Una ola feminista arrasa Euskadi y vuelve a hacer historia: “Vamos a acabar con el patriarcado criminal”
Miles de mujeres han salido a las calles de las tres capitales vascas en apoyo a las reivindicaciones feministas con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer. Cadenas humanas, kalejiras y manifestaciones que han llenado las principales avenidas de Vitoria, Bilbao y San Sebastian tiñéndolas de color morado.
La más multitudinaria ha sido la de Bilbao, donde miles de mujeres de todas las edades han partido desde la plaza del Sagrado Corazón al grito de “vamos a acabar con el patriarcado criminal” en una manifestación que durante las primeras horas de la tarde ha recorrido el centro de la ciudad y que ha finalizado con una kalejira (pasacalles) feminista.
Al ritmo de tambores y pitidos han hecho de la canción A quién le importa un himno feminista que ha sido coreado por cientos de mujeres. Diversidad sexual y de cuerpos, anticapitalismo y antirracismo son los ejes principales con los que las bilbaínas con pancartas y vestidas de morado han reivindicado los derechos de la mujer y la igualdad.
Entre las manifestantes han estado Olaia y sus amigas, de 17 años, que aseguran que desde muy pequeñas han sufrido discriminaciones y machismo. Desde el patio de la escuela cuando el recreo se dividía entre juegos de niños y de niñas hasta a la hora de salir de fiesta. Por eso han acudido en cuadrilla a la manifestación de Bilbao portando pancartas hechas por ellas mismas en las que se leen los mensajes de “Si mirases por nuestros ojos gritarías igual” o “Seríamos más si no las hubiérais matado”. “Nos da rabia el salir de noche con miedo, pero eso no nos va a impedir salir de noche y protestar, porque las calles también son nuestras”, señala Olaia, arropada por las suyas y miles de mujeres que junto a ellas recorren la Gran Vía bilbaína.
En familia, desde Barakaldo, Bea, Ana y sus dos hijas han desfilado en Bilbao por tercer año consecutivo con pancartas y vestidas de morado. “El año pasado también vinimos y el anterior. Estamos muy comprometidas para que las niñas sean conscientes de que es una lucha que tenemos las mujeres y que nos queda mucho terreno todavía. Valen igual que ellos y que tengan las mismas oportunidades, hay que luchar para conseguir igualdad” señala Ana. Su marido, José también las acompaña en la manifestación pero asegura que “él se queda aparte”. “Yo acompaño, hago acto de presencia, pero las protagonistas son ellas. Todo lo que sean los derechos de las mujeres hay que reivindicarlos”.
Al final de la manifestación, el Bloke Crítico abría el contingente compuesto por mujeres migradas, racializadas y anticapitalistas. Entre ellas, desde distintos puntos de México y en representación de tres generaciones diferentes, Raquel Ortiz, Kenia Pérez y Liliana Rivera han querido mandar un mensaje a las mujeres de su país, que para el día de mañana, lunes 9 de marzo han convocado un paro nacional: “Las mujeres están tomando en serio el tema de los feminicidios tanto aquí como allí, pero es una sensación muy triste volver a tu hogar y no sentirte segura. El mensaje que les mandamos es que estamos con ellas. Arriba, con todo, no hay que dejarnos vencer porque juntas somos más fuertes. Si hay que seguir pintando y si hay que seguir gritando, que así sea ¡A quemarlo todo!, señalan portando su bandera y una pancarta con el lema ”Somos el corazón de las que ya no laten“.
En San Sebastian cientos de mujeres se han concentrado en el Boulevar donostiarra, donde han realizado la performance “el violador eres tú” para denunciar las violencias machistas al grito de “El estado, los jueces, los medios de comunicación, sois complices. Ninguna agresión sin respuesta”. Tras la performance, han realizado una sentada para reivindicar los derechos de las mujeres. Por la tarde, a las 18:00, miles de mujeres han partido desde el Boulevard donostiarra bajo el lema '“Antolatu indarrak-Batu Borroka feminista” (organizando fuerzas-únete a la lucha feminista).
Por su parte en Vitoria, una cadena humana ha recorriendo varias calles y plazas del centro de la ciudad, incluida la Virgen Blanca. En un clima festivo y reivindicativo, esta cadena ha servido como aperitivo a la manifestación convocada para esta tarde, en la que miles de vitorianas se han echado a la calle evidenciando la lentitud con la que la sociedad camina hacia la igualdad. Los gritos ensalzando la lucha de las mujeres son la constante en un ambiente festivo, pero de protesta.
A esta primera concentración de la mañana en la capital de Euskadi ha acudido Lorena B. porque entiende que “Para el feminismo todos los días son de lucha”. Esta joven vitoriana no ha acudido solo a la cita, sino que ha ido acompañada con el carrito de su hijo a su lado. “Es muy pequeño (tiene cuatro años) para enterarse, pero quiero que esté aquí para que se empape del ambiente”, ha contado a eldiario.es.
“¿Y mañana qué? ¿Vuelta a lo mismo y a sentir miedo?”
Por la tarde miles de vitorianas (y también vitorianos) se han echado a la calle en una manifestación que ha dejado patente con su protesta y reivindicación la lentitud con la que la sociedad camina hacia la igualdad. Se ha vuelto a repetir la imagen de los últimos años, con miles de mujeres concienciadas de que su futuro pasa por la lucha diaria y “a brazo partido si es preciso”, recalca Andrea L., que no se ha perdido una manifestación del 8M en los últimos años.
Y es que la explosión que ha vivido el movimiento por la igualdad entre hombres y mujeres a ella le ha pillado en el primer curso de la Facultad. “Entre las más jóvenes la tendencia a declararse feminista es mayoritaria”, explica mientras camina junto a tres amigas por las calles de Vitoria, que este 8M son una mezcla de fiesta y de protesta.
En la marcha se suceden diferentes pancartas. Desde las que piden más seguridad, hasta las que denuncian los acosos pasando por la reclamación de pensiones más dignas. Detrás de esta marcha Antonia González, quien a sus 75 años asegura que el 8M le hace pensar y decir cosas que jamás se hubiera imaginado cuando era joven. “Pedir más igualdad, sentir que puedo tener el mismo poder que los hombres....jamás pensé que podría ser cierto. Pero hay que seguir porque el camino que se ha iniciado es muy, pero que muy largo”, avisa.
Alba, estudiante universitaria de 21 años, insiste en una idea que recorre la marcha: “Nadie tiene que hacerme sentir insegura cuando voy por la calle o regreso tarde a casa por el mero hecho de ser mujer”. Y así muchas voces se unen al coro. “Lo que queremos es ser libres, no valientes”. Una consigna que ya hizo fortuna el año pasado y que persiste en 2020. “Es bonito”, apunta Raquel (25 años), “ver esta unión y esta fuerza, pero tendría que dejar de ser noticia durante un día. Hay que volcarse de manera continuada todos los días del año. ¿Y mañana qué? ¿Vuelta a lo mismo y a sentir miedo?”.
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