Hace unas horas frente el juez, el exdiputado Jorge Trías Sagnier ha confirmado que fue Luis Bárcenas quien le mostró la contabilidad secreta del PP. Dice la verdad. Pero también ha dicho que él solo los vio, que solo los tuvo durante un par de horas en su despacho pero que nunca los fotocopió. Y que no volvió a saber de ellos hasta que El País los publicó. Ambas cosas son falsas y la verdadera historia de cómo los papeles de Bárcenas salieron a la luz, los detalles ocultos sobre su publicación, es más sencilla, más humana y más miserable a la vez.
Trías, abogado y compañero de escalada de Luis Bárcenas y Luis Fraga, tuvo en su despacho los papeles del extesorero del PP en enero de 2011. Eran los originales, no las copias. Fue su propia secretaria, Margarita, quien hizo las fotocopias que El País dos años después publicó. En aquella época, Trías asesoraba a Bárcenas en su defensa legal y le ayudaba en su relación con la prensa; era quien convocaba a los periodistas a encuentros 'off the record' con el extesorero del PP en el hotel Santo Mauro de Madrid. Aquella relación, tiempo después, se malogró. No solo la que unía a Trías Sagnier con Bárcenas sino también la que lo mantenía en el entorno del PP.
El enfado del exdiputado con el que fue su partido tiene tres causas. La primera, que Trías nunca cobró una minuta que pasó al PP por la defensa de Bárcenas y que Génova rechazó. La segunda, que Trías aspiraba a ser ministro de Justicia y Rajoy ni se lo planteó. La tercera, que a principios de 2012 se reunió en La Moncloa con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y su jefa de gabinete, María González Pico, para postularse como nuevo defensor del Pueblo. La vicepresidenta dijo que no.
Tras estos tres desencuentros y algún otro detalle menor, Trías devolvió los desprecios. Fue él quien pasó las fotocopias a El País. De rebote, su filtración provocó que El Mundo publicase la primera portada acerca de los sobresueldos con dinero negro en el PP: aquella fue una voladura controlada que detonó De Cospedal. Para esas fechas, El País ya estaba preparando su publicación. El rumor llegó a Génova y por eso la secretaria general del PP contó a El Mundo una versión interesada de la información donde era ella la valiente heroina que acababa con unos sobres que el honesto Rajoy jamás cobró.
Irónicamente, fue la número dos del partido y no Luis Bárcenas quien con la filtración a El Mundo y su “no me consta” posterior provocó el incendio que luego el PP no ha podido apagar. Eso y Jorge Trías, cuyo enfado con el partido desembocó en una filtración a El País que él mismo acabó confesando en ABC y que bien podría haber sido conjurada con un despachito de defensor del pueblo o algún carguito similar. Los papeles están incompletos y faltan algunas hojas, pero no es por ninguna conspiración. La respuesta es sencilla: antes de las fotocopias de Margarita, parte del documento se traspapeló. El original ahora está completo y escondido bien.
¿Que cómo sé estos detalles? ¿Que quién me los dio? Fue un hombre que se mueve con un inhibidor portátil de telefonía móvil el que me los contó.