Euskadi ofrecerá ayudas de hasta 520 euros mensuales para las familias ucranianas refugiadas
La mesa de crisis creada para analizar la situación generada por la guerra en Ucrania en Euskadi, que tiene un funcionamiento similar al Labi que funcionó en la pandemia, ha dado finalmente luz verde este miércoles a una línea de ayudas económicas directas para las familias refugiadas en Euskadi, sea cual sea su alojamiento. Las cuantías oscilarán entre 480 y 520 euros “dependiendo del número de menores de la unidad familiar”. Las familias acogedoras no tendrán derecho a estas prestaciones. La tramitación se realizará a través de Cáritas Euskadi y otras entidades del tercer sector y el buzón de información será errefuxiatuak@euskadi.eus, un correo electrónico ya promocionado para otros trámites durante esa crisis.
Según ha informado el Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, el modelo será similar a unas ayudas sociales extraordinarias ya puestas en marcha en la pandemia. De hecho, la denominación del plan es la misma: Azken Sarea Indartzen. En el caso de los refugiados tienen especial importancia porque no llegan a los mínimos de empadronamiento para acceder de manera ordinaria a la renta de garantía de ingresos (RGI) -se exigen tres años-, al Ingreso Mínimo Vital (IMV) -un año- y las Ayudas de Emergencia Social (AES) -seis meses-. Las prestaciones tendrán “carácter retroactivo”, esto es, se abonará ahora también la ayuda correspondiente a posibles estancias desde el 24 de febrero, momento de inicio de la invasión de Rusia. Dos precisiones: habrá una única prestación por núcleo familiar y no podrán pedirla quienes hayan acogido a refugiados, ya que se entiende que el dinero que cobren éstos “contribuirá a los gastos comunes de la convivencia” y aliviará posibles problemas económicos sobrevenidos.
El presupuesto total de Azken Sarea Indartzen es de 3 millones de euros. Tomando como base la cuantía máxima, se podrían abonar unas 5.800 mensualidades en total. No hay datos de cuántas familias refugiadas hay en Euskadi, ya que se ofrece el dato de personas individuales. Así, hay ya 2.039 han acudido a comisarías de la Policía Nacional a solicitar protección internacional, 1.647 han solicitado la tarjeta sanitaria de Osakidetza y 1.340 han pasado por la red de acogida. 422 niños han sido matriculados en los colegios vascos, aunque la cifra no está actualizada por el período vacacional de las últimas semanas y que en Álava vuelve a iniciarse ahora por San Prudencio.
A esta línea de ayudas directas se le suman otros programas. El denominado Berritze estará dotado con 0,5 millones específico para familias de acogida de niños de la zona próxima a la central nuclear de Chernóbil -un programa de larga tradición en Euskadi- y a otras iniciativas como la “preparación para la convivencia” o la atención psicológica para los refugiados de guerra. Loturak tendrá también 0,5 millones para grupos locales de acogida a través del voluntariado. Y Aukerak Suspertzen (0,3 millones) ofrecerá “apoyo extraescolar” para los menores ucranianos matriculados. El programa de primera acogida recibe los otros 1,5 millones del total de 5,8 millones para estas ayudas extraordinarias. Hay otros 9,3 también para apoyo social pero no ya para los ucranianos sino para la sociedad en general para paliar las consecuencias económicas de la guerra, tales como los programas contra la pobreza energética o prestaciones para quienes no accedan a AES, RGI o IMV. Las propias AES se incrementan en 3,5 millones. RGI e IMV son partidas ampliables para dar cobertura a todo el que tenga derecho a ellas.
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