La Diputación de Gipuzkoa hará un cribado de 1.500 PCR en las residencias de Azkoitia, Azpeitia y zonas pegadas a Navarra
La Diputación de Gipuzkoa ha comunicado que hará “1.500 PCR preventivas” en las residencias de mayores ubicadas en Tolosa, Villabona, Zizurkil, Azpeitia, Azkoitia, Beasain, Segura y Legazpia. Son algunos municipios con altas tasas de incidencia en los últimos días y próximos a Navarra. En concreto, si la pandemia ha crecido en Gipuzkoa un 30%, en esas poblaciones se ha duplicado o triplicado. El objetivo es “prevenir y, en su caso, detectar y frenar la entrada del virus” en estos centros especialmente sensibles, ha explicado la responsable de Políticas Sociales, Maite Peña.
En Gipuzkoa son 50 los casos activos entre mayores -repartidos en siete residencias- y no se han registrado fallecimientos en las últimas horas, pero sí hay más casos en la residencia Alai-Etxe de Donostia y ha aparecido un pequeño foco en el centro Berra, también de la capital. Solamente es un caso pero allí, en la primera ola, hubo 76 contagios y 20 defunciones. La Diputación ha anunciado que habilitará otro centro de referencia para aislar a los casos más leves, en este caso la residencia pública San José de Ordizia, que cerró en junio para ser reformada tras una dura primera ola en la que murieron 25 internos. Este recurso dispone de 58 camas que se suman a las 56 ubicadas en el ala socio-sanitaria del hospital de Eibar. Antes también se contó con espacio en la sede de la Cruz Roja en Donostia.
En el caso de Álava, la Diputación ha informado de que las recuperaciones en las últimas horas han sido 29. Quedan 28 casos activos en seis centros de mayores, según el último parte. Los dos más afectados son Orobide en Murgia y Florida-Etxea de Vitoria con 9 cada uno. A la lista se ha sumado un nuevo foco en Mikelats, una vivienda comunitaria en Alegría-Dulantzi y que, por el momento, solamente tiene una persona contagiada. El diputado de Políticas Sociales, Emilio Sola, ha dicho en Radio Vitoria que en la segunda ola se han visto más afectados los centros pequeños por la lección que aprendieron en Álava las grandes residencias en la primera y porque en ellos es más “complicado” garantizar aislamientos y circuitos limpios.
A nivel general, Sola ha dejado claro que Euskadi tiene que prepararse para una nueva oleada de COVID-19 a tenor de los crecimientos que se registran en zonas del entorno como Navarra o en otros puntos de Europa. ¿Pero no se había superado ya el pico de la segunda ola aquí a finales de agosto? “Hay quien dice que lo que hemos tenido son los restos del cometa, una derivación o una continuidad de la primera ola. En todo caso da igual, aunque fuera una tercera, todo apunta a que viene”, ha explicado Sola, que ha dado de plazo “tres semanas” para verificar si esto puede ser así.
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