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Euskadi constata una “ralentización” de la pandemia tras una caída de los casos activos de 10.722 a 9.270 en cuatro días

Sagardui, antes de la rueda de prensa de este martes, con Tapia y Zupiria

Iker Rioja Andueza

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El ascenso de la tasa de incidencia de la COVID-19 se ha detenido en Euskadi este martes, aunque el frenazo se produce en 667 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días, una tasa elevadísima, muy superior al umbral de 500 que marca ya la alerta roja. Los casos activos también han caído de 10.722 del pasado viernes a 9.270 actuales, según los datos ofrecidos por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui.

La transmisibilidad del virus, medida en los casos que origina cada positivo, también indica una contracción de la pandemia en Álava y en Bizkaia. El R0 es el indicador que mide los positivos que genera cada infectado y es de 1 exactamente en Euskadi, el punto que marca si un virus se expande o se retrae. Lleva varios días en descenso y solamente es negativo en Gipuzkoa (1,02 casos por cada positivo). Eso sí, de las tres provincias, ésta es la que menos ha crecido en esta ola de la pandemia y su tasa no ha alcanzado los 600.

“Comenzamos a observar una ralentización”, ha concedido Sagardui, aunque acto seguido ha apelado a la “prudencia” porque el contexto es de “incertidumbre”. Ha citado la expansión de la variante VUI/2020/12/01 del Sars-Cov-2, detectada en origen en el Reino Unido, y ha indicado que hay ya 109 casos. Esta cepa es más contagiosa y “podría provocar incrementos significativos”. Estos datos no coinciden con los ofrecidos por el jefe de Microbiología del hospital de Donostia, Gustavo Cilla, que apuntaba incluso a más posibles positivos motivados por la variante británica. Ha estimado que representa ya el 5% del total de casos.

En este contexto, el Gobierno vasco no ha querido aventurar una posible relajación de las medidas como se han apresurado a anunciar en otras zonas como Madrid. Sagardui ha subrayado que la lectura de evolución de los datos se hace “día a día” pero que es momento de “mantener las medidas” para seguir bajando la incidencia. Se considera como nivel óptimo una tasa por debajo de 60, con lo que habría que reducir el volumen de casos activos en más de un 90%. No hay ni un solo municipio a ese nivel y en el siguiente escenario -alerta amarilla- solamente están Amurrio, Bergara, Deba, Lazkao y Oñati entre los pueblos de más de 5.000 habitantes.

Este martes Euskadi ha notificado 908 positivos en 24 horas. Lo que sí desciende respecto a datos de jornadas anteriores es la tasa de positividad, que es del 6,9%. También cae día a día el número de sintomáticos detectados en el momento de la toma de muestras. Los casos se reparten en 527 en Bizkaia, 259 en Gipuzkoa, 112 en Áava y 10 o de otras comunidades o sin residencia conocida. En el plano local, solamente Arrigorriaga ve empeorada su situación y entra en alerta roja. Es el municipio 92 de 251 con elevada transmisión comunitaria, un estadio en el que siguen las tres capitales.

Se suspende la actividad quirúrgica vespertina también en los hospitales de Donostia y Zumarraga

La presión hospitalaria ha tenido también un leve descenso. Este martes se registran 740 hospitalizados frente a los 792 de la jornada anterior. Con todo, son el 15% del total de camas de la red sanitaria pública vasca. En la UCI hay 154 camas ocupadas con pacientes con COVID-19, el 44% de las 343 camas habilitadas, una treintena más que el dato anterior que se había ofrecido aunque formalmente Euskadi se mantiene en alerta 3 de 5 y sigue sin recurrir a otros escenarios que incluirían derivaciones a la privada. Eso sí, Sagardui ha admitido que el “tensionamiento” afecta también a Primaria y a otros servicios y ha indicado que en los hospitales de Txagorritxu, Santiago, Cruces, Basurto, Galdakao, Donostia y Zumarraga se están suspendiendo cirugías vespertinas no urgentes para reforzar los servicios específicos para atender los casos de coronavirus. “Tendremos un febrero intenso en nuestros centros de asistencia”, ha pronosticado Sagardui, consciente que el parón en los contagios no tiene reflejo automático en los hospitales.

La consejera de Salud ha explicado que los hospitales vascos tienen “garantizada” la capacidad asistencial e incluso ha explicado que se han enviado 15 respiradores y una veintena de monitores a la vecina comunidad de La Rioja en dos tandas. El Gobierno regional pidió apoyo a la Sanidad vasca al vivir momentos de colapso en sus hospitales. “Aquello en que nosotros podamos ayudarles, estamos a su disposición”, ha explicado Sagardui.

Respecto a las vacunas, Euskadi ha informado de que 45.883 personas han recibido ya la primera dosis y que 15.657 tienen ya la pauta de inmunización completa. Son el 0,7% de la población total de la comunidad autónoma. En cuanto a los sanitarios, 15.657 tienen la primera dosis y 169 ya han recibido las dos. Son el 27,67% del total. Sagardui no ha ofrecido detalles sobre el calendario de futuros colectivos, tales como los sanitarios de la privada o los mayores de 80 años no residenciados. Tampoco ha querido mojarse prometiendo “inmunidad de rebaño” para el verano, como ha hecho el Gobierno de España. Se ha limitado a reseñar que, cuantas más remesas lleguen, más se acelerará un proceso que ha arrancado lento y accidentado. Esta semana han llegado 2.200 vacunas más de Moderna y 16.380 de Pfizer y pronto se incorporará al dispositivo la de Astra Zeneca.

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