Un corralito en Europa

Esa “tasa a los ahorradores” de la que habla la UE en Chipre es otro eufemismo más. A los chipriotas les han metido la mano en el bolsillo. Para que nadie se escape, las autoridades han bloqueado esa cuota en las cuentas corrientes. Es solo por unos días, es solo parcial… Pero en el fondo es el primer corralito dentro de la zona euro y por mucho que la UE diga que es una media “única” y “excepcional” deja claro hasta donde está dispuesto a llegar, en su locura, el Gobierno alemán.

La UE rompe también otro tabú: que los depósitos de menos de 100.000 euros están garantizados al cien por cien. Parece que solo lo están al 93,25% porque todos los chipriotas van a perder, de una tacada, al menos el 6,75% de sus cuentas corrientes: el 9,9% para los que tienen más de 100.000 euros.

La medida, tal y como está diseñada, es tremendamente injusta: solo grava a aquellos que tienen su dinero en la cuenta corriente y no a los que lo hayan invertido en otras actividades menos líquidas, como la bolsa o el ladrillo. Es verdad que gran parte del dinero que se guarda en Chipre es de otros países –en gran medida, de millonarios rusos, algunos con fortunas de procedencia muy dudosas–, pero en cualquier caso no deja de ser una confiscación por parte del Estado, por orden de la UE.

Chipre supone apenas el 0,2% del PIB de la zona euro. Es un país pequeño, de poco mas de un millón de habitantes, y el corralito solo permitirá recaudar 5.800 millones de euros. Por ese precio ridículo, la UE ha revivido un fantasma que parecía enterrado ya: el de la ruptura del euro. Las colas frente a los cajeros de Chipre son la mejor campaña para promocionar un pánico bancario que puede tener consecuencias terribles. El mensaje para todos los millonarios de los países europeos en problemas es claro: ¿a qué estás esperando para llevarte tu dinero al extranjero si es que no lo has hecho ya?