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La empresa Sader de Bilbao registró en junio un pequeño vertido de ácido clorhídrico

Mikel Jauregi, consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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Sader y Profersa son dos empresas del mismo de Bilbao, las últimas potencialmente contaminantes del casco urbano. El nuevo consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jauregi, ha enviado al Parlamento Vasco a instancias del PP un listado de quejas, avisos, denuncias, incidencias, inspecciones o accidentes en 2023 y 2024. En el caso de Sader, el último episodio conocido es un pequeño vertido de HCI (ácido clorhídrico) que generó una nube blanca durante unos diez minutos. Ocurrió el 20 de junio y no era conocido hasta ahora. En el caso de Profersa, que retomó su actividad el pasado lunes tras casi dos meses parada por un incendio químico registrado a mediados de mayo, ese mismo día recibió una inspección para comprobar que estaba operando conforme a los nuevos requerimientos realizados, entre ellos la prohibición de emplear nitrosulfatos como materia prima.

Se de la circunstancia de que la predecesora de Jauregi, Arantxa Tapia, dejó enviada abundante documentación sobre Sader y Profersa antes de dejar el cargo. Se la requirió Mikel Otero, de EH Bildu, y, a diferencia de otros consejeros, no dejó la tarea pendiente al nuevo Gobierno. Ahora el nuevo responsable del área de Medio Ambiente completa esa información con más datos pedidos por Álvaro Gotxi del PP. En un inicio, los 'populares' querían conocer todas las incidencias sobre estas dos empresas del grupo Agaleus desde 2014, pero el Ejecutivo ha decidido acotar la información entregada a 2023 y 2024. En todo caso, se constata que los vecinos del entorno, que han protestado por la presencia de estas instalaciones de gestión de residuos y producción de fertilizantes, respectivamente, han ido presentando numerosas quejas, algunas incluso al 112.

Por ejemplo, “entre marzo y junio de 2023 se realizó una vigilancia por parte de personal de la asistencia técnica del órgano ambiental [...] en el entorno de ambas instalaciones al objeto de registrar, una vez por semana y en diferentes días y horas, si se observaban emisiones difusas, si se detectaba olor, el tipo de olor en tal caso, y si picaban o no los ojos”. Después, “de julio a septiembre de 2023 se recibieron dos quejas relativas a un almacenamiento a la intemperie de residuos y emisiones desde un punto concreto, así como una queja relacionada con emisiones visibles desde la chimenea”.

En marzo de 2024 se realizó una “inspección no programada” a Profersa relacionada “con las habituales quejas por malos olores en Zorrozaurre y San Ignacio”. A la vez, se practicaron también en Sader “comprobaciones relativas a la ubicación y gestión documental del residuo lixiviados de vertedero”. Esta empresa está siendo investigada por un juzgado de Donostia por el presunto envío irregular de lixiviados camuflados con otra codificación desde la planta del CMG-I de Zubieta, que consta de planta de tratamiento mecánico-biológico e incineradora. Esas sustancias se enviaban a Bilbao pero también a otra planta de Navarra, Ecofert Sansoain de Artajona, que ha acabado clausurada.

En abril y mayo de 2024 fueron los dos incidentes graves que llevaron al cierre cautelar de Profersa. El 26 de abril el elevador que hace bajar la materia prima para después realizar el fertilizante se paró por avería. “Al acumularse el material y bajar después de golpe gran cantidad de producto, en cuanto tuvo contacto con la humedad de la atmósfera generó una reacción exotérmica en la que subió mucho la temperatura”, se explicó. El 11 de mayo, “un aumento de temperatura de ceniza acumulada” generó una reacción en nitrosulfatos almacenados, y también “emisiones”. Se da la circunstancia de que mientras Profersa estuvo parada también hubo avisos de problemas en Sader. El 29 de mayo el 112 recibió denuncias por “emisiones de humo blanco” y “picor en la garganta”.

Finalmente, el 20 de junio Sader informó de que “en una descarga de HCI a depósito” cayó al suelo “parte del líquido que quedaba dentro de la manguera del camión”. HCI es ácido clorhídrico. Según la información oficial, se generó una “nube blanca” que duró “aproximadamente diez minutos” y no consta que hubiera quejas vecinales. Según la empresa, fue un suceso menor, apenas “unas gotas”, por lo que ni siquiera tendría la categoría de incidente.

Explica también el Gobierno que existen medidores de calidad del aire en el entorno de Sader y Profersa. En concreto, hay doce estaciones en un radio de 5 kilómetros, aunque algunas de ellas controlan singularmente otras actividades como Zabalgarbi. Explica el Ejecutivo que el último informe anual completo es el de 2022 y que en ese ejercicio “se han complido los valores límite establecidos por la normativa”. Reseña también Jauregi que son equipos de control sujetos a “mantenimiento correctivo” continuado. Niega, por ejemplo, que uno de ellos estuviera averiado en el momento del incendio químico de mayo en Profersa. Si no emitió datos la estación de Lutxana es porque “para su correcto funcionamiento” se “autocalibra” todos los días durante una hora, momento que coincidió con el suceso. El Gobierno dispone que se haga el reseteo cada 25 horas para que todos los días no exista la misma zona de sombra.

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