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Álava cree que el tendido eléctrico unido a la planta de biomasa de Lantarón perjudicará zonas de interés ambiental

Una línea de alta tensión atravesando un bosque en Euskadi.

Belén Ferreras

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La Diputación Foral de Álava cree que el tendido de línea eléctrica aérea que permitirá exportar la energía producida en la futura planta de biomasa de Lantarón al unirla con la subestación eléctrica de Puentelarrá, puede suponer afecciones importantes desde el punto de vista medioambiental en varios espacios catalogados por su interés ambiental y paisajístico. En las alegaciones del Servicio de Sostenibilidad Ambiental de la Diputación Foral de Álava al proyecto promovido por la empresa Bioargi, la institución foral considera que esta línea eléctrica, que en su conjunto ocupará 5.932 metros, tiene un tramo de 2.000 metros con 7 apoyos -del 11 al 17- de los 20 que tiene el tendido, que se sitúan en la zona sur del valle de Fontecha, considerada de “de especial interés paisajístico” por su importante vegetación.

Este trazado de línea de alta tensión se enmarca dentro de proyecto de puesta en marcha de una planta de generación eléctrica a partir de biomasa, principalmente de residuo forestal con posibilidad de completar con restos agrícolas, en el polígono industrial de Lantarón. Un proyecto que lleva intentando ponerse en marcha desde el año 2000, y que parece que ahora se ha reactivado al calor de la necesidad de buscar fuentes de energías alternativas y renovables. Esta planta tendrá una potencia eléctrica de 19,90 MWe y térmica en caldera de 52,89 MWt, ocupará una parcela de 64.850 m2 y consumirá alrededor de 151.000 toneladas al año. Su construcción precisará de una inversión de 57,8 millones de euros. Para la exportación de la energía producida, el proyecto incluye la construcción de una línea eléctrica aérea con potencia de 132 kV y una longitud de 5.932 metros, con 20 apoyos y que se conectará a la subestación térmica transformadora de Puentelarrá, y es precisamente esta línea la que parece suscitar más dudas desde el punto de vista medioambiental, según se desprende de la documentación remitida por el Gobierno vasco al Parlamento a petición del representante de EH Bildu Mikel Otero.

“La apertura de la calle para colocar los apoyos y el paseo desarbolado que se prevé suponen un impacto muy importante sobre la vegetación consistente en un bosque autóctono de quejigos muy bien conservado”, advierte la diputación en su informe. Además, señala que en un tramo de 650 metros -“entre los apoyos 16 y 18”- la nueva línea de aérea de alta tensión va en paralelo a otra línea ya existente “lo que va a generar un nuevo pasillo desarbolado en el bosque de frondosas que es preciso preservar”.

En este sentido propone que se estudien “otras alternativas al trazado” de la línea de evacuación de energía eléctrica procurándose trazados que discurran por áreas más antropizadas, “de modo que se evite o minimice muy sustancialmente la afección a ese área de especial interés paisajístico de valle de Fontecha, evitando en todo caso asimismo trazados que afecten el espacio natural de interés Carrescales en Fontecha”, una zona que la diputación recuerda que tiene una “interesante flora” “adaptada a las particulares condiciones de esta zona de transición entre el río la sierra”.

La línea eléctrica en cuestión atraviesa, además de estas zonas de interés paisajístico, campos de cultivo de cereal, patata y remolacha, además de alguna plantación forestal. La zona donde se piensa implantar el proyecto se encuentra en la zona hidrográfica del Ebro, pero la planta de biomasa propiamente dicha, al proyectarse su instalación en un polígono industrial, “no afecta a ningún espacio incluido en la Red Natura 2000 ni a sus zonas periféricas de protección, y tampoco se sitúa sobre ningún hábitat de interés comunitario”, señala desde la Diputación, coincidiendo con el estudio de impacto ambiental presentado por la empresa.

Por el contrario, la línea eléctrica también encuentra peros desde el departamento de Cultura, que en el informe de posible impacto sobre el patrimonio histórico y cultural, identifica varias zonas de presunción arqueológica por las que atravesará. En concreto, el asentamiento de Santullana, Fondo de cabaña Alto de la Cruz, Asentamiento de El Monte, asentamiento de El Puente Fondo de Cabaña de la Cruz . “Varios de los nuevos apoyos están cercanos a alguna de estas zonas de presunción arqueológica. Teniendo en cuenta que para hacer dichos apoyos se efectuará excavación para los cimientos cubriendo una superficie amplia, se debiera hacer un sondeo arqueológico antes de cualquier obra o intervención en dichas zonas”, señalan desde el departamento.

Con estas premisas, el documento de alcance del estudio de impacto ambiental emitido por la dirección de Calidad Ambiental y Economía Circular del Gobierno vasco señala a la empresa que en el proceso de valoración de alternativas a la línea eléctrica “se considerarán los condicionantes geomorfológicos, la presencia de hábitats y especies de interés comunitario, enclaves de flora y fauna amenazada, puntos de agua y elementos del patrimonio arqueológico, así como la incidencia paisajística”. Además insta a la empresa a que el estudio contemple el análisis de la posibilidad de soterramiento de la totalidad de la traza. Sin perjuicio de ello, y considerando la propuesta incluida en el Documento de Inicio, las alternativas de trazado que se analicen deberán afinar en particular las posibles soluciones de trazado entre los apoyos 16 y 18 de la línea eléctrica, tramo considerado ambientalmente conflictivo por la presencia de vegetación autóctona de interés para su conservación, de acuerdo con el informe de la Dirección de Patrimonio Natural y Cambio Climático del Gobierno vasco, de forma que se valore en primera instancia un desplazamiento de los apoyos y la línea entre 150 y 200 m hacia el sur, de modo que se atraviesen cultivos y formaciones de pastos xerófilos con matorral, lo que constituye una solución más favorable que atravesar una formación madura como es el quejigal“. 

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