Carlos Taibo defiende la ‘acción directa’ y la ‘autogestión’ como pilares de una nueva democracia
Dentro del marco de la X Feria del Libro Anarquista organizada esta semana en Bilbao por la CNT, el escritor y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Taibo, ha ofrecido una conferencia para presentar su último libro ‘Repensar la anarquía’, en la que ha profundizado en los cimientos del anarquismo y sus nuevas formas. Como firme partidario del movimiento libertario ha hablado además del desgaste de la democracia actual y la necesidad de implantar una democracia directa basada en la autogestión y la acción directa, que “inexorablemente debe huir del discurso capitalista”.
Así, Taibo señalaba que la propuesta libertaria plantea “inequívocamente” una discusión sobre la democracia. “La palabra democracia está ya tan gastada que deberíamos empezar seriamente a buscar otra nueva. Cuando los libertarios defendemos la democracia directa no sé si la nefasta imagen que está pasando la democracia actual marca también nuestra propuesta”, declaraba el profesor en relación al modelo político de nuestra sociedad al que califica como “seudodemocracia” porque “atiende al propósito fundamental de ratificar la desigualdad, a configurar espacios cada más jerarquizados y en manos de poderosas corporaciones económico-financieras que operan en la trastienda”. Y “para que nada falte al calor de esa seudodemocracia”, dice el escritor, “cuando las cosas vienen mal dadas, el poder eficiente del Estado no duda en hacer uso de la represión”.
En relación a la crítica libertaria de la democracia actual, Taibo ha profundizado en la “discusión eterna” sobre las elecciones. En lo referente a la abstención activa que promulga la CNT, el profesor considera que esa también es una forma de participación en las mismas, por lo que aboga por “pasar de ellas sin más”. Para explicar su percepción ha recogido una vieja viñeta de Lobo que escenificaba lo siguiente: “un dirigente político preguntaba a una masa enardecida qué prefería, si el caos o a ellos. La masa respondía: ¡el caos, el caos! y a continuación el responsable político decía: ¡pues os jodéis, porque somos nosotros”.
El otro gran debate vinculado con la crítica a nuestra democracia es el que se refiere a la república. Según el escritor, en el estado español la discusión sobre la república tiene una dimensión emocional de la que carece en otros espacios. “No me cuesta ningún trabajo admitir que la república tendría la innegable virtud de acabar con una institución lamentable como es la monarquía. No acierto a identificar, sin embargo, ninguna virtud más”, declaraba mientras recordaba a los presentes que Portugal Francia e Italia son repúblicas, cuyos panoramas políticos, económicos o sociales no distan mucho del español. “Algo que me invita a concluir de manera rotunda que los principales problemas que tenemos que encarar no los resuelve el procedimiento de delegación que implica un régimen político, pues la república es, en su trama fundamental, muy similar a la monarquía”, aseguraba.
Democracia directa, acción directa y autogestión
Para Taibo resulta “más fácil” identificar los elementos de la propuesta libertaria en el terreno político que se constituyen como “democracia directa, acción directa y autogestión”. “Se trata de una democracia directa no delegativa que proporcione al mundo la acción directa, en la cual las personas que la desarrollan conservan en plenitud una capacidad de perfilar medios que se adapten escrupulosamente a los fines que se desea alcanzar”, explica. Y para ello es necesaria la “autogestión”, expandida al calor del Mayo francés de 1968, pero presente en su concepto desde muchos años antes. “Se pueden desplegar prácticas autogestionarias en todos los órdenes de la vida”, aseguraba Taibo, que criticaba a su vez la carencia de esta cualidad en lo que respecta a la actividad de los dos sindicatos mayoritarios en los últimos treinta años. Según el profesor, la incapacidad de desplegar a partir de los medios de los principales sindicatos un “determinado proyecto autogestionario” escenifica “un retrato cabal de la deriva del movimiento obrero y sindical en el estado español”.
Así, el defensor del anarquismo establecía que la propuesta libertaria tiene que ser “inexorablemente también anticapitalista”. “Los libertarios rechazamos a su vez el neoliberalismo y el capitalismo”, decía. “Detrás de una propuesta anticapitalista tiene que haber una reivindicación en la lucha de clases porque estamos asistiendo a un momento caracterizado por el despliegue orgulloso de una lucha de clases desplegada desde arriba que merece una lucha de clases asestada desde abajo”, defendía a la vez que sugería huir de dos tentaciones: “los que dicen que la clase obrera no ha experimentado cambio en los últimos cien años y los que dicen que ha desaparecido”.
Sobre la crítica frontal al sistema actual, Taibo ha querido dejar claro que no se refiere a que “un anciano deba renunciar a su pensión o a la atención que dispensa la seguridad social”. “Los libertarios defendemos lo público, pero etiquetamos esa defensa de lo público. Defendemos lo público autogestionado y socializado, que no es lo mismo que lo público estatalizado porque lo público estatal no es ninguna garantía de nada”, insistía.
Cinco verbos ‘provocativos’ para el cambio
Para resumir el sentido de la “necesaria transformación”, el profesor hace referencia a cinco verbos que considera “provocativos” como son: “decrecer, desurbanizar, destecnologizar, despatriarcalizar y descomplejizar”. En cuanto al primero de ellos, Taibo asegura que “no parece que tenga mucho sentido que aspiremos a seguir creciendo ilimitadamente”. En este punto, señalaba que “la huella ecológica del estado español es de 3,5 puntos, lo que significa que para mantener las actividades económicas existentes se necesita tres veces y media su territorio”. ¿Cómo se resuelve esto? “A través de una represión inaudita ejercida sobre los derechos de los integrantes de las generaciones venideras y a través de una presión no menos inaudita y desoladora sobre los derechos de muchos de los habitantes de los países del sur”, afirmaba y abogaba también por “una recuperación de la vida local y rural” en referencia al segundo de los verbos expuestos.
Sobre “destecnologizar” advertía del peligro de las “ilusiones ópticas”. “Tenemos 5000 amigos en facebook, a los que 4983 no vamos a conocer nunca. Sin embargo, encendemos el ordenador y tendemos a pensar que este país se encuentra en plena ebullición revolucionaria. Pero no. Son nuestros amigos quienes están bullendo, pero me temo que el país registra tramas un poco más complejas”, declaraba. Respecto a “despatriarcalizar”, Taibo instaba a tener en cuenta que “el 70% de los pobres existentes en el planeta son mujeres y si no encaramos este problema nos estamos perdiendo”.
Por último, para “descomplejizar” nuestras sociedad el profesor se preguntaba: “¿Qué pasaría si a un país como este dejan de llegar los suministros de petróleo? Todo esto se desmorona de la noche a la mañana”, decía. Así, Taibo defendía su idea de que “el sistema se va adentrando a marchas forzadas en una etapa de crisis terminal”. Sin embargo no aprecia “ninguna conciencia en nuestros gobernantes en lo que respecta a los retos ecológicos derivados de las crisis económica”, recriminaba a la vez que instaba a salir “con urgencia” del capitalismo; “lo que implica construir espacios autónomos en los cuales apliquemos reglas de juego diferentes de las que nos imponen”, concluía.