tanto está cubierto con el seguro básico, en algunos seguros se le impone una franquicia. Como consecuencia, si tenemos un accidente y le ocurre algo a nuestro acompañante, deberemos pagar una cantidad inicial por el coste de sus cuidados médicos. Por lo tanto, la asistencia al acompañante es una de las coberturas mínimas a tener en cuenta a no ser que llevemos a gente muy de vez en cuando.
5. ¿Dormirá en garaje o en la calle?
No es lo mismo un seguro para una motocicleta que vaya a dormir en la calle que en un garaje, ya que en la calle está expuesta a robos o incendios, por ejemplo, por lo que deben contemplarse estas coberturas.
6. ¿Cuántos kilómetros pienso recorrer al año?
Cuantos más kilómetros recorramos, mayor será la probabilidad de que suframos un accidente con independencia de nuestra actitud al conducir. Por lo tanto, si nos planteamos un uso muy intensivo, por ejemplo, porque cada día nos desplazaremos entre dos ciudades para trabajar, es mejor contemplar las coberturas de asistencia en carretera, reclamación de daños, asistencia al conductor, etc. En cambio, si vamos a usar la moto solo para ir los domingos al gimnasio, podemos reducir algunas coberturas, lo que nos abaratará el seguro.
7. ¿Sólo la conduciré yo?
Otro aspecto que se debe mirar con lupa en las condiciones del seguro es si cubre la posibilidad de que más de una persona pueda conducir la moto cubierta por el seguro. Algunas compañías lo permiten y otras, en cambio, consideran al conductor adicional otro contratante en función de su edad, veteranía, etc., y obligan a contratar un seguro adicional.
8. ¿Qué cosas pueden encarecer mi seguro?
Depende mucho de las compañías, pero de todos modos la edad y la veteranía a los mandos de una motocicleta, es decir la antigüedad de nuestro carné, pesan mucho. Si somos maduros y veteranos pagaremos menos que los jóvenes y noveles. También puede influir nuestro historial de accidentes, el tipo de motocicleta que vayamos a asegurar, el uso que le queramos dar, etc.
9. ¿Cómo encuentro mi mejor opción?
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