Hoy el PP de Pablo Casado quiere gobernar Andalucía con un tripartito de “perdedores” con Ciudadanos y la extrema derecha, después de lograr su peor resultado en tres décadas.
En las elecciones de 2012, el PSOE de Pepe Griñán quedó segundo frente al PP de Javier Arenas, que logró más votos y más escaños. El PSOE pactó con IU para mantener el gobierno de la Junta de Andalucía. Susana Díaz no se fue a casa. Formaba parte de aquel gobierno y, poco después, se convirtió en presidenta, con el apoyo de PSOE e IU en un parlamento donde el PP era la primera fuerza política.
El presidente del Gobierno llegó a La Moncloa sin ser el más votado. Hasta que perdió el liderazgo de su partido, en el año 2016, el PSOE bloqueo la investidura de Mariano Rajoy.
Ciudadanos quiere que su candidato Juan Marín, el tercero en votos y escaños, presida la Junta. Tampoco le hace ascos a los escaños de la extrema derecha y muy probablemente acabe pactando la investidura con Vox y el PP. Es el mismo partido que tacha al ejecutivo de Pedro Sánchez de “gobierno Frankestein”.
Desde la moderación y la centralidad que supone pactar un gobierno con la extrema derecha de Vox.
En la misma entrevista, solo unas líneas después, la líder de Ciudadanos en la capital, Begoña Villacís, asegura que “Ahora Madrid con Manuela Carmena a la cabeza es un partido totalitario”.
Lo pide alguien que solo ha vivido de la política, que fue diputado autonómico durante años y al que después la presidenta autonómica de Madrid, Esperanza Aguirre, refugió en una mamandurria donde cobraba 83.000 euros anuales. Fundó Vox cuando el PP le dejó fuera de sus cargos y sus listas. Solo después de perder el “bienestar” que los partidos y las autonomías le habían proporcionado.
Hoy el PP de Pablo Casado quiere gobernar Andalucía con un tripartito de “perdedores” con Ciudadanos y la extrema derecha, después de lograr su peor resultado en tres décadas.
En las elecciones de 2012, el PSOE de Pepe Griñán quedó segundo frente al PP de Javier Arenas, que logró más votos y más escaños. El PSOE pactó con IU para mantener el gobierno de la Junta de Andalucía. Susana Díaz no se fue a casa. Formaba parte de aquel gobierno y, poco después, se convirtió en presidenta, con el apoyo de PSOE e IU en un parlamento donde el PP era la primera fuerza política.