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El equipo de rastreo de la COVID-19 en Euskadi pide a la ciudadanía que colabore: “Es como si se le hubiera perdido un poco el miedo al virus”

Sótano del hospital de Txagorritxu donde se hacen pruebas PCR.

Iker Rioja Andueza

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¿Te ha pedido un allegado que no le 'condenes' a una cuarentena y que no le cuentes a la rastreadora al otro lado del teléfono que estuviste con él antes de dar positivo? La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha pedido esta semana “ayuda” a la sociedad y a los medios de comunicación porque, según explicó, hay casos sospechosos de COVID-19 que están escapando al radar de los servicios sanitarios últimamente y ello, en puertas de la que podría ser la quinta ola en Euskadi, supone un riesgo añadido. “Después del período navideño, ya llevamos un tiempo en el que nos estamos encontrando que a veces la población no está colaborando en todo”, confirma en una entrevista con este periódico Arrate Iturralde, coordinadora de la red de rastreo del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) desde que dimitiera en diciembre Ignacio Garitano.

“Es como si se le hubiera perdido un poco el miedo al virus”, lamenta Iturralde, que está al frente de un equipo de unas 700 personas y que no está precisamente liberado de trabajo como para multiplicar sus esfuerzos. Matiza Iturralde que “la mayoría sí colabora” cuando Osakidetza se pone en contacto con ellos, pero insiste con igual firmeza en que “hay un grupo de edades variadas y diferentes ámbitos” que no lo hace. Hay desde personas a las que les da “apuro o miedo” confesar que han infringido alguna norma preventiva –no, los rastreadores no son policías y no tienen potestad sancionadora aunque hayan visto “de todo” en esta pandemia– hasta reuniones en las que luego se descubre que había mucha más gente de la que se enumera en un primer momento. “Tenemos casos de personas que te cuentan que estuvieron con dos personas, luego con otras dos y esta mañana con otras dos y resulta que luego en realidad todos esos estuvieron juntos en una misma cena”, explica. Más graves parecen otros casos en los que el supuesto contacto de un positivo era en realidad el paciente cero de ese brote. Al llamarle, se descubre que llevaba días con síntomas leves pero evidentes haciendo una vida más o menos normal.

No hay datos concretos de este fenómeno, pero sí la sensación de que toca hacer pedagogía de la importancia de la transparencia para poder controlar la expansión del SARS-CoV-2. “No tenemos una cifra cuantitativa. Esto es más un análisis cualitativo de la situación por nuestra experiencia y por la monitorización constante que hacemos de los casos. Esto nos está pasando ahora con mayor frecuencia”, apunta Iturralde, que habla de la paradoja de que antes los afectados exigían celeridad a los rastreadores y cita para pasar una PCR con carácter de urgencia mientras que ahora, en algunos supuestos, se busca evitar estar encerrado diez días o tener que acudir a entregar una muestra.

“Todo esto supone una mayor carga de trabajo para los equipos de rastreo. Hay veces en las que tienes que hacer más de una llamada al caso o incluso que esa persona luego tenga que hacer uso de otros recursos como Osarean o el Consejo Sanitario [el teléfono 900 20 30 50]. Y, por supuesto, si un contacto no es captado porque le pide a alguien que no dé sus datos o lo que sea, eso puede traducirse en más positivos. Si un contacto está por ahí 'suelto' y luego es un positivo asintomático, podría contagiar a más gente y afectar a entornos laborales o escolares”, señala la rastreadora-jefe.

Retrorrastreo desde Navidad: se analizan los contactos de una semana

El ex 'número dos' del Departamento de Salud, Iñaki Berraondo, admitió en el mes de noviembre, en plena tercera ola, que sobre todo en Gipuzkoa se estaban produciendo algunos retrasos de hasta 72 horas en el estudio de casos y contactos, lo que también supone un riesgo de no cortar algunas cadenas de transmisión a tiempo. Iturralde asegura que, en la actualidad, esa labor “está al día”. “Si una persona da positivo hoy, lo más probable es que hoy mismo se le llame”, señala. El servicio está operativo de 8.00 a 20.00 horas todos los días de la semana.

Este periódico publicó que, coincidiendo con el período navideño y el incremento de reuniones que acarreó, Euskadi probó un sistema de “retrorrastreo”, consistente no solamente en analizar los contactos de una personas infectada en las 48 horas previas al inicio de los síntomas o a la toma de muestras sino en revisar todo su historial en la semana anterior. Vigente entre el 21 de diciembre y el 10 de enero, este plan piloto permitió realizar pruebas a 4.392 personas y se identificaron 246 positivos adicionales a los del rastreo ordinario, un 5,6%. Iturralde señala que ese sistema se ha extendido ya al trabajo ordinario. “Se pregunta por los dos días anteriores y luego se amplía el espectro de los tres a los siete días anteriores. Se evalúan o analizan diferentes eventos sociales, familiares y demás. A esas personas se les pide una PCR como 'contactos no estrechos'. La positividad entre ellos es del 4% en estos momentos”, informa.

Iturralde asegura que es evidente el “cansancio” y las “ganas de socializar” de la ciudadanía pero envía un mensaje de que es tan necesario como en toda la pandemia respetar las restricciones y cuidar de la propia salud y de la de terceros, sobre todo de cara a Semana Santa. “Tenemos que seguir manteniendo las medidas de prevención. Esto es un carrera de fondo. Esperemos que cada vez quede menos para poder hacer esa vida normal, pero de momento la tendencia ha cambiado y hay que mantener la distancia, la mascarilla, el lavado de manos y esas burbujas sociales. Hay que tener los mínimos contactos posibles”. Y, si se produjera un contagio, ofrecer una lista completa a los rastreadores para no poner vidas en peligro.

En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación. También tenemos mapas con los brotes más destacados.

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