Qué revela un análisis de orina
La mayoría de personas se han hecho un análisis de orina en algún momento de su vida. Se trata de una prueba que se realiza como parte del proceso diagnóstico de problemas de naturaleza muy variada. Es un proceso muy sencillo, que no supone grandes molestias para realizarla, con el que se analiza de inicio la apariencia y el color de la orina.
A través de métodos físicos, químicos y de microscopía se puede estudiar su densidad y acidez, y otros elementos de su composición, así como otros elementos químicos y biológicos que pueden indicar alguna alteración o enfermedad. Por ello suele solicitarse de rutina para detectar enfermedades en fases precoces o para controlar su tratamiento.
Cómo se recoge la orina para un análisis
Para que el resultado sea correcto, hay una serie de consideraciones que deben tenerse en cuenta a la hora de preparar el análisis de orina. Cuándo y cómo recoger la orina es determinante porque, tal y como reconoce la Doctora Carmen González Enguita, jefe del Servicio de Urología de los hospitales de Quirónsalud integrados en la red pública madrileña y responsable del blog Ni Gota, “una muestra mal recogida, en cantidad, momento, en un recipiente no adecuado, no solo puede ser inútil sino que puede conllevar errores en la interpretación de los resultados”.
Las recomendaciones de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) nos dicen que, para recoger la orina, es preciso usar el recipiente que nos han dado en el centro de salud; al levantarse, y antes de orinar, limpiar bien los genitales con agua y jabón; recoger la primera orina de la mañana, desechando la primera y última parte del chorro; orinar directamente en el recipiente, intentando que la piel no toque el vaso; y finalmente llenar el tubo hasta la señal y cerrar bien.
En el caso de que se requiera orina de todo un día —24 horas—, la recogida debe iniciarse el día anterior al que vaya a hacerse el análisis; no debe guardarse la primera orina del día de inicio de la recogida, sí toda la del resto del día, de la noche y la primera orina de la mañana siguiente.
Lo que el análisis de orina puede revelar sobre la salud
Una vez obtenida la muestra, el análisis ayudará a diagnosticar enfermedades comunes como infecciones del tracto urinario, trastornos renales, problemas hepáticos, diabetes u otras afecciones metabólicas.
Junto con otras herramientas, como la historia clínica del paciente, la anamnesis —entrevista—, la exploración física y otros estudios moleculares complementarios necesarios —de imagen, anatómico o moleculares, entre otros—, el análisis de orina es una parte importante de un examen médico de rutina.
Con todo, debe tenerse en cuenta, como recuerda la Doctora González Enguita, que este tipo de estudio “por sí solo, no brinda un diagnóstico definitivo” sino que puede ayudar a diagnosticar la causa de los síntomas de alguna enfermedad, como dolor abdominal, dolor de espalda, micción frecuente o dolorosa, sangre en la orina u otros problemas urinarios.
Si los resultados no son los esperados, puede ser necesario un seguimiento y una repetición de estudios. Por tanto, esta prueba debe considerarse en conjunto con otros estudios, no de forma aislada porque, en este caso, y en determinadas circunstancias, puede tener un significado limitado.
Con el fin de mejorar la recogida y la conservación de las muestras de orina, la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML) editaba, en 2018, la monografía “Muestras de orina de 24 horas y orina reciente para la medición de las magnitudes biológicas más comunes”. Esta guía busca acercar a los profesionales de los análisis clínicos toda la casuística sobre una de las analíticas más frecuentes y sobre las que giran ciertos condicionantes especiales.
Qué parámetros se analizan
La orina puede analizarse de varias maneras: examen visual, prueba con tira reactiva y examen microscópico. El examen visual analiza el aspecto de la orina, que debe ser clara; si está turbia, es posible que haya una infección.
La orina está compuesta por un 95% de agua, un 2% de sales, un 2,5% de productos del metabolismo de las proteínas y pigmentos que le dan este color amarillento característico. Según un estudio publicado en PlosOne, las sustancias disueltas en la orina humana pueden llegar a las 3.000, de las cuales se analiza una parte infinitesimal, alrededor de una docena de compuestos, de ahí que, para entender si hay algún problema o no es necesario sobre todo comprobar qué es lo que no debe estar presente o en cantidades mínimas.
Otra prueba es la tira reactiva para comprobar si hay anomalías en la orina. En una prueba con tira reactiva se examinan parámetros como la acidez (pH); la bilirrubina —sustancia que se produce durante la descomposición de los glóbulos rojos—; sangre —su presencia requiere un análisis adicional porque puede ser signo de daño renal, infección, o cálculos en los riñones o en la vejiga o enfermedades tumorales en el aparato urinario—, concentración —muestra el grado de concentración de las partículas, si es alta suele ser consecuencia de no beber suficiente líquido—, cetonas —sustancia que puede indicar diabetes—, proteína, signos de infección con la presencia de nitritos o la esterasa leucocitaria, cuya presencia puede indicar infección.
El examen microscópico, mediante el que se observan gotas de orina concentrada con un microscopio, estudia los niveles de los glóbulos blancos —leucocitos—, que pueden ser signo de infección; los glóbulos rojos —eritrocitos—, que pueden ser signo de enfermedad renal, trastorno en la sangre u otra enfermedad subyacente; bacterias, levaduras o parásitos; o cristales que forman las sustancias químicas de la orina que pueden ser un signo de cálculos renales.
Es importante tener en cuenta que algunas condiciones de la vida cotidiana, como el ejercicio físico, el consumo de alcohol o tener fiebre pueden alterar ciertos parámetros, aunque ello no indica que exista una enfermedad.
Además de toda esta información la orina también sirve, si así lo solicita el médico de forma explícita, para otros estudios de diagnóstico como el test de embarazo, celularidad tumoral en la orina, exámenes de detección de drogas ilícitas, marcadores tumorales para enfermedades oncológicas concretas o eliminación de minerales y medicamentos por la orina.