Euskadi “activa” a médicos de familia y pediatras jubilados para cubrir las vacantes en atención primaria
El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha aprobado esta semana un plan de “jubilación activa” para reclutar de manera rápida médicos de familia y pediatras ya jubilados -o para retrasar la retirada de aquéllos que vayan cumpliendo la edad legal- con el objetivo de “contribuir de forma importante a disminuir el impacto negativo de la escasez de facultativos de atención primaria” en Euskadi. Los últimos datos conocidos muestran que ahora mismo faltan ya 186 facultativos en los ambulatorios vascos, que el 15% de los médicos de familia y pediatras tendrían derecho a colgar la bata de aquí a tres años y que, en total, Osakidetza perderá hasta 2026 1.391 médicos y 912 enfermeros. Particularmente en períodos vacacionales, se están reduciendo horarios de atención y empiezan a verse pequeños consultorios o turnos de PAC (Puntos de Atención Continuada) cubiertos por enfermería exclusivamente.
Las autoridades sanitarias vascas llevan meses asegurando que están poniendo todos los medios para contratar personal pero que incluso mejorando las condiciones económicas no lo están consiguiendo. Además, culpan al Gobierno central de no haber ofertado plazas nuevas suficientes en los últimos años. “La implantación de estas medidas puede resultar atractiva para el colectivo de facultativos de atención primaria próximos a cumplir la edad de jubilación, ya que que regula la posibilidad de prorrogar la vida activa sin renunciar a sus derechos a pensión de jubilación y con ello contribuir de forma importante a disminuir el impacto negativo de la escasez de facultativos de atención primaria en el servicio público de salud”, argumenta Osakidetza.
El plan de “jubilación activa” está desglosado en la instrucción 3/2023 firmada este jueves por la directora general de Osakidetza, Rosa Pérez Esquerdo, y a la que ha tenido acceso este periódico. Detalla el acuerdo alcanzado dos días antes, el martes 25, por el Consejo de Administración del Servicio Vasco de Salud. En ella, se explica que el real decreto estatal de finales de 2022 para adoptar medidas contra la guerra en Ucrania y “de apoyo a la reconstrucción de la isla de La Palma” habilita disposiciones para “cubrir algunas lagunas” en la Sanidad pública española. Se menciona que “durante los próximos tres años (2023, 2024 y 2025)” se ha articulado un régimen de compatibilidad para “simultáneamente” acceder a los derechos de la jubilación y mantener una cierta actividad sanitaria. En todo caso, se recalca que se fijan los 70 años como tope máximo para atender pacientes y que antes de llamar a estos doctores jubilados habría que comprobar que no hay interinos disponibles. Se les contratará por períodos de cinco meses prorrogables.
Según explica Pérez Esquerdo, se busca una “prórroga del servicio activo” de quienes lleguen a la edad de jubilación facilitándoles un marco especial para mantener algunos turnos de trabajo mientras empiezan a cobrar la pensión y también “reincorporar al servicio activo” a quienes se hayan jubilado desde el 1 de enero de 2022 o incluso quienes se movilizaron también en las primeras olas de la COVID-19 para contener la emergencia sanitaria. Se añade que esta iniciativa “tiene una vigencia temporal de tres años” desde la aprobación del decreto estatal sobre Ucrania y La Palma, es decir, hasta el 28 de diciembre de 2025.
Como “requisitos”, el documento de Osakidetza indica que el mínimo para entrar en esta bolsa será una jornada del 50%, que los beneficiarios solamente podrán trabajar haciendo estos turnos -no podrán estar también en la Sanidad privada- y que únicamente se ofertarán destinos en atención primaria y no en hospitalaria. El propio Servicio Vasco de Salud realizará una “evaluación” y emitirá un “certificado” que acredite la “capacidad funcional” requerida para los puestos de trabajo que van a ocupar.
“Con las solicitudes presentadas se constituirá una bolsa de disponibilidad de personal facultativo de atención primaria no activo”, explica Osakidetza. Los voluntarios deberán indicar si acceden a trabajar en alguna zona en concreto o en toda la red. De este modo, cada OSI o comarca sanitaria dispondrá de una “lista de personal no activo con disponibilidad”. Serán estas OSI las que “gestionarán” los llamamientos. Eso sí, indica la directora general que las organizaciones deberán ofertar “previamente” esas plazas vacantes a la bolsa de temporales la existentes. “Únicamente si la oferta queda desierta o no hay personal disponible podrá realizar el llamamiento previsto en esta instrucción” a personal retirado, recalca Pérez Esquerdo. Asimismo, cuando se acerque el final de los cinco meses del refuerzo, antes de prorrogarlo, también habrá que revisar si hay facultativos jóvenes disponibles. El 70 cumpleaños “será causa de finalización” inmediata del contrato.
Osakidetza ya ha editado en formulario para que los interesados inicien los trámites tanto ante el Gobierno vasco como ante la Seguridad Social. Asimismo, ha elaborado también una “Guía informativa para la tramitación ante el INSS de la compatibilidad de la pensión de jubilación con el trabajo de facultativos de atención primaria”. A principios de marzo, y en un contexto de ausencia total de interlocución entre los sindicatos de Osakidetza y sus responsables, el Departamento de Salud lamentó que las centrales no hubiesen acudido a una reunión en la que, entre otros puntos, se iba a tocar este modelo de “jubilación activa”.
Euskadi, donde la preocupación por el estado de salud de la Sanidad pública se ha multiplicado por cinco desde antes de la pandemia, está inmersa en un ciclo de movilizaciones. Hubo manifestaciones el 22 de abril en Vitoria, Donostia y Bilbao, han brotado plataformas locales denunciando situaciones en cada uno de sus lugares de referencia, esta misma semana ha habido una huelga de sanitarios rurales alaveses y, en plena campaña electoral, hay prevista una doble huelga general, en concreto los días 18 y 19 de mayo. La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, avanzó en el verano de 2022 la necesidad de un “cambio cultural” que, entre otras cosas, iba a implicar desplazamientos más largos para ir al médico. El reciente plan estratégico de Osakidetza se presentó con alusiones a un centro de salud “virtual” y a atención “en diferido”.
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